El clan del petróleo torpedea la COP24
Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudí y Kuwait se unen para paralizar el apoyo al informe del IPCC sobre el cambio climático y reducir la ambición global en la lucha contra el calentamiento del planeta.
El consenso parecía claro y las comunidades internacional y científica arropaban en octubre el último informe del Grupo de Expertos Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), ese documento que ha sacudido las políticas económica y medioambiental del planeta y que señala, por un lado, la necesidad de incrementar drásticamente los esfuerzos para frenar el calentamiento global y, por otro, la catastrófica situación que implicaría llegar a un aumento de 2ºC sobre los niveles preindustriales comparada con un incremento de 1,5ºC.
El estudio del prestigioso grupo constituía la antesala de la XXIV cumbre del clima de Katowice (Polonia) —COP24— que este semana entra en su recta final. Sin embargo, ayer cuatro países con un interés común por continuar con el uso de energías fósiles, particularmente petróleo, ponían la primera gran zancadilla a una cumbre de la que debería salir la concreción de unos Acuerdos de París aún pendientes de cerrar.
Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudí y Kuwait, naciones todas ellas exportadoras de petróleo, sellaban este fin de semana una alianza para tumbar el apoyo al documento. Las cuatro naciones bloqueaban así dar “la bienvenida” a las conclusiones del informe y proponían que simplemente fuese “tenido en cuenta”.
El bloqueo a un documento que acortaba los plazos para tomar acciones reales y drásticas ante el cambio climático supone, de facto, la división de los asistentes a Katowice en dos bloques en un momento en el que multitud de organizaciones de la sociedad civil ven imperativo actuar de forma enérgica contra el calentamiento global, cerrando la letra pequeña que permita poner en marcha los Acuerdos de París e incrementando la ambición de los países en materia climática, tal como señalaba el informe del IPCC. La jugada supone además un freno a gran parte de la acción diplomática llevada a cabo para salir de Katowice con un acuerdo que beneficie al planeta y no a la industria de los combustibles fósiles.
“ES UNA VERGÜENZA”
El principal escollo global en la lucha contra el cambio climático, la administración norteamericana de Trump, indicaba a través de su departamento de Estado. “Los Estados Unidos estaban dispuestos a tomar nota del informe y expresar su agradecimiento a los científicos que lo desarrollaron, pero no a darle la bienvenida, ya que eso denota la aprobación del informe”, apuntaban, añadiendo: “Como hemos dejado en claro en el IPCC y en otros organismos, Estados Unidos no ha respaldado las conclusiones del informe”.
En lado contrario, Alden Meyer, de la Union of Concerned Scientists, señalaba a Associated Press: “Es una vergüenza que la principal superpotencia científica se ponga en una posición de no creer un informe elaborado por a la comunidad científica global, incluyendo un gran número destacado de científicos estadounidenses”. Meyer recordaba además que “los sauditas, con sus compañeros los kuwaitíes, han sido durante mucho tiempo problemáticos en esto en este proceso”.
Por su parte, la ministra española de Transición Energética, Teresa Ribera, ha lamentado la falta de consideración al informe en la cumbre. “Siento mucho que haya sido así. Era importante destacar juntos la trascendencia del informe del 1,5 grados del IPCC y la urgencia de acelerar la transformación frente a la ‘brutalidad’ de los impactos del cambio Climático”, indicaba a través de su cuenta de Twitter.
La decisión del cuarteto ha enfurecido a algunos dirigentes mundiales. Rueanna Haynes, delegada St. Kitts and Nevis, denunciaba lo “ridículo” de no abrazar las conclusiones del informe, añadiendo que “es muy frustrante que no podamos tener en cuenta los hallazgos del informe: estamos hablando del futuro del mundo. Suena como una hipérbole cuando lo digo, pero así de serio es”, según declaraciones recogidas por The Guardian.
Fuente: El Salto