Hambre de innovaciones
Si hiciéramos una competición de ideas para crear hambre y pobreza en el mundo, el segundo premio, a mi juicio, se lo llevaría la "economía de escala". Traduciendo del diccionario neoliberal: si quieres sobrevivir debes crecer.
En el sector lechero europeo -por ejemplo-, con la falta de regulación y el control del precio de la leche en manos de la industria láctea han desaparecido miles de pequeñas explotaciones familiares y el tejido económico que ellas generaban. Ahora contamos con grandes vaquerías, donde las vacas sin permisos para dar una caminata y consumiendo cantidades insostenibles de agua y piensos a base de soja saqueada de los ecosistemas latinoamericanos producen más leche de la necesaria.
El primer premio se lo otorgaría a soluciones como la que acaba de recuperar la Unión Europea y que denuncia La Vía Campesina. Si tenemos excedentes de leche, subvencionaremos su exportación a terceros países. Qué acierto, la misma leche que arruinó a nuestros ganaderos y ganaderas la reutilizaremos para devastar la pequeña agricultura familiar de los países empobrecidos del sur.
Veamos qué nos dirán Zapatero, Ban Ki-moon y los ministros presentes en la Reunión de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria que se celebra este lunes y martes en Madrid. Quizás me toque corregir mis resultados y darles a ellos por alguna primicia insospechada la medalla de oro.
Gustavo Duch
Veterinarios Sin Fronteras