Argentina: minería a cielo abierto, impacto en la salud humana
Se ha hablado mucho acerca de los daños ambientales que provoca la minería a cielo abierto, por contaminación del aire, los suelos y el agua, con metales pesados y substancias químicas, también del perjuicio económico, social y cultural, pero no se ha expresado lo suficiente sobre el daño que este tipo de emprendimientos provoca a la salud de las personas, con la aparición de enfermedades de todo tipo, algunas muy graves, hasta mortales.
La llegada de los múltiples proyectos mineros que el gobierno pretende autorizar, de concretarse va a ser enorme el impacto provocado en la salud de los chubutenses, no solamente va a producir efectos a los pobladores aledaños (ellos a quienes se los pretende ayudar, justamente van a ser los más perjudicados,) sino que también se van a ver afectados en forma directa quienes residan a cientos de kilómetros de los lugares de explotación...
Como médico tengo la obligación moral de hacer conocer a la población algunos aspectos relacionados con el daño que va a ocasionar este tipo de emprendimientos a la salud de las personas.
Es así, que a lo largo de la actividad minera se genera el desprendimiento de sustancias tóxicas, algunas de ellos asociados en la roca, otros utilizados para la separación de los minerales que se desean obtener, estas son difundidas al medio circulante ocasionando en diversos grados, el envenenamiento o intoxicación de las personas.
Algunos datos: para empezar con la explotación del mineral, se depositan en el lugar a ser explotado miles de toneladas de dinamita, con el objeto de romper la roca para ser trasladada a la planta donde será triturada. La dinamita emana altas concentraciones de nitratos y monóxido de carbono provocando a los trabajadores y pobladores que están en su alrededor graves impactos en la salud, como vómito, asfixia, decaimiento, irritación del tejido pulmonar, pérdida de la conciencia y muerte.
En este proceso de detonación, junto la perforación, excavación, carga, transporte, trituración, almacenamiento, etc. generan polvo por el desprendimiento de partículas sólidas que quedan suspendidas en el aire, estas que contienen diversos minerales tóxicos-radiactivos que pueden ser arrastradas por el viento hasta 1000 Km. De distancia.
La sílice es uno de los elementos más abundantes en la corteza terrestre y obviamente está presente en todos los yacimientos mineros. La presencia de polvo de sílice en el aire, al ser respirado por las personas, conlleva a la pérdida de elasticidad y permeabilidad de la pared alveolar de los pulmones, obstruyendo el normal intercambio de oxígeno y salida de dióxido de carbono.
La sílice que entra en los pulmones no sale de ellos y se mueve de célula en célula destruyendo todo a su camino. Las alteraciones que se presentan debido al sílice son irreversibles provocando la silicosis, la cual es una enfermedad progresiva y degenerativa. No existe tratamiento específico para la misma, quien la contrae no tiene la posibilidad de sanar, sólo se puede detener su avance. La silicosis tiene un largo período de incubación (vale decir que el afectado no tiene conocimiento de su enfermedad) y puede tardar de 10 a veinte años en desarrollarse.
En su etapa inicial se presenta tos y secreción permanente, daños en los pulmones, falta de aire, coloración violácea de la piel, labios y mucosas. Luego se complica con problemas cardíacos, se acentúa la dificultad respiratoria, tos persistente con taquicardia. En su etapa final, el tórax aparece aplastado, hay insuficiencia cardiaca, pérdida total de la capacidad de trabajo. La muerte sobreviene por agravamiento de estos síntomas, o, por contraer una enfermedad muy asociada a la silicosis como neumonía o tuberculosis.
Otro de los tantos minerales que se encuentra en el polvo generado por la explotación minera es el plomo, el cual ingresa al organismo por vía respiratoria, por ingestión, por la piel, provocando la enfermedad conocida como saturnismo, la misma tiene un desarrollo lento y tarda más de diez años en declararse abiertamente.
Provoca un anormal intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, afectando diferentes órganos del cuerpo humano. En las familias mineras los niños son principalmente afectados ocasionándoles pérdida de la capacidad de aprendizaje, retraso en el crecimiento, entre otras alteraciones.
El polvo de plomo afecta al sistema nervioso, produciendo alteraciones de carácter, irritabilidad, insomnio, dificultad en la concentración y hasta disminución del lívido. En los nervios periféricos ocasiona dificultad en el movimiento de los miembros. Puede ser causal de malformaciones congénitas, abortos, partos prematuros y otras alteraciones en el embarazo y el parto. También puede ocasionar insuficiencia renal.
Respecto a la manipulación del plomo, en Argentina, tenemos varios antecedentes nefastos, uno de ellos es en Abra Pampa, un pueblo de 14000 habitantes de Jujuy, en donde desde hace 25 años después de haber concluido con la actividad, la empresa dejó una montaña de escorias que siguen contaminado con plomo. En 2007 un estudio de la Universidad de Jujuy reveló que el 81% de los niños de esa localidad tienen plomo en sangre en cantidades dañinas para su edad.
La pregunta que nos debemos hacer es ¿Qué pasará si entra en funcionamiento la mina Navidad, uno de los yacimientos de plomo y plata más grande del mundo?
Hay una larga lista de otros minerales, también tóxicos, que son expuestos a las personas cuando son removidos de las rocas que los contienen, entre ellos podemos mencionar: cadmio, mercurio, arsénico, plata, azufre, etc. y entre los radiactivos uranio, cadmio, torio, etc. Cada uno de ellos produce enfermedades de distinta índole, que serán motivo de abordaje en otras oportunidades.
Fuente: EcoPortal