Monsanto también tiene problemas con su nueva soja en Estados Unidos
Las compañías de granos de Estados Unidos planean rechazar la nueva soja transgénica de Monsanto, ante las preocupación de que los reguladores europeos no aprueben la nueva oleaginosa y pongan en peligro las exportaciones.
Agrupaciones comerciales que representan a Cargill, Archer Daniels Midland, y Bunge, entre otras empresas, criticaron duramente la decisión de Monsanto de vender las semillas de soja antes de conseguir el visto bueno de la Unión Europea, según una carta a la que tuvo acceso The Wall Street Journal.
Ahora, las empresas presionan a Monsanto para que detalle cómo se propone impedir que la nueva soja entre a los canales de exportación.
La postura de las compañías representa un potencial golpe para el producto que Monsanto ha promocionado como "El futuro de superventas de la agricultura estadounidense". De todas formas los comercializadores de granos podrían aceptar la soja nueva siempre y cuando los funcionarios de la UE la aprueban para la importación.
Monsanto tenía pensado vender este año, a los agricultores estadounidenses, el equivalente de 1,2 millones de hectáreas de sus nuevas semillas de soja denominadas Roundup Ready 2 Xtend. Ahora espera "la aprobación en un futuro cercano", según dijo un portavoz de la compañía. Por el momento, los representantes de la UE no respondieron a las solicitudes.
“Las acciones de Monsanto con respecto a la soja RR2X son un suceso inaceptable y muy preocupante, y exhortamos (a la compañía) a no repetirlo”, escribieron en la carta los principales directivos de la Asociación Nacional de Granos y Alimentos, la Asociación Norteamericana de Exportadores de Granos, y la Asociación Nacional de Procesadores de Oleaginosas.
La disputa refleja la creciente preocupación de los operadores de granos por los esfuerzos de las compañías de semillas de comercializar nuevos cultivos transgénicos sin autorización previa para comercializarla.
Los grupos agroindustriales estimaron que se perdieron cientos de millones de dólares cuando las autoridades chinas comenzaron a rechazar a fines de 2013 los envíos de maíz de EE.UU. que contenían genética no aprobada desarrollada por la firma suiza Syngenta. Esto dio lugar a demandas por parte de comerciantes y agricultores.
Las últimas semillas de Monsanto contienen una nueva tecnología genética que permite a las plantas de soja soportar un herbicida nuevo y más potente, otro producto insignia de la compañía, Roundup.
Fuente: Info Campo