Acuerdo UE-Mercosur: ¿qué significa el anuncio del fin de negociaciones?

"Uno de los puntos clave del encuentro fue aclarar que el acuerdo aún no está firmado. Lo anunciado en la cumbre fue un «cierre técnico», lo que implica que el texto sigue sujeto a revisión jurídica en la UE, además de requerir la firma de los presidentes del Mercosur y la aprobación de los parlamentos de ambos bloques. Esto abre una ventana de tiempo para intensificar las resistencias al acuerdo".

El 12 de diciembre se realizó un webinario organizado por la coalición transatlántica para detener los acuerdos comerciales entre la UE y América Latina. En la actividad estuvieron presentes Bettina Müller, Luciana Ghiotto, Lis Cunha y Vladimir Silva, quienes analizaron el anuncio del fin de las negociaciones del acuerdo UE-Mercosur, realizado durante la Cumbre 65 del Mercosur. Se discutieron los cambios incorporados al acuerdo desde 2019, los impactos geopolíticos actuales y las acciones necesarias para frenar su implementación.

Uno de los puntos clave del encuentro fue aclarar que el acuerdo aún no está firmado. Lo anunciado en la cumbre fue un «cierre técnico», lo que implica que el texto sigue sujeto a revisión jurídica en la UE, además de requerir la firma de los presidentes del Mercosur y la aprobación de los parlamentos de ambos bloques. Esto abre una ventana de tiempo para intensificar las resistencias al acuerdo.

Bettina Müller destacó que este tratado perpetúa un modelo desigual: el Mercosur exporta materias primas agrícolas y minerales, mientras que la UE prioriza el comercio de maquinaria, autos y productos químicos. También mencionó la exportación de agrotóxicos desde Europa al Mercosur, un mercado estratégico ya que estos químicos están prohibidos en Europa. Además, habló del impacto en el sector textil, señalando que el ingreso de textiles europeos representaría una pérdida significativa para el Mercosur, con un fuerte impacto en el mercado laboral femenino. El acuerdo profundiza las problemáticas ya existentes con la expansión de la zona agrícola y supone un golpe a la ya frágil industrialización de los países latinoamericanos. También habría impactos negativos en las industrias lácteas y vitivinícola del Mercosur, mientras que en Europa afectaría especialmente a los pequeños agricultores, particularmente en Francia, quienes vienen librando importantes luchas contra el acuerdo.

Lis Cunha, por su parte, señaló que uno de los cambios más relevantes introducidos al acuerdo es la reducción de aranceles, que beneficiará principalmente a las empresas exportadoras europeas. Este cambio, según Cunha, profundizará la dependencia económica de los países del Mercosur y limitará las políticas nacionales orientadas a proteger las industrias locales, generando efectos negativos en el empleo y la soberanía productiva. También alertó sobre el uso del «lavado verde» en el discurso para justificar políticas que no benefician a los sectores más vulnerables.

Luciana Ghiotto subrayó la importancia de analizar el contexto geopolítico actual, donde la UE busca desesperadamente asegurar el acceso a materias primas críticas como el niobio brasileño, clave para la transición energética, el militarismo y la digitalización. Este enfoque, denominado «diplomacia de materias primas», es central en la nueva versión del acuerdo y refleja una estrategia más amplia de la UE en sus tratados con países como Chile, México y Nueva Zelanda. Según Ghiotto, este cambio evidencia cómo el acuerdo responde a intereses corporativos europeos, en detrimento de las comunidades del Mercosur.

Finalmente, Vladimir Silva habló del impacto sobre la industria, destacando que el acuerdo profundiza y promueve la desindustrialización de sectores claves en términos de comercio regional, especialmente el sector de autopartes entre Argentina y Brasil. También llamó a exigir mayor transparencia y a presionar a los parlamentos para que rechacen el acuerdo, al que calificó como «perverso» por fortalecer el modelo neocolonial extractivista y sus impactos sobre el ambiente y las comunidades rurales.

El webinario dejó en claro que aún estamos a tiempo de actuar. Informarnos, analizar críticamente el acuerdo y exigir a los representantes parlamentarios que lo rechacen es esencial para frenar este tratado que amenaza a las personas y al planeta.

Fuente: Bilaterals

Temas: TLC y Tratados de inversión

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