Conmemoración de la lucha contra Monsanto
Movimientos sociales en todo el mundo conmemoran hoy 17 de septiembre, el día de la lucha contra Monsanto.
Esta corporación transnacional es responsable de haber provocado daños irreparables en la salud y el ambiente, controla el 80% de las semillas transgénicas que se comercializan en el mundo junto con un paquete tecnológico que incluye el herbicida Roud Up y que es utilizado en las plantaciones transgénicas inclusive cerca de centros poblados.
En Argentina, país donde las plantaciones transgénicas alcanzan al menos 22 millones de hectáreas se prepara una marcha en contra de la instalación de la planta de procesamiento de semillas transgénicas más grande del mundo en el poblado Malvinas, en la Provincia de Córdoba y se prevé otra manifestación en Buenos Aires, frente a la plaza San Martín, donde se ubican las oficinas de Monsanto.
El Cono Sur tiene una superficie de tierra sembrada con transgénicos equivalente a dos veces la superficie del Ecuador (aproximadamente).
Mientras tanto en Estados Unidos el grupo "Occupy Monsanto" llevará a cabo acciones toda esta semana, y se unirán al aniversario del movimiento "Occupy Wall Street".
En el Ecuador también se preparan manifestaciones, de momento existe una convocatoria en redes sociales (Occupy Monsanto Gye) para este viernes 21 a partir de las 15:30 horas, en la ciudad de Guayaquil, en las afueras de las oficinas de la transnacional.
En Paraguay se sospecha de la complicidad de Monsanto en el golpe de estado parlamentario en contra del presidente Lugo, puesto que éste se negó a aprobar la liberación de algodón transgénico en ese país. Hace apenas tres semanas, el hoy presidente Franco permitió el ingreso de este producto sin que medie ninguna evaluación sobre sus impactos.
En el campo, Monsanto obliga a los productores agrícolas a firmar contratos que van en contra de sus derechos, por ejemplo: no pueden guardar semillas; tienen que vender su producción a agentes comerciales acreditados por Monsanto; deben permitir que inspectores entren a sus cultivos para que monitoreen si están o no cumpliendo con sus contratos, esto ha llevado a cientos de agricultores en Estados Unidos a la ruina por las fuertes multas que tienen que pagar a la empresa.
Por otro lado, en Brasil la Asociación de Productores de Granos de Mato Grosso, la zona más productiva de ese país, advirtió a los agricultores que no planten una nueva variedad de soya transgénica que Monsanto ha estado distribuyendo. Aprosoja, dijo que Monsanto había estado repartiendo muestras de las nuevas semillas a los agricultores de Mato Grosso y les ha obligado a firmar una renuncia de responsabilidad por cualquier tipo de contaminación que se produjera, "...es como que están probando la semilla, pero sin controles", dijo un funcionario de la Asociación. El año pasado, Monsanto invitó a 500 agricultores en 10 estados brasileños a plantar la semilla Intacta RR2 junto a sus campos sembrados con soya Round Up Ready. Monsanto dijo que planea llevar a cabo una nueva ronda este año.
Los transgénicos en el debate global.
En Estados Unidos se ha desatado un debate en contra de los transgénicos después de que se inició un proceso en la Corte Federal de Manhattan. Varios agricultores presentaron una demanda colectiva contra Monsanto, declarando que ya no son capaces de mantener la contaminación transgénica en sus campos.
Este es un tema enorme, dado que los cultivos genéticamente modificados representan el 90 por ciento de toda la soya, maíz, colza y remolacha azucarera sembrada en los Estados Unidos; en este país, prácticamente todos los alimentos procesados contienen ingredientes transgénicos. A diferencia de la Unión Europea, Japón, China, India y Australia, los Estados Unidos no tiene requisitos de etiquetado de los alimentos transgénicos.
Durante la última década las tácticas agresivas de marketing de Monsanto buscaron posicionar a las semillas transgénicas como un producto que iba a aumentar el rendimiento de los campos, sin embargo esto ha sumido a la agricultura y los agricultores en complejos escenarios donde aquellos que no compraban las semillas de Monsanto fueron vistos como parias.
Mientras tanto, el Ecuador se mantiene como un país libre de cultivos y semillas transgénicas, tal como lo estipula la Constitución de este país.