Día Mundial de la Alimentación Agroecológica 2014
La producción agroecológica de alimentos necesita un consumo responsable que se responsabilice de sostenerla. Sin un movimiento de consumidores que rompa con la alimentación industrializada, no es viable una producción ecológica de pequeña escala, de circuitos cortos, de alimentos de temporada y defensora de la vida rural digna.
La seguridad alimentaria es una derivada de una producción agroecológica y un consumo responsable coordinados y autónomos de los poderes económicos y políticos globalizadores.
La producción agroecológica no es sólo sustituir productos químicos por biológicos. Simétricamente, el consumo responsable no es sólo seleccionar alimentos por sus etiquetas en las grandes superficies. No podemos desentendernos de la manipulación de las multinacionales que insertan hábitos alimentarios enfermantes en la población y de las condiciones económicas y sociales de agricultor@s y trabajador@s del campo.
Las elites ilustradas urbanas y el ecologismo alterglobalizador evocan el bucólico ambiente rural frente al estrés y la contaminación de las ciudades. En el terreno de la inseguridad alimentaria, se responsabilizan de su propia seguridad comprando comida biológica de alto coste en las grandes superficies o en las tiendas especializadas. Las redes de consumidores agroecológicos más vinculadas a las instituciones y a la agroindustria ecológica, como es el caso de la Federación Andaluza de Consumidores de Productos Ecológicos, representan políticamente a estas élites y suscriben acuerdos en los que defienden explícitamente la distribución de productos ecológicos a través de las grandes superficies. Pero esto no es ecologismo ni consumo responsable. No podemos hablar de ecologismo y consumo responsable sólo para unos pocos y sin confrontación con las causas y los causantes de la inseguridad alimentaria y la contaminación que sufre toda la sociedad.
La imposición de pautas de alimentación enfermantes es ilegítima, pero también ilegal. Por eso debe ser impedida. Invitar a comer a todas horas, ofrecer porciones más grandes, hacer publicidad de alcohol y de tabaco dirigida a personas jóvenes o asociar la comida y la bebida basura al deporte o la solidaridad, constituyen un atentado contra la salud. Si los poderes públicos no actúan, la sociedad debe actuar.
No es suficiente denunciar la inseguridad y pérdida de la soberanía alimentaria del actual modelo de producción y consumo de alimentos. Hay que defender la viabilidad de las explotaciones campesinas agroecológicas en cada territorio. Los colectivos de consumidores debemos llegar a sectores crecientes de la población por las ventajas nutricionales y gustativas de los alimentos agroecológicos pero también por sus propiedades sociales y medioambientales. Aunque tengamos que enfrentarnos con los que dan las subvenciones. La investigación, los métodos de organización, participación y comunicación social de los proyectos cooperativos de consumo responsable es clave para el desarrollo de un consumo que se responsabilice de los productores agroecológicos.
DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN AGROECOLÓGICA (16 OCTUBRE 2014)
Alimentar al mundo, cuidar el planeta
Defender la Agricultura Familiar Agroecológica
Garantizar una Alimentación sin Transgénicos ni Agrotóxicos
Fuente: La Garbancita Ecológica