Informe Ambiental FARN (IAF) 2021 “Pandemia y crisis ambiental: dos caras de una misma moneda”
"Lo ambiental llegó para quedarse y no hay manera de no vincularlo con la agenda social. Todo proceso de desarrollo tiene que tener un piso de inclusión social y un techo que es el límite planetario”. Con estas palabras, nuestro director ejecutivo, Andrés Nápoli, presentó ayer oficialmente, en un evento virtual y ante una gran audiencia, el IAF 2021, que reúne aportes que proponen encarar los desafíos de la época en el marco de este horizonte.
El IAF es el informe anual característico de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales y es considerado como la publicación que posee mayor continuidad y actualidad en materia ambiental dentro de Argentina. En su edición número 13, ponemos el foco en la urgencia de pensar nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza, con el objetivo de pensar salidas socialmente más justas y ambientalmente más sostenibles frente a la crisis multidimensional desatada por la pandemia de COVID-19.
En el evento de lanzamiento, encaramos un conversatorio virtual alrededor de esta temática, en el que nos propusimos desmitificar la noción de “ambientalismo bobo” y problematizar la falsa dicotomía existente entre cuidado del ambiente y desarrollo económico. En esta instancia, nos nutrimos con los enriquecedores puntos de vista de Mauro Fernández (investigador y consultor en temas de clima, energía y transiciones socio-ecológicas), Ana Julia Aneise (economista y referente de la organización Jóvenes por el Clima), Carlos Vicente (ecologista e integrante de la organización internacional GRAIN) y María Eugenia Di Paola (coordinadora de Ambiente y Desarrollo Sostenible PNUD en Argentina).
El periodista Sergio Elguezábal, moderó el conversatorio y abrió el debate con un interesante interrogante: “El modelo de producción vigente ¿nos lleva hacia un lugar que deseamos como sociedad?”.
En respuesta a esta pregunta, Carlos Vicente afirmó que en los últimos años la matriz socioeconómica se ha dedicado a la explotación de la naturaleza y de las personas, y que resulta sumamente urgente modificar las estructuras que sostienen a esa matriz: “Necesitamos barajar y dar de nuevo. No podemos seguir caminando por esta dirección necesitamos cambios radicales. Si las sociedades no cooperamos con la naturaleza, la crisis climática tendrá efectos peores que la pandemia. No estamos dimensionando la sexta extinción que estamos produciendo”.
Ana Julia Aneise subrayó que desde los movimientos juveniles comparten esta necesidad de “barajar y dar de nuevo”: “Lo que no tiene alternativa es el modelo vigente, no solamente desde un punto de vista social y ambiental, sino económico. El sector hidrocarburífero está en vías de desaparecer”. La referente de Jóvenes por el Clima, agregó que para lograr consensos acerca de lo importante que resulta cambiar el rumbo de la matriz productiva actual, desde los movimientos juveniles están trabajando articuladamente con diversos sectores de la sociedad civil: “En Argentina, hay una enorme tradición de organización popular que tenemos que rescatar frente a esta crisis que estamos viviendo. Hay que articular con distintos sectores, como los feministas, sociales y sindicales, para partir de un mismo diagnóstico que comprenda que los temas ambientales son prioritarios”.
En este sentido, Aneise sostuvo que el proceso de concientización está creciendo, y que los sectores que califican al ambientalismo con adjetivos peyorativos como “bobo”, son muy minoritarios. En esta línea, Mauro Fernández añadió que el ataque hacia el ambientalismo es una defensa de los grupos privilegiados: “Cuando hay límites reales que se les imponen, en vez de hacer un ejercicio humilde de hacer una actualización política, se quedan en la lectura de hace 30 años atrás”. El investigador admitió que quienes permanecen con una actitud negacionista ante las problemáticas ambientales conforman una pequeña parte de la sociedad, pero son los que ejercen la vanguardia de la represión que avanza sobre los territorios. A su vez, remarcó que el negacionismo no solo cala en las derechas, sino que también interpela a otros colores políticos, y que se deben aunar esfuerzos para que esta narrativa de cancelación del ambientalismo no avance dentro del espacio progresista.
En el marco de la discusión sobre la falsa dicotomía entre ambiente y desarrollo, María Eugenia Di Paola destacó que actualmente existen herramientas que permiten que los modelos productivos se adapten a la crisis socioambiental que azota al planeta: “Contamos con casos puntuales y experiencias territoriales que forman parte de la solución a esta crisis, pero que todavía no tienen la suficiente escala. Ejemplos de esto son la agroecología, las energías renovables, y la economía circular . Allí, tenemos que trabajar con inversiones y financiamiento para que estas herramientas puedan generar incentivos para apalancar el cambio”. Di Paola también indicó que el fortalecimiento institucional en clave ambiental resulta fundamental para generar estas transiciones socioecológicas. En este sentido, subrayó la necesidad de contar con delitos ambientales en el Código Penal, ya que este instrumento se constituye como un “elemento disuasorio” ante las actividades que avanzan indiscriminadamente sobre los ecosistemas.
La pandemia y la crisis ambiental evidencian la insoslayable necesidad de poner a la vida humana y no humana en el centro de las discusiones y de las políticas públicas. Esperamos que el Informe Ambiental FARN 2021 brinde aportes para enriquecer estas ideas y que sea una herramienta para el delineamiento de soluciones que tengan como horizonte la justicia social y ambiental.
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Fuente: FARN