Bolivia: las áreas protegidas están en riesgo de ser privatizadas

Idioma Español
País Bolivia

El Gobierno boliviano tiene escasa capacidad para administrar los parques nacionales y muchos funcionan gracias a la ayuda internacional

Ante las secuelas que va dejando la febril actividad del hombre en su entorno y en el ecosistema, las áreas protegidas han alcanzado niveles de gran importancia estratégica para la conservación del medio ambiente y de la biodiversidad. Pero en Bolivia existen muchos factores y problemas que hacen de la situación de las áreas protegidas por demás compleja y también conflictiva.

Pese a que el Gobierno está intentando dar señales, a través del Ministerio de Desarrollo Sostenible y del Servicio Nacional de Areas Protegidas (Sernap), de que está tomando en serio la preservación, gestión y manejo de las áreas protegidas, existen datos, estudios y observaciones que muestran que las áreas protegidas tienen serios problemas desde su misma creación y constitución que están generando conflictos con las comunidades locales e indígenas por el acceso a los recursos que existen en estas zonas, que también ya están en la mira de los organismos internacionales para mercantilizar y privatizar sus múltiples potencialidades.

En el día nacional de las áreas protegidas es importante conocer y establecer con cabalidad cuál es la situación real de estas zonas, que en muy poco tiempo, podrían convertirse en la última oportunidad de vida del hombre.

El director del Area de Medio Ambiente del Centro de Estudios Superiores de la Universidad Mayor de San Simón (Cesu), Carlos Crespo, hizo notar que las áreas protegidas enfrentan un problema complejo que viene desde su misma constitución, pues la gran mayoría de estas zonas protegidas han sido implementadas sin el consentimiento de las poblaciones locales.

Observó que no ha habido un proceso de constitución consensuada de las decisiones para organizar las áreas protegidas, por lo que han nacido con conflictos porque las poblaciones locales no están de acuerdo con las restricciones que se imponen en las zonas protegidas.

"En todas las áreas protegidas hay contradicciones por el uso y el acceso a los recursos para las poblaciones locales", agregó.

Estrategia internacional

En los últimos cinco años se ha generado una estrategia de la cooperación internacional para mercantilizar y privatizar las áreas protegidas porque en ellas existe una gran biodiversidad y una incalculable reserva genética.

En ese marco, Crespo refirió que la experiencia concreta en Bolivia se tiene en el parque nacional Noel kempff Mercado que está siendo administrado por "una fundación privada que básicamente está dedicada a mercantilizar la biodiversidad". Las áreas protegidas tienen normalmente alta biodiversidad, es decir, poseen una riqueza genética muy importante, así como también son zonas con mucha riqueza en recursos naturales, particularmente hidrocarburos.

Precisó que si se analizan los mapas de las áreas protegidas y los mapas de áreas de concesiones de explotación de hidrocarburos, existe una clara superposición. "De alguna manera hay un intento de hacer una explotación de los recursos que hay en las áreas protegidas, utilizando mecanismos de mercantilización y eso es un riesgo", apuntó Crespo.

Existe cooperación internacional que financia proyectos de preservación de áreas protegidas, según Crespo, pero a cambio de que se puedan mercantilizar los recursos genéticos, como es por ejemplo el proyecto referido a la captura de carbono.

"A cambio de que te condonen parte de la deuda, la cooperación internacional pide que se declare área protegida a una zona determinada porque se ha determinado que un bosque tiene una capacidad específica de capturar una cantidad importante de carbono. Se monetiza ese carbono y ese monto se traduce en dinero que va a ir a financiar las actividades del parque", agregó.

Incapacidad administrativa

Los problemas de las áreas protegidas no terminan con los conflictos que existen con las comunidades locales o con los planes mercantilistas de los organismos internacionales. Según Crespo existe también una escasa capacidad del Gobierno para administrar estas áreas.

Explicó que si no fuera por el aporte de la cooperación internacional, las áreas protegidas estarían absolutamente abandonadas y, de hecho, varias zonas protegidas se encuentran precisamente en un estado de total abandono y descuido de parte del Estado.

"Las áreas protegidas que tienen y reciben financiamiento internacional son las que están en mejor situación que las que no tienen recursos del exterior", precisó Crespo. Bajo este análisis, el Director del Area de Medio Ambiente del Cesu, llegó a la conclusión de que el Estado no tiene capacidad de manejar las áreas protegidas porque no tiene personal, infraestructura, ni equipamiento para promover una adecuada gestión de estas zonas protegidas.

Territorios indígenas

De acuerdo a las investigaciones que hizo Crespo, las áreas protegidas tienen también el problema de que están sobrepuestas con territorios indígenas. Citó como ejemplo lo que sucede en el Isiboro Sécure.

Comentó que en esa zona hay una multiplicidad de grupos indígenas que están conviviendo con el área protegida, por lo que se generan permanentemente conflictos sobre usos de los recursos.

Fuente: Opinión, Bolivia

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