Convocatoria al segundo encuentro internacional de Mujeres que Luchan
A las mujeres que luchan en todo el mundo:
Hermana, compañera, mujer que lucha:
Te saludamos como mujeres que somos, como indígenas y como zapatistas.
Tal vez te recuerdas que en el Primer Encuentro hicimos un acuerdo de que tenemos que estar vivas. Pero pues claro lo vemos que sigue la matazón y la desaparición de mujeres. De todas las edades y de todas las condiciones sociales. Nos asesinan y nos desaparecen porque somos mujeres. Y, además, todavía nos dicen que es nuestra culpa, que por qué nos vestimos como nos vestimos, que por qué andamos donde andamos, que por qué a tales horas en tales lugares. Y entonces, en los malos gobiernos no falta quien, hombre o mujer, que salga con una estupidez que nos dicen que entonces ya no debemos salir. Según ese pensamiento, entonces las mujeres deben estar siempre encerradas en sus casas, no deben salir, no deben estudiar, no deben trabajar, no deben divertirse, no deben ser libres.
Como que lo vemos claro que el sistema capitalista y patriarcal es como un juez que ha dicho que somos culpables de haber nacido mujeres y por tanto nuestro castigo por ese delito es la violencia, la muerte o la desaparición.
Cuesta mucho, hermana y compañera, ponerlo en palabras, porque es como una maldad muy grande que no se le puede poner un nombre. Y si ahora se dice “feminicidio” o como le pongan, no se ve que cambia nada. Siguen las muertas y las desapariciones.
Y luego nuestras familias, nuestras amistades, nuestras conocidas, todavía tienen que luchar porque no nos maten o desaparezcan otra vez, cuando dejan sin castigo a los culpables o dicen que tuvimos mala suerte o, peor todavía, dicen que nosotras nos lo buscamos.
Con perdón, hermana y compañera, pero eso es una estupidez muy grande. Todavía que tenemos que luchar contra la discriminación en la casa, en la calle, en la escuela, en el trabajo, en el transporte, con conocidos y con desconocidos, aparte es que dicen que buscamos morirnos. No, no morirnos, sino que nos violen, que nos asesinen, que nos descuarticen, que nos desaparezcan.
Quienes dicen así son machistas o mujeres con pensamiento de machistas.
Entonces, compañera, hermana, como el acuerdo que tuvimos en el Primer Encuentro es estar vivas, pues como que tenemos que dar la cuenta de qué hemos hecho o qué no hemos hecho para cumplir ese acuerdo.
Por eso estamos convocando a este Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan con un solo tema: la violencia contra las mujeres.
Y ese tema en dos partes: Una de denuncia y otra de qué vamos a hacer para parar esa masacre que nos están haciendo.
Entonces pues a eso te invitamos, hermana y compañera, que nos reunamos y saquemos toda nuestra rabia y digamos claro todo lo que están haciendo en todas partes.
Porque lo que vemos es que como que pedacean nuestro dolor: una violada por un lado, una golpeada por otro, una desaparecida por allá, una asesinada más acá.
Hacen así para que pensemos que es problema de otra mujer en otra parte, que no nos va a tocar a nosotras, que no es tan grave, que los malos gobiernos lo van a resolver.
Pero lo vemos que no es así, que sí nos va a tocar a nosotras o a alguien cercana a nosotras, que sí es grave, muy grave, y que los malos gobiernos no van a hacer nada, sólo van a hacer declaraciones y a decir que van a perseguir, pero no a los asesinos, a los violadores, a los secuestradores, sino a las mujeres que con rabia rompieron vidrios o pintarrajearon una piedra.
Así está el sistema capitalista patriarcal, hermana y compañera. Así está la cosa que vale más un vidrio o una pared rayoneada, que la vida de una mujer.
Y eso no puede seguir, de veras.
Mira, te contamos que hace algunos años, antes de nuestro alzamiento y el inicio de la guerra contra el olvido, acá en las fincas valía más un pollo que la vida de una indígena. ¿No se puede creer? Pues sí, así decían los finqueros. Ahora nos están diciendo peor como mujeres que somos, porque lloriquean y se escandalizan por un vidrio y una pintada que dice la verdad.
Y la verdad no es sólo que nos están violando, asesinando y desapareciendo. Eso sí, pero también la verdad es que no nos vamos a quedar como que no pasa nada, bien portaditas y obedientes.
Tanto nos atacan que hasta ya parece que es un negocio del sistema. Si hay más mujeres asesinadas o desaparecidas o violadas o violentadas, entonces hay más ganancias. Tal vez por eso no se detiene esta guerra contra las mujeres. Porque ya no se puede creer que, cada día, son desaparecidas o asesinadas mujeres en todas partes, y el sistema sigue tranquilo, contento, sólo preocupado por la paga.
De repente puede ser que, si seguimos vivas, si no somos violentadas, entonces se arruina el negocio. Como que también habría que analizar si, al mismo tiempo que sube el número de mujeres violentadas en el mundo, suben también las ganancias de los grandes capitalistas. Tantas golpeadas, tantas desaparecidas, tantas asesinadas, igual a tantos millones de dólares o de euros o de la moneda que sea.
Porque lo sabemos bien que el sistema sólo atiende lo que le afecta la ganancia. Y lo sabemos bien también que el sistema hace ganancias de las destrucciones y las guerras. Entonces pensamos que nuestras violencias que tenemos, nuestras muertes, son pues ganancia para el capitalista. Y nuestras vidas, nuestras libertades, nuestra tranquilidad, son pérdidas de dinero para el sistema.
Entonces queremos que vengas y que digas claro tu denuncia. No para que la escuche un juez o un policía o un periodista, sino que para te escuche otra mujer, varias mujeres, muchas mujeres que luchan. Y así, compañera y hermana, tu dolor no esté solo y que se una con otros dolores. Y de tantos dolores que se unen no sale sólo un dolor muy grande, también sale una rabia que es como una semilla. Y si esa semilla se crece en organización, pues el dolor y la rabia se hacen resistencia y rebeldía, como decimos acá, y dejamos de esperar a que nos toque o no nos toque la desgracia, y nos ponemos a hacer algo, primero para detener esa violencia contra nuestra, luego para conquistar nuestra libertad como mujeres que somos.
Porque ésa es nuestra experiencia en nuestra historia como mujeres, como campesinas, como indígenas y como zapatistas.
Nadie nos va a conseguir la paz, la libertad, la justicia. Tenemos que luchar, hermana y compañera, luchar y arrebatárselas al Mandón.
Por eso la invitación al tema de Violencia contra las Mujeres no es sólo a denunciar, también a decir qué se hace o qué se hizo o qué se puede hacer para detener esos crímenes.
Lo sabemos, porque lo escuchamos y lo miramos en tus participaciones en el Primer Encuentro, que hay muchas formas o modos de la lucha como mujeres que somos. Lo sabemos que unas dicen que más mejor su forma, que la forma o el modo de otras no sirve, y muchas cosas que se dicen. Está bien si se discute aunque no se llegue a ningún acuerdo.
Pero el problema que miramos nosotras zapatistas, es que para poder discutir y pelearnos quién es más mejor feminista, pues primero tenemos que estar vivas. Y nos están matando y desapareciendo.
Entonces la invitación a este encuentro es para un solo tema: Violencia contra las mujeres. Y con dos partes: denuncia y propuestas de cómo hacer para parar esta guerra.
No es que vamos a sacar un acuerdo de todas luchar de la misma forma, porque cada quien tiene sus modos, sus geografías y sus tiempos. Pero de escucharnos las diferentes formas, pues nos va a dar ideas de cómo hacer, según vemos qué nos sirve y qué no.
El sistema quiere que sólo gritemos de dolor, de desesperación, de angustia, de impotencia.
Ahora se trata de que gritemos juntas, pero de rabia, de coraje, de indignación. Pero no cada quien por su lado, pedaceadas como nos violan y matan y desaparecen, sino que juntas, aunque cada quien en su tiempo, su lugar y su modo.
Y de repente, compañera y hermana, qué tal que aprendemos no sólo a gritar de rabia, y también hallamos el modo, el lugar y el tiempo, para gritar un mundo nuevo.
Fíjate, hermana y compañera, cómo están las cosas que para poder estar vivas, tenemos que hacer otro mundo. Hasta eso ha llegado el sistema, que sólo podemos vivir si lo matamos de una vez. No arreglarlo un poco, o ponerle buena cara, pedirle que se porte bien, que no sea tan malo, que no se pase. No. Destruirlo, matarlo, desaparecerlo, que no quede nada, ni cenizas. Así lo vemos nosotras, compañera y hermana, que es el sistema o nosotras. Así lo puso el sistema, no nosotras como mujeres que somos.
Y las fechas que te invitamos es el día 26 de diciembre del 2019 la llegada. Los días 27, 28 y 29 de diciembre de 2019, son los días de encontrarnos, hablarnos y escucharnos. El mismo 29 de diciembre del 2019 hacemos la clausura.
El lugar es en el Semillero que ahora lo vamos a llamar “Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona”, del Caracol Torbellino de Nuestras Palabras, de la zona Tzots Choj (en la comunidad de Morelia, MAREZ 17 de Noviembre), el mismo lugar donde fue el Primer Encuentro.
La llegada es en el mero caracol, ahí se dan los gafetes y el programa, y de ahí las compañeras choferas te llevan mero al semillero donde no se permite que entren hombres, aunque sean hombres buenos o regulares o ni modos. O sea que ya ni siquiera se van a poder asomar los hombres ni ver de lejos nuestra reunión, porque el semillero está protegido por montañas.
Los hombres pueden quedar en el caracol a esperar mientras nos reunimos como mujeres que somos, pero sólo si es que vienen acompañados con una mujer que responda y se responsabilice de que no hagan una tarugada. A ese lugar le vamos a decir que es “mixto”, o sea que pueden estar hombres y mujeres que así lo digan.
Ahí en ese lugar, donde van a poder estar hombres, de repente, tal vez, una comisión de mujeres zapatistas va del lugar del encuentro y les da plática de lo que se está denunciando en el semillero. Para que lo sepan pues. Y viera que tienen un poco de vergüenza, pues van y lo cuentan a otros hombres, y les dicen lo principal, que es que no vamos a esperar que entiendan o que se porten bien y se dejen de chingaderas, sino que vamos a organizarnos para defendernos primero, y luego para cambiar todo, Todo, TODO.
Otra cosa que les decimos, compañera y hermana, es que hemos estado revisando lo que hicimos mal en el Primer Encuentro. Por eso queremos hacerlo en el mismo lugar para ver si podemos corregir nuestros errores.
Y también que miramos que en el registro y la programación del Primer Encuentro, pues se favoreció a quienes piensan igual que las personas que apoyaron en eso de registro y programación. O sea que quedaron actividades y mujeres sin participar, porque pusieron primero a quienes pensaban igual y cuando ya se quiso acomodar lo otro, pues ya no hubo tiempo o lugar para hacer.
Entonces, para que no pase eso de que se acomoda de modo que unas mujeres valen más que otras, nosotras como mujeres indígenas zapatistas vamos a hacer todo desde el principio, o sea desde el registro y el programa.
Nunca lo hemos hecho, pero tampoco nunca habíamos sido choferas y ya ven que hemos aprendido. Entonces, tal vez nos sale mal y no acomodamos bien y el programa no sale cabal, pero va a ser porque estamos aprendiendo, y no porque unas mujeres nos caen bien porque piensan como nosotras, y otras nos caen mal por lo que sea.
Entonces pues nos estamos organizando y repartiendo los trabajos para que sea totalmente organizado por nosotras. Así, cuando tú mandes tu correo (ahí te vamos a avisar luego a qué correo y cuándo empieza el registro), ya sabes que es una de nosotras, mujeres indígenas zapatistas, que lo abre tu correo y lo apunta tu nombre y tu organización, grupo o colectivo si tienes, o sólo individual; y te respondemos algo para que ya sepas que ya lo tenemos en la lista tu nombre. Y si dice tu carta que vas a hacer algo, ahí lo vamos a poner en el programa. Por eso te pedimos que cuando te registres sea con palabra de la lengua español, porque nosotras nuestra lengua es de raíz maya y algo sabemos de español, pero de otras lenguas del mundo no sabemos. Y si nos equivocamos y no lo apuntamos tu nombre, no hay problema porque cuando llegas acá te puedes registrar y te damos tu gafete del Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan.
Entonces ya lo sabes el lugar y la fecha. Así ya te puedes ir organizando para venir o mandar a alguien o encargarle a alguien que te cuente y te platique cómo estuvimos y qué dijimos. Y así, aunque estés lejos, sabrás que nuestro deber como mujeres que luchan es que no se apague la lucecita que te dimos. Porque de repente no es sólo para alumbrar, qué tal que también sirve para quemar al maldito sistema capitalista patriarcal.
Pues es todo por ahora, hermana y compañera. Ahí luego te vamos a avisar cuál es el correo y cuándo empieza el registro. Pero ya lo sabes lo más importante: es los días 26, 27, 28 y 29 de diciembre del 2019, y es en el mismo lugar donde fue el Primer Encuentro, que es desde donde te escribimos estas palabras y es desde donde te mandamos un abrazo, o sea…
Desde las montañas del sureste mexicano.
Coordinadoras de Mujeres Zapatistas para el
Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan:
Zona Selva-Fronteriza:
Marisol
Yeni
Mirella
Neri
Yojari
Arlen
Erica
Mariana
Mayder
Cleyde
Evelin
Alejandra
Nayeli
Zona Altos de Chiapas:
Yessica
Zenaida
Lucía
Teresa
Fabiola
Flor
Gabriela
Lidia
Fernanda
Carla
Ofelia
Zona Selva Tzeltal:
Dalia
Rosalinda
Marina
Carolina
Alejandra
Laura
Ana
Cecilia
Julia
Estefanía
Olga
Eloisa
Zona Tsots Choj:
Gabriela
Elizabeth I
Maydelí I
Elizabeth II
Guadalupe
Leydi
Lauriana
Aliz
Ángeles
Maydelí II
Karina
Jhanilet
Fabiola
Mariela
Daniela
Yadira
Yolanda
Marbella
Elena
Elissa
Zona Norte de Chiapas:
Diana
Ximena
Kelsy
Jessica
Ana María
Marina
Valentina
Yadira
Elizabeth
Fuente: Enlace Zapatista