India versus Monsanto: las semillas no se pueden patentar
Dos decisiones ponen en vilo a la producción de semillas transgénicas en el mundo. India prohíbe patentar semillas y la Unión Europea cambia las reglas de juego para las semillas campesinas, es decir, que son nativas de las regiones.
India también cedió a una petición de décadas. La Corte Suprema de ese país ha decidido prohibir las patentes de semillas. Sobre todo, es un golpe para Monsanto porque no puede reclamar las patentes de las semillas de algodón genéticamente modificadas Bollgard y Bolgard II.
El director de tecnología de Monsanto, Robert Fraley, que acaba de anunciar que él y otros ejecutivos de alto nivel abandonan la empresa luego de que se cierre la adquisición multimillonaria de Bayer AG, lamentó la noticia, según EcoWatch.
Monsanto introdujo por primera vez sus semillas genéticamente modificadas en India en 1995. Estos cultivos se han insertado con una toxina resistente a las plagas llamada Bacillus thuringiensis o Bt, y hoy, más del 90% de la cosecha de algodón del país está genéticamente modificada.
Según la Ley de Patentes de la India de 1970, el Tribunal Superior de Delhi dictaminó el mes pasado que las variedades de plantas y las semillas no pueden ser patentadas, rechazando así el intento de Monsanto de bloquear su licenciatario indio, Nuziveedu Seeds Ltd., de vender las semillas.
Debido a la decisión, las reclamaciones de Monsanto contra Nuziveedu por regalías no pagadas han sido canceladas, ya que sus patentes ahora son inválidas bajo la ley india. Las regalías ahora serán decididas por el gobierno, según Reuters.
Por su parte, la Unión Europea adoptó una medida que le permite a los agricultores orgánicos vender semillar de sus cultivos domésticos. Según ese diario, la decisión entrará en vigor en dos años y medio, en 2021, pone fin a 37 años de restricciones, cuando comenzó la regulación a la comercialización de semillas fuera del catálogo oficial, en 1981.
Hasta entonces, solo las semillas listadas por un catálogo oficial podrían comercializarse legalmente. Según el diario Le Figaro, "la mayoría de estas semillas pertenecían a multinacionales como Monsanto.
Según Positivr France (un portal de noticias de agricultura fracófono) todos los agricultores orgánicos podrán desarrollar sus propias variedades y comercializarlas. Según el decreto que aprobó su venta, el objetivo principal es “revivir las miles de variedades de frutas y verduras que existen y vacilar las inquietantes estadísticas proporcionadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)”. Según Le Figaro: tres cuartas partes de los alimentos que se consumen en Europa provienen de solo 12 especies de plantas y 5 especies de animales.
Fuente: El Espectador