Hay que salir ya del ciclo suicida de la agroindustria
Las voces de alerta se unen: si no hay cambio en la política agropecuaria para dejar de depender de Estados Unidos y reducir el control de las empresas trasnacionales en la comercialización de semillas y productos del campo, aumentará el número de personas en pobreza alimentaria.
"El sector agropecuario, prioritario: CNC. Encarecimiento si no se apoya al campo: Grain"
La organización internacional Grain, que se define como una pequeña organización sin fines de lucro que trabaja apoyando a campesinos y agricultores en pequeña escala y a movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas alimentarios basados en la biodiversidad y controlados comunitariamente, sostuvo que a causa del cambio climático y la escasez de agua se reducirá la producción de alimentos, mientras países que luchan contra severos problemas de hambre podrían ver reducida su oferta interna de alimentos a la mitad, antes de concluir el siglo.
Puntualizó que 30 por ciento de las emisiones de gases que causan el cambio climático provienen del uso de enormes cantidades de fertilizantes químicos, de la expansión de la industria carníca y la destrucción de bosques y selvas para abrir espacios a la agricultura. El porcentaje se incrementa al convertir los alimentos en mercancías mundiales e industriales, ya que trasladarlas de un país a otro implica procesarlas, almacenarlas, congelarlas, lo que conlleva un gasto de grandes volúmenes de combustible.
Con el cambio climático, la producción agrícola mundial se reducirá en 3 por ciento en 70 años, pero los más afectados serán los países en desarrollo, pues la caída de su potencial será de 9.1 por ciento; los porcentajes variarán por la escasez de agua, cuyas fuentes se están haciendo peligrosamente escasas en muchas partes del mundo.
A ello se agrega el control del mercado y el abasto global por un pequeño grupo de empresas que prácticamente tienen bajo su mando la cadena alimentaria, y que ante cualquier perturbación del abasto de alimentos o de la percepción de algún problema reaccionan con aumentos en los precios y acaparamiento.
Nunca ha habido una necesidad tan urgente de que un sistema asegure un abasto alimentario para todos de acuerdo a sus necesidades. Hay que volver a poner las semillas en manos campesinas, eliminar los pesticidas y fertilizantes químicos, integrar el ganado a formas de producción mixta. Hay que salir del ciclo suicida de la agricultura industrial y recuperar el control sobre nuestros sistemas alimentarios y territorios, destaca el organismo en el artículo intitulado El fracaso del sistema alimentario trasnacional, que forma parte del libro Cocinando el planeta: hechos, cifras y propuesta s sobre el cambio climático y el sistema alimentario global, elaborado por Grain.
Para la Confederación Nacional Campesina (CNC) es urgente que el sector agropecuario figure entre las prioridades del gobierno, pero el alza de los precios de los combustibles, particularmente del diesel, demuestra cuáles son sus inquietudes.
En pocas semanas, los precios de los alimentos, según datos del Banco de México, registraron aumentos de 20 por ciento. Al campo no se le reconoce su crecimiento de 1.5 por ciento en tiempo de crisis ni su contribución de más de 20 por ciento en la generación de empleos ni su capacidad distributiva de la riqueza, dijo el dirigente de la CNC, Cruz López Aguilar.
Las causas de la crisis de los precios de los alimentos persisten. De no apoyar al campo, se repetirá el encarecimiento de los alimentos en este año o en el siguiente, y mientras los países protegen sus economías y apoyan a sus productores, nosotros abrimos las fronteras y no se protesta por los cobros de 70 a 100 dólares que impuso el gobierno de Estados Unidos por cada cabeza de becerro que exportan los mexicanos a su mercado, lo cual ha golpeado a los ganaderos; le dejamos libre el camino para que se apodere del mercado de productos pecuarios.
También el Frente Nacional de Legisladores del Sector Rural insistió en la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que se reconozca el estado de emergencia en el que viven miles de indígenas y campesinos, lo cual no se resuelve con una política de caridad y asistencialismo.
Por Matilde Pérez U.
Periódico La Jornada
Lunes 1º de febrero de 2010, p. 14
Fuente: La Jornada