Publican contribución a la comprensión del “Sumaq Kawsay” (Vivir Bonito)
La nueva publicación: Sumaq Kausay (vivir bonito) editada por la Plataforma de Co-partes de Tierra de Hombres de Alemania en agosto de 2013 se suma a la comprensión de lo que significa el Vivir Bien desde la perspectiva de los pueblos originarios y puede ser descargada desde la internet.
Sumaq Kausay (vivir bonito): Descargar aquí
El texto se nutre de la valiosa experiencia de los Núcleos de Afirmación Cultural Andino Amazónica (NACA) impulsados por el Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas (PRATEC) entre comunidades andino amazónicas y las alentadas por el Fondo de Iniciativas de Afirmación Cultural Andino Amazónica (FIAC) durante el período 2002-2009.
Los diversos ensayos que conforman el libro contribuyen desde diversas vivencias culturales a revalorar la diversidad como una de sus características esencial, y que se expresa tanto en la dimensión de lo vivido como en el conocimiento.
Como lo destaca Jorge Ishizawa, del PRATEC, las diversas experiencias destacan la “diversidad en lo vivencial y lo sapiencial, aunque implique el difícil encuentro con lo otro, lo diferente, en la aceptación de su legitimidad en la convivencia”.
“El principio de la subjetividad se encarna en la crianza de cada entidad para posibilitar que cumpla su papel en la regeneración de la comunidad de la Tierra. La comunión complementa la crianza y hace posible a la colectividad humana trascender su limitación terrenal” prosigue Ishizawa.
A continuación el índice y la introducción de la publicación:
Índice
- Introducción. Sobre vivir bien o buen vivir en Los Andes, por Jorge Ishizawa Oba, PRATEC.
- Allin Kawsay en la Visión de los Quispillacctas, por Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA) Ayacucho.
- Los Niños, Niñas y Jóvenes de Ilo contribuyen a la regeneración de una Buena Vida para tod@s
- Jóvenes de la comunidad de Uchuraqay, buscando la alegría, por Pelayo Carrillo Medina Primitivo Jaulis Cancho APU-Ayacucho.
- El Buen vivir o Allin Kawsay, por Elena Pardo Castillo, CEPROSI Cusco
- Para la Continuidad de la Buena Vida (Alli Kawsana) desde la Perspectiva del Wayna, Shipash Kechwa Lamas. San Martín – Perú
- Apreciación De Los Jovenes Sobre El “Buen Vivir”, por Asociación Chuyma Aru – Puno, Perú.
- El Buen vivir en la Ciudad, por IPEC.
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Introducción. Sobre vivir bien o buen vivir en Los Andes
Por Jorge Ishizawa*
Con el apoyo de Broederlijk Delen, la ONG internacional belga, el PRATEC convocó el 2001 a los Núcleos de Afirmación Cultural Andino Amazónica (NACA) a explorar, entre las comunidades andino amazónicas que acompañaban, su comprensión de la vida buena (Allin Kawsay en Quechua, Suma Jakaña en Aymara (1).
Fue una afortunada circunstancia porque estábamos por iniciar dos importantes proyectos conjuntos: el Proyecto In Situ (2001-6) y el Programa Niñez y Biodiversidad (2002-7). El primero, fue un programa nacional multiinstitucional con instituciones estatales de investigación y otras ONG sobre la conservación in situ de plantas nativas y sus parientes silvestres y el segundo, una exploración nacional sobre la educación intercultural (2). A ellos se unió el 2002 el programa de Iniciativas de Afirmación Cultural Andino Amazónica (FIAC) que nos permitió al PRATEC y los NACA emprender la exploración de la recuperación del Vivir Bien en la práctica sin agenda externa. Nos acompañamos, sin saber entonces, con el esfuerzo contemporáneo de Javier Medina en Bolivia. Javier se ocupó de documentar y publicar las nociones indígenas de la vida buena en el país hermano.
Lo que compartimos con los NACA en la implementación de los programas (In Situ y Niñez y Biodiversidad) fue la convicción de la afirmación cultural: la suficiencia del conocimiento y sabiduría que residen en las comunidades andino amazónicas. La confianza mutua que se generó hizo surgir el unánime reconocimiento de la generalizada pérdida de respeto como el principal obstáculo al Buen Vivir. En la comprensión comunera, Vivir Bien se experiencia en un ambiente de cariño y respeto. Tuvimos la fortuna de complementar nuestras dos intervenciones con otro programa que alentó la fundación suiza Tradiciones para el Mañana con el apoyo del Fondo Ginebrino de Cooperación para dar vida al Fondo de Iniciativas de Afirmación Cultural Andino Amazónica (FIAC) durante el período 2002-2009. Las iniciativas se orientaban a la recuperación de las prácticas que los mayores de las comunidades recordaban hacer parte del Buen Vivir de sus ancestros.
El lema de dichas iniciativas que tomaron la forma de microproyectos fue: “Volver al respeto”. Mientras el programa In Situ enfatizó la recuperación de las semillas nativas basándose en el fortalecimiento del ayni o trabajo comunitario, de las autoridades tradicionales, de los rituales y las festividades comunitarias, el programa Niñez y Biodiversidad se centró en la recuperación de la diversidad de plantas y comidas y de los oficios campesinos, incorporando el conocimiento ancestral en el currículo de las escuelas. Para las comunidades involucradas en los programas, todas las actividades apuntaban a la recuperación del respeto hacia las deidades tutelares, a la Madre Tierra y entre los miembros de las comunidades, especialmente sus autoridades.
1. ¿Qué es Buen Vivir o Vivir Bien?
Desde entonces los Andes centrales han albergado a un centro animador de la reflexión global sobre el pos-desarrollo. Si bien, en el Perú, el debate sobre las alternativas de Vivir Bien se ha canalizado al cuestionamiento del extractivismo que ha marcado el desarrollo de las dos décadas precedentes, se ha seguido con interés la evolución del concepto que se consagró en las Constituciones de Ecuador (2008) y Bolivia (2009). En ambas se reconoció la inspiración de las cosmovisiones de los pueblos indígenas de la región andina. Independientemente de las formas que localmente adquieren, no cabe duda de que existe un fundamento común. Sin embargo, creo erróneo suponer que el Buen Vivir o el Vivir Bien puede ser materia de un proyecto exclusivo del estado nación. Veamos por qué.
2. Un enfoque vivencial del Buen Vivir
Eliana Apaza, coordinadora de la Asociación Suma Yapu de Juli, Puno, Perú, me contó que se había reunido con los miembros de la red de mayores de comunidades (yatichiris) para reflexionar sobre el Suma Jakaña (buen caminar en Aymara). Los quince participantes, varones y mujeres, dieron, cada quien, una versión diferente de lo que consideraban sus principales características, pero todos ellos concordaron en que cada una de las definiciones de Vivir Bien que compartieron contenía un aspecto esencial para la comprensión de lo que era Suma Jakaña. Si se dejaba de lado una de ellas, no había Suma Jakaña. La experiencia de siete años del FIAC fue reveladora de la metodología de planificación de los grupos comunitarios.
Focalizados en una iniciativa, se elegía aquella que gatillaba un proceso de afirmación cultural. La planificación no se enfocaba en el consenso sobre objetivos que apuntaran al Buen Vivir, sino en la identificación de los obstáculos inmediatos que se oponían a la recuperación del respeto en la comunidad. Ya que la recuperación del respeto era el horizonte, los pasos inmediatos eran obvios. El FIAC constituyó una experiencia en la que encontramos la emergencia de formas ancestrales, novedosas para nosotros, de autonomía. Las iniciativas fueron diversas, desde la infraestructura hasta el refuerzo de las autoridades tradicionales, mediante la recuperación de la música, la danza y las artes sanas.
Entendimos que, en esa primera instancia, se trataba de recuperar los ámbitos de comunidad. En efecto, ninguna de las iniciativas tenía una motivación económica en el sentido de instalar una “cadena de valor” para incorporar a las comunidades al mercado. Todas apuntaban al sustento recuperando las formas ancestrales que las hacían autónomas. El FIAC ofreció una fértil alternativa a los esquemas de alivio de la pobreza que se instituyeron en América Latina en los 1980s and 1990s. En lugar de los programas de reducción de la pobreza, la afirmación cultural probaba ser una alternativa que entusiasma a las comunidades andino amazónicas. El PRATEC y los NACAs soñamos que esta inspiración de las comunidades andino amazónicas podría alcanzar a los gobiernos locales en la elaboración de sus presupuestos participativos y, en efecto, algunos NACAs lograron el apoyo puntual que algunas iniciativas necesitaban para llegar a toda la comunidad. Pero, en general ellos prefirieron el cemento urbano como testimonio palpable de su preocupación por el bienestar de las comunidades a las que sirven.
3. El enfoque de derechos y el Vivir Bien
El enfoque de derechos es una alternativa bajo el paraguas del desarrollo a la intervención directa de arriba-abajo en el marco del estado nación. Subyace a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que el estado peruano suscribió y se ha empeñado en cumplir en la última década. Sin embargo, es notable su sesgo antropocéntrico, presente incluso en el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra de las Constituciones de Ecuador y Bolivia que busca incluirse en el aparato legal de los países andinos.
Fue en 2004 que fuimos invitados por la Fundación Gaia, basada en Londres, a un taller de formación de la ABN (African Biodiversity Network, Red Africana de Biodiversidad). Consistió en un período vivencial de la espiritualidad local en Botswana y un taller de planificación de la ABN en Sudáfrica (Johannesburgo). Gaia promueve desde el 2001 la Jurisprudencia de la Tierra (JT) propuesta por el historiador cultural norteamericano Thomas Berry y estaba entonces en el proceso de arraigarla en procesos locales en África. Con Gaia propusimos a la Unión Europea un programa (que derivó eventualmente en el Programa Titikaka) a ser ejecutado conjuntamente por NACAs Sur y Gaia. Esa gestión no tuvo éxito. En realidad, lo que llegaría a ser el Programa Titikaka (2008-10) tuvo su inspiración en la visión de Eduardo Grillo de las federaciones panandinas, encarnada en la iniciativa africana de una red de la biodiversidad basada en la sacralidad de las semillas y en las tradiciones locales de compartirlas.
4. Un enfoque transcultural del Vivir Bien
Basado en su interpretación de los descubrimientos científicos del último siglo, Berry planteó en “La Gran Tarea” (The Great Work 1999), el desafío que la humanidad enfrenta: “la reinvención de lo humano” e identifica la creciente alienación humana de la naturaleza en la cultura corporativa actual. Su enfoque de derechos se basa en una comprensión del universo como “el único texto sin contexto” y su formulación de principios de la Jurisprudencia de la Tierra reza: “el universo está compuesto por sujetos con los cuales se hace comunidad, no por objetos a utilizar. Como sujeto cada componente del universo tiene derechos inherentes.” “Todo miembro de la comunidad de la Tierra, viviente o no, tiene tres derechos: el derecho a ser, el derecho al hábitat y el derecho a cumplir su rol en la regeneración de la comunidad de la Tierra.” Sin embargo, “los derechos humanos no excluyen los derechos de otras formas de ser en su estado natural.
Los derechos humanos de propiedad no son absolutos; son sólo una relación especial entre un ‘propietario’ humano particular y una pieza específica de ‘propiedad’, de modo que ambos puedan cumplir sus roles en la comunidad mayor de existencia.” “Ya que las especies existen sólo en la forma de individuos, los derechos son de individuos, no de especies.” Los derechos son individuales y requieren ser compensados por las obligaciones, los “izquierdos”, los compromisos que, como comunidad, asumimos para que los derechos tengan el espacio para ser ejercidos plenamente. Los principios y valores que sustentan el Buen Vivir o Vivir Bien sólo pueden ser orientadores dinámicos si se aceptan como universales. Thomas Berry y Brian Swimme en El Relato del Universo (The Universe Story) proponen los siguientes principios: diferenciación, subjectividad, y comunión. Estos derivan de la interpretación que hacen de las observaciones de la cosmogénesis iniciada por el estallido que dió origen al universo.
En el contexto del Grupo de Reflexión de la Sociedad Civil que tuvo el encargo de un informe para Rio+203 y que integré por propuesta de TDH Alemania, sometí mi comprensión de la relación entre los principios de Berry Swimme y los valores que se suscribieron en el informe: Diferenciación -> diversidad, libertad Subjetividad -> Igualdad, equidad, libertad Comunión -> solidaridad, respeto a la naturaleza, responsabilidad común pero diferenciada. Un primer vistazo de los principios y valores nos puede dejar en el limbo de la abstracción. Si, en cambio, los tomamos como una invitación a aterrizarlos en nuestra propia, singular vivencia, pueden gradualmente convertirse en serviciales acompañantes en la reflexión cultural del “sentido de lo humano” aquí y ahora.
Es lo que aportan hoy los diversos ensayos que se reúnen en este volumen, cada uno desde la vivencia cultural del lugar que nos ha tocado habitar. En todos ellos resalta el valor de la diversidad como característica de la buena vida: diversidad en lo vivencial y lo sapiencial, aunque implique el difícil encuentro con lo otro, lo diferente, en la aceptación de su legitimidad en la convivencia. El principio de la subjetividad se encarna en la crianza de cada entidad para posibilitar que cumpla su papel en la regeneración de la comunidad de la Tierra. La comunión complementa la crianza y hace posible a la colectividad humana trascender su limitación terrenal.
5. ¿Pueden expresarse principios y valores en el lenguaje de derechos?
“Transformar valores en derechos” fue, en mi opinión, la tarea inacabada de nuestro Grupo de Reflexión. Hacía falta ser irreverentes con el creciente corpus de legislación internacional sobre los derechos humanos que consagra una visión estática, monocultural de la sociedad y de sus normas. Había que seguir la vena del enfoque de Berry reconociendo que los derechos son individuales y que ellos no se derivan de principios y valores. Éstos son el necesario contrapeso cultural de los derechos. Son las obligaciones que aceptamos como comunidad. Es de ellas, y no de los derechos, de las que derivamos estrategias, metas y políticas para nuestra actividad social cotidiana. No olvidamos que nos queda pendiente la reflexión sobre la expresión del Vivir Bien en el lenguaje de derechos, o del papel de los derechos en el Vivir Bien. Es nuestra parte en lo que sigue del Grupo de Reflexión.
Notas:
(1) Allin Kawsay: Concepciones de bienestar en el mundo andino amazónico. PRATEC, Lima, 2002, p. 162.
(2) Financiados, respectivamente, por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés, y BMZ, el Ministerio Alemán de Cooperación Internacional para el Desarrollo, intermediado por TDH-Alemania.
Nota final
Debemos un fraterno reconocimiento a TDH-Alemania por alentar la reflexión de nuestro colectivo sobre un tema crucial de nuestro diálogo de saberes.
*Jorge Ishizawa, PRATEC. Agosto 2013.
Fuente: Servindi