Ecuador: incendios y plantaciones forestales
"El incendio forestal de más de 1000 hectáreas en Puembo nos debe de llamar a la reflexión sobre la política forestal que se quiere implementar en el país, ¿Por qué expandir en 120.000 hectáreas las plantaciones forestales con especies como eucalipto, pino, ciprés y teca, con los riesgos que ya se conocen, y que además va en contra de lo que señala la Constitución sobre reforestación?"
Durante las últimas semanas han ocurrido numerosos incendios forestales, el último de más de tres días en las inmediaciones de Quito, en San Luis de Puembo, que supuso un enorme esfuerzo para los bomberos, intentando apagar muchos árboles de eucaliptos que ardían como antorchas.
Quedan apenas unos pocos parches de la vegetación nativa de Quito y sus alrededores como el bosque Caracha, Chilcapamba o Aromopamba, sin embargo lo que generalmente reconocemos como “bosque protector” es en realidad una plantación de eucaliptos especialmente vulnerables a incendios debido a que consumen grandes cantidades de agua y por lo tanto secan el área donde se encuentran. Adicionalmente la hojarasca que producen no se descompone y en la época seca, como en los meses de verano se forma una capa de material altamente combustible.
El Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales señala que una plantación forestal está diseñada con un solo tipo de árboles, generalmente de alta inflamabilidad. Los bosques, en cambio, mantienen su humedad y una densa vegetación a ras del suelo, que trabaja como barrera contra el fuego. Una prueba evidente de esto es que el chaparro y los pequeños remanentes de bosque nativo sufren considerablemente menos incendios durante esta temporada, a no ser que se encuentren muy cerca de plantaciones forestales.
Quito debe replantearse la calidad de su “cinturón verde”, e iniciar cuanto antes la restauración de sus ecosistemas nativos originales en todas los distritos que lo conforman, e incluso en su zonas de influencia.
El incendio forestal de más de 1000 hectáreas en Puembo nos debe de llamar a la reflexión sobre la política forestal que se quiere implementar en el país, ¿Por qué expandir en 120.000 hectáreas las plantaciones forestales con especies como eucalipto, pino, ciprés y teca, con los riesgos que ya se conocen, y que además va en contra de lo que señala la Constitución sobre reforestación?
El Art 409 señala: “ el Estado desarrollará y estimulará proyectos de forestación, reforestación y revegetación que eviten el monocultivo y utilicen, de manera preferente, especies nativas y adaptadas a la zona.”
¿No es mejor apuntar a la restauración de los bosques en beneficio del cuidado y crianza del agua, la biodiversidad, el bienestar de la población y las comunidades y sus territorios?
Toda crisis es una oportunidad, y este podría ser el momento de pensar en el beneficio de Quito a largo plazo, y utilizar los recursos que el Estado ha dispuesto para reforestación, para remplazar las plantaciones quemadas por los ecosistemas forestales nativos originales que antaño ocupaban nuestra ciudad.