Florescano: "Maíz transgénico rompe con tradición de más de 4 mil años"
Enrique Florescano habla de la importancia milenaria del maíz, el cual se convirtió en deidad de distintas culturas en Mesoamérica.
Enrique Florescano, escritor homenajeado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, comentó que las afectaciones del maíz transgénico no sólo son biológicas sino culturales.
En entrevista para Aristegui CNN, comentó que los transgénicos ponen al maíz “totalmente en riesgo desde el punto de vista biológico como alegan y sostienen muchos, de que biológicamente es un cambio radical en la estructura molecular y alimenticia del grano, pero culturalmente, porque ya no van a repetirse todos estos ciclos que estamos hablando de la misma manera, es decir, esa invasión externa rompe con toda la tradición de cuatro mil años de cultivo del maíz en Mesoamérica y naturalmente rompe con las tradiciones, la identidad que el campesino tiene con su planta, hay un dicho que dice ‘yo no vivo, del maíz, vivo para el maíz’, dicen los campesinos del centro de México”.
Al comentar sobre su libro “¿Cómo se hace un dios?”, destacó la relevancia del Dios del Maíz en gran parte del territorio mexicano y Centroamérica. “El maíz es uno de los factores de cultura y de identidad más profundamente arraigados en la sociedad mexicana de todos los tiempos”, afirmó.
Recordó que históricamente a nivel mundial “la religión ha sido desde siempre, desde los tiempos más antiguos, uno de los elementos más importantes de espiritualidad, de fe, de creencia y también de desatinos”.
“La religión ocupa un lugar primordial en la historia del pensamiento humano y está conectada indudablemente con la normatividad de la vida, la religión nos dicta normas, nos dicta prácticas de vida y nos dicta a quién y cuando debemos adorar, hacer el culto, bendecir y obedecer, por eso es tan importante y tan significativa porque norma la vida de todos los creyentes y les pone reglas fijas para conducirse en su interior, en el interior de su familiaridad y fuera de ella, así que por eso es tan importante la religión mundialmente y ha sido un fenómeno general”, agregó.
Florescano destacó que “en México lo tenemos desde los tiempos más antiguos, los olmecas empezaron a crear dioses, a inventar las formas como deben representarse” y que al principio eran seres celestes sin embargo poco a poco fueron adoptando formas humanas.
Comentó que la historia del Dios del Maíz se repite en varias culturas, “el Dios del maíz nace, muere en el inframundo con los dioses de Xibalbá, lo matan, lo asesinan, van, los hijos gemelos divinos, lo rescatan y aquí está saliendo del inframundo, gozoso bailando y cargando con él las mazorcas del maíz (…) este ciclo del Dios del Maíz, muerte y renacimiento y salida a la superficie terrestre es la parte que todas las culturas siguientes van a repetir y van a mostrar en pintura, escultura, grabado”.
El escritor relató los ritos que envuelven al Dios del Maíz. El rito de la siembra que congrega a toda la población campesina, se hace un hoyo en la tierra, sacrifican animales y después siembran ahí los primeros granos de maíz (…) En el rito del cultivo, la apisonan, la fortalecen, primera mazorca hay una gran fiesta, se hacen tamales y hay una celebración colectiva”.
Finalmente comentó que “el descubrimiento más importante del siglo XX, de los historiadores que estudian a la antigüedad mexicana, es descubrir que estos mitos, ritos del Dios del maíz siguen hoy vivos en los campesinos de toda la costa, desde Tuxpan por toda la costa del Golfo de México, entrando a la península de Yucatán y siguiendo hasta el interior de Guatemala, Belice, se repite exactamente el ciclo de muerte, lucha del Dios con los enemigos y triunfo final ayudado por los héroes gemelos para que el Dios renazca y surja en la superficie de la tierra convertido en planta y hay cantos y mitos y ritos que repiten exactamente pero como un espejo lo que se contaba, pintaba y relataba en la época clásica”.
- Foto por Karina Maciel.
Fuente: Aristegui Noticias