Nora Cortiñas en el acampe contra Monsanto: Gestos revolucionarios
La Madre de Plaza de Mayo estuvo el sábado pasado el acampe frente al predio donde se está construyendo la planta semillera de Monsanto para conversar y solidarizarse con la Asamblea Malvinas Lucha Por La Vida y la resistencia en el lugar. El secretario General del Cispren, Carlos Valduvino y el Gremial, Esteban Liendo acompañaron a Nora en su visita a los compañeros asambleístas.
Por Ximena Cabral (PRENSA RED)
Durante una extensa jornada de tierra y sol, la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas conversó sobre sus casi 40 años de lucha y los desafíos pendientes hoy al momento de hablar de derechos humanos. Las asambleas y las batallas “a cara descubierta” fueron parte de los legados principales que la madre brindó en la mañana del acampe.
En medio del calor, la tierra y la humedad, la madre recorrió cada uno de los puestos en el acampe y fue conversando sobre experiencias, sensaciones y tácticas. La integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, desde la experiencia como militante social y referente de los derechos humanos subrayó la desigualdad en las luchas y la importancia de organizar asambleas y manifestarse sin ocultar el rostro.
Independencia y autonomía
“Hay que hacer asambleas. Aprender a hacer asambleas porque esto ayuda a estar más de acuerdo y no mandarse solos”, fueron las primeras palabras cuando, una vez sentada en el puesto tres del acampe, y mate en mano, Nora Cortiña conversó con quienes mantienen está desde hace más de dos meses en el acampe.
“No se hagan partidarios, sean independientes. Sean autónomos con la cantidad de organizaciones que han sido cooptadas en los últimos años o por convicción política o por dinero o por figuración. Las madres fuimos durante 36 años independientes y críticas. Ahora una mayoría están dentro y quedamos una minoría crítica.”
Avanzada la charla, Nora Cortiñas, militante, psicóloga social y Honoris Causa en diferentes universidades planteó la necesidad de cultivar la paciencia y ser perseverantes.
“Nosotras fuimos invisibles por casi 20 años en la Plaza de Mayo. Las luchas tienen que ser tomadas con paciencia para no meter la pata.”
Con respecto a la represión sufrida en manos de la Uocra es insistente: “Con armas no, igual que ellos no. Con la capucha el pueblo se asusta, no la Side ni la Uocra” y como modo de experiencia relató sobre los casi 37 años que fueron a las rondas de la Plaza con la cara descubierta.
También remarcó la importancia de estar y movilizarse donde la lucha “tampoco en las oficinas de los organismos de Derechos Humanos. Ayudan y pusieron mucho, pero lo ganado es casi por 40 años de movilización popular.”
Luchar por la vida
“Lo de la década ganada hay partes ganadas y otras perdidas, las ganadas fueron el pueblo con la organización popular, como acá”, aclaró. En ese marco realzó el poder celebrarse los juicios y escuchar los testimonios pero también marcó las cuestiones pendientes en materia de Derechos Humanos.
Con respecto a la resistencia al frente de la planta no titubeó: “Esto es hacer patria; gestos revolucionarios. Negarse a que nos envenenen, se lleven la riqueza y maltraten a la gente. ¡Como los gobiernos pueden mirar para otro lado! Hasta cuándo?”, preguntó.
Frente al maíz sembrado mira la tierra. Los de la Asamblea les comentan que el actual intendente de Malvinas, Daniel Arzani, le dio la tierra a la corporación Monsanto. Nora los corrige: “No es de él. Seguro eran tierras fiscales; es decir, tierras nuestras”.
Con gran lucidez agrega que los modelos de supuesto desarrollo que pregonan “son métodos que estropean la Pachamama. Un día nos vamos a hundir todos con el fraking , por ejemplo.”
La titular de la Cátedra de “Poder Económico y Derechos Humanos”, aclaró que esta “no es una lucha por el poder, es una lucha por la vida” y comentó la peligrosidad del proyecto de patentamiento de semillas como forma de patentar lo nutricio, el origen de la vida.
Fuente: Argenpress