No a la privatización de la vida. Stop patentes de semillas, plantas y animales
"Las normativas nacionales e internacionales suscritas por los gobiernos, legalizan este saqueo presentando estas prácticas como inevitables para el funcionamiento del libre comercio de alimentos, a la vez que ilegalizan y criminalizan las actividades de comunidades indígenas y campesinas y de movimientos sociales que tratan de impedir el expolio del patrimonio común y la contaminación genética y química de semillas, naturaleza y alimentación".
L@s campesin@s siempre han garantizado la agrobiodiversidad y la seguridad alimentaria adaptando y mejorando semillas y plantas de origen silvestre a las diferentes condiciones climátológicas, ecológicas, sociales y culturales. Convierten plantas silvestres en alimentos sin reclamar derechos sobre una actividad cuya materia prima procede de la naturaleza.
Con el despliegue de la agricultura industrial mercantilizada, el producto de esta actividad milenaria, comunitaria y de libre acceso, se privatiza, en las últimas décadas, en beneficio de multinacionales productoras de semillas que impiden a l@s agricultor@s reproducir e intercambiar semillas libremente.
El sistema privatizado obliga a usar semillas registradas para la venta, prohíbe intercambiarlas y exige el pago por el derecho a usar semillas, plantas y animales cuya domesticación es fruto de un trabajo campesino ancestral acumulado y gratuito. Con el dominio comercial de las semillas registradas, desaparecen el interés y los recursos públicos para proteger las semillas comunes. Las políticas agrarias desincentivan su uso condicionando las ayudas a material patentado. Los “derechos exclusivos” sobre las semillas comerciales, se alzan sobre el robo del patrimonio biogenético común.
La patente se extiende a la descendencia del organismo patentado y favorece la concentración de beneficios en corporaciones internacionales capaces de realizar grandes inversiones en investigación. Simétricamente, imponen la dependencia de agricultor@s y consumidor@s e impiden la soberanía alimentaria de los pueblos. La consolidación del sistema de derechos de propiedad intelectual acentúa la inseguridad alimentaria y sume en indefensión a campesin@s y pueblos empobrecidos.
El material vivo (semillas, plantas y animales) no es un invento industrial. Los organismos vivos se encuentran en la naturaleza en evolución biológica o después de haber sido mejorados durante milenios por l@s campesin@s. En los países del Norte, las redes de intercambio de semillas se reconstruyen con el esfuerzo de agricultor@s principalmente ecológicos. En los países del Sur, que mantienen prácticas tradicionales, las multinacionales se apropian indebidamente de semillas, plantas y animales para patentarlas en Europa y EEUU con total impunidad.
Las normativas nacionales e internacionales suscritas por los gobiernos, legalizan este saqueo presentando estas prácticas como inevitables para el funcionamiento del libre comercio de alimentos, a la vez que ilegalizan y criminalizan las actividades de comunidades indígenas y campesinas y de movimientos sociales que tratan de impedir el expolio del patrimonio común y la contaminación genética y química de semillas, naturaleza y alimentación.
En 2017, con más de 100 patentes registradas por la Oficina Europea de Patentes (OEP) y más de 800.000 firmas recogidas por 100 organizaciones sociales de 38 países, el Consejo de la OEP acordó excluir de las patentes la mejora genética tradicional considerada “esencialmente biológica” así como plantas y animales derivados de dicha mejora. Pero el 5/12/18 el Gabinete de Apelación de la OEP ha fallado a favor de la industria biotecnológica alegando que la norma contradecía la Ley de patentes que sí permite patentar las plantas y animales derivados de procesos esencialmente biológicos.
L@s ciudadan@s comprometid@s con la salud, la seguridad y la soberanía alimentarias, así como las organizaciones de productor@s y consumidor@s responsables debemos actuar: comprando frutas y verduras ecológicas de agricultores que usan semillas locales no comerciales y expresando nuestro rechazo contra las vergonzosas leyes que patentan la vida.
Fuente: La Garbancita Ecológica