Brasil: La contaminación invisible en las aguas amazónicas amenaza a las poblaciones y a la biodiversidad

Idioma Español
País Brasil
Los residuos se acumulan debajo de los flotantes a lo largo del río Negro, cerca de Manaus. Pero también existen otros contaminantes silenciosos, que no se pueden ver a simple vista y que también causan un daño incalculable al medio ambiente. CORTESÍA DE SEA SHEPHERD BRASIL

Una expedición por el río Amazonas y sus afluentes demuestra cómo la cuenca sufre el impacto urbano y la presencia de contaminantes “silenciosos” como microplásticos, pesticidas, fármacos y metales pesados, además de residuos sólidos.

Las aguas amazónicas están contaminadas. Una de las cuencas hidrográficas más importantes del planeta, en una de las regiones de selva tropical con mayor biodiversidad natural de todo el mundo, está sufriendo debido a la contaminación.

Si bien hay un tipo de contaminación que se destaca en los arroyos cercanos a las ciudades, también existe una forma silenciosa e invisible: el río Amazonas y sus afluentes padecen la presencia de contaminación química, por pesticidas, microplásticos, productos farmacéuticos y otros tipos de contaminantes.

Esta es la advertencia que hizo la Expedición Silent Amazon, realizada en 2019, la cual recorrió 1.500 kilómetros de ríos, recolectando muestras. Este proyecto, que presentó sus resultados en artículos científicos en junio de 2021, pronto divulgará un análisis de la presencia de microplásticos en las aguas amazónicas.

El nombre de la expedición está inspirado en el icónico libro Silent spring (Primavera silenciosa), de Rachel Carson. En esta obra de la década de 1960, se advirtió sobre la contaminación y la polución química, y cómo esto podría afectar a los seres vivos y al suelo.

Un ferri lleno de residuos en el puerto de Manaos. Cada día se sacan del agua un promedio de 27 toneladas de basura en la capital del estado brasileño de Amazonas.

Basura en las orillas de un río urbano en Santarém, estado de Pará. Las botellas de PET (tereftalato de polietileno) son el tipo de basura plástica más común de encontrar en la región amazónica.

FOTOGRAFÍAS DE SILENT AMAZON

En la versión del siglo XXI, investigadores e investigadoras recorrieron las principales áreas urbanas de la cuenca amazónica, pasando por las ciudades de Manaos, Santarém y Belén, para la primera gran recolección y análisis de información sobre la contaminación invisible que afecta la región norte de Brasil, relacionada con la expansión y el crecimiento de ciudades y actividades industriales. La expedición de monitoreo contó con el apoyo de National Geographic Society y del Institutos Madrileños de Estudios Avanzados (IMDEA).

“Se están formando cócteles de contaminación muy importantes en áreas de alta biodiversidad acuática y terrestre. Estamos, de alguna manera, impactando las áreas de mayor biodiversidad del planeta debido a la expansión de estas grandes ciudades, que no cuentan con sistemas adecuados para el tratamiento de aguas urbanas”, explica, por teléfono, el investigador español Andreu Rico, explorador de National Geographic, líder de la expedición y coordinador del proyecto.

Aguas contaminadas

Especialista en el estudio de la contaminación en sistemas acuáticos, Rico detalla que se recolectaron 40 muestras de diferentes partes del río Amazonas, incluidos sus afluentes, enfocándose principalmente en áreas de gran impacto urbano. La mayor parte de la recolección de muestras se realizó a bordo de diferentes tipos de embarcaciones, desde barcos de pasajeros hasta barcos más pequeñas alquilados, según el tipo de ruta.

También hubo recolección en tierra, cerca de áreas de eliminación de aguas residuales y aguas más contaminadas de ciudades, y en ríos más pequeños y urbanos. Los resultados comenzaron a aparecer en junio de 2021 con la publicación de dos artículos científicos que alertan sobre los altos niveles y la variedad de contaminantes en las aguas de la cuenca del río Amazonas.

“Las grandes ciudades que se encuentran a orillas del Amazonas y sus afluentes están creciendo descontroladamente y liberando una gran cantidad de casi todos los tipos de contaminantes que se conocen, como microplásticos, pesticidas, fármacos, metales pesados y otros compuestos utilizados por las industrias”, evalúa Rico.

Se encontraron contaminantes incluso en los pequeños ríos que atraviesan las áreas urbanas de Manaos, Macapá y Belén, siendo que algunas muestras contienen de 30 a 40 compuestos. La mayoría de los compuestos que se identificaron en áreas con impacto urbano significativo pertenecía a las categorías de analgésicos y antihipertensivos, seguidos de estimulantes y antibióticos.

Una mejora en el sistema de saneamiento en las áreas urbanas de la Amazonía brasileña es una advertencia presente tanto en estudios publicados como en la entrevista de Rico a National Geographic. Además, el investigador alerta sobre la importancia de cuantificar los niveles de exposición y los riesgos para la salud humana y la biodiversidad acuática.

Una segunda etapa del análisis de datos, con un mayor enfoque en pesticidas y microplásticos y cuyos resultados preliminares han sido publicados por la Universidad de Valencia e IMDEA, indica que las mayores concentraciones de microplásticos se encuentran en arroyos urbanos de las grandes capitales, sin tratamiento del agua ni de las aguas residuales. El predominio es de partículas y fibras de poliéster y fragmentos de polipropileno, polietileno y poliestireno, en niveles peligrosos para la vida acuática. Se necesita realizar más trabajos de investigación para comprender mejor la distribución de estos materiales.

Los datos que recogió la expedición muestran cómo los altos niveles de emisiones de contaminantes en zonas urbanas en el bosque tropical más grande del planeta pueden alterar e impactar una gran cantidad de especies amazónicas, el funcionamiento de los ecosistemas e incluso la migración y el desplazamiento de algunas especies. Rico señala que algunos peces, por ejemplo, migran de algunas áreas del río Amazonas y encuentran estas nubes de contaminación cerca de las ciudades.

El impacto del plástico y los desafíos para un futuro sostenible

Hay otro tipo de contaminación que no es tan silenciosa: los residuos sólidos que llegan a todos los arroyos y ríos de las ciudades del estado de Amazonas. Según información de la Secretaría Municipal de Limpieza Urbana de Manaos, cada día se sacan del agua un promedio de 27 toneladas de basura. Gran parte de este material es plástico desechable, como botellas de PET (Polietileno Tereftalato) y otros envases. Hasta julio de 2021, se habían recolectado más de 5.000 toneladas de desechos de las costas y ríos, un promedio de casi 700 toneladas al mes.

Material recolectado de comunidades ribereñas cercanas a Manaos, en su mayoría, se trata de plástico desechable.

Elisa Muller observa el ferri que limpia los arroyos y recolecta desechos semanalmente alrededor de la ciudad de Manaos.

FOTOGRAFÍAS DE SEA SHEPHERD BRASIL

Elisa Muller trabaja como coordinadora del área de residuos en la organización Sea Shepherd Brasil, en Amazonas. Consultora con vasta experiencia en el trabajo de recolectores y recolectoras de material reciclable, Elisa salió de Porto Alegre y llegó a Manaos a principios de la década de 2000 para trabajar en el ayuntamiento y entender cómo contribuir a la inclusión de estos trabajadores.

Muller crea puentes entre cooperativas, autoridades públicas e instituciones. El día anterior a la conversación, había pasado el día en la Cooperativa Associação Aliança, que recibe gran parte de los residuos recogidos en las afueras de Manaos. Las imágenes son impresionantes por su volumen: ferries llenos de materiales, en su mayoría plásticos desechables.

“Más del 80 por ciento de los residuos que llegan a Manaos son plásticos. En primer lugar, está la botella de PET, luego los envases de posconsumo, como lejía (lavandina) y muchos pañales desechables, que también son de plástico”, señala Muller. Otros tipos de envases, como los de higiene personal, llegan en menor escala a las cooperativas.

Elisa Muller llegó a Manaos a principios de la década de 2000 para ayudar a implementar la inclusión de recolectores de basura en el proceso de limpieza del río de la ciudad.

CORTESÍA DE SEA SHEPHERD BRASIL

Se ha mantenido una creciente discusión en las últimas dos décadas sobre el mal uso y la eliminación de los envases de plástico. Existe una carencia de educación ambiental dedicada al tema. Por ello, abordar este tema en las comunidades ribereñas es urgente y necesario para que se haga un diagnóstico de la situación y se encuentren caminos hacia un futuro sostenible.

En comunidades y pequeños pueblos del interior de la cuenca del río Amazonas, la preocupante realidad con respecto al plástico es que el material no se reutiliza, sino que se deposita en vertederos. Elisa Muller destaca la importancia de trabajar el tema de los residuos, especialmente plásticos, en el aula, con profesores que puedan trasmitir el mensaje correcto y hacerlo llegar a los hogares.

Se han realizado experimentos entre cooperativas, ayuntamientos y ONGs. Un proyecto piloto en São Gabriel da Cachoeira, a 850 kilómetros de Manaos, indica algunas posibilidades. Actualmente, los ferries que llegan con los productos desde la ciudad, la mayoría en envases de plástico, regresan con el material recogido y van directamente a la cooperativa Aliança, en Manaos, para su separación. “Estamos tratando de crear un eje de ida y vuelta”, dice Muller.

Una combinación de factores y actores en la gestión pública de residuos sigue siendo el gran desafío en Brasil, así como el saneamiento. Se necesita combinar la eficiencia de la aplicación de la ley, que contempla las responsabilidades de las compañías con los productos que comercializan, con una respuesta de las autoridades públicas en la recolección, destino y tratamiento de materiales, además de la inclusión de recolectores y recolectoras, unido a un fuerte trabajo de educación ambiental en las comunidades.

Los residuos sólidos que Elisa Muller intenta combatir están directamente relacionados con la contaminación silenciosa observada en la expedición de Andreu Rico y su equipo: envases que se convierten en microplásticos. Y la ingestión de este material a lo largo de toda la cadena de la vida es inevitable.

Fuente: National Geographicla

Temas: Agua, Biodiversidad

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