¡300.000 suicidios por ingesta de pesticidas en Asia!
El suicidio por ingesta de pesticidas causa 300.000 muertes por año en los campos asiáticos. Los pesticidas de la familia de los organofosforados causan numerosas víctimas en los países en desarrollo. Menos por envenenamiento accidental –si bien ese problema también existe- que por la utilización de los pesticidas en tentativas de suicidio
En un artículo aparecido en línea el miércoles 15 de agosto en el sitio web de la revista The Lancet, Michael Eddleston, de la Oficina escocesa de información sobre venenos, y otros tres investigadores en toxicología, basándose en estudios preexistentes, reportan que 300.000 personas mueren cada año en los campos asiáticos al ingerir voluntariamente pesticidas. En dos tercios de los casos, se trata de compuestos organofosforados, los más difundidos.
En esas zonas rurales de Asia, se estima en 500.000 el número de muertes por suicidio. En el 60% de los casos, el medio utilizado es la absorción de pesticidas. Estos envenenamientos no están contemplados en los planes de medicina, y de un 15 a un 30% de las tentativas de suicidio por ingesta de organofosforados provoca la muerte. Generalmente, las víctimas son ingresadas en hospitales locales desprovistos de equipamientos especializados, y en los cuales los antídotos –de haberlos- son poco empleados.
Fruto de una investigación sobre el gas de combate comenzada durante la segunda guerra mundial, los pesticidas organofosforados, como el malathión, fueron substituidos en los años `70 por los organoclorados, grupo de pesticidas cuyo líder, el DDT, fue objeto de prohibiciones. Los pesticidas menos tóxicos que el DDT –aquellos que son altamente eficaces- son empleados en el mundo entero.
HOSTILIDAD DE LOS INDUSTIALES
Los organofosforados inhiben ciertas enzimas, particularmente la acetilcolinesterasa. Esto se traduce en una acumulación de acetilcolina (un neurotransmisor) y una estimulación excesiva de los receptores de la acetilcolina a diferentes niveles del sistema nervioso. Estas perturbaciones conllevan problemas digestivos (vómitos, diarrea, calambres abdominales) y cardiovasculares (problemas de ritmo, modificación de la tensión). Luego de una absorción masiva, las personas mueren a causa de una falla respiratoria que provoca la asfixia.
A la toxicidad conocida pueden agregarse factores agravantes, como por ejemplo una modificación química del producto, debida a las condiciones de almacenamiento del producto o, en ciertos países, a una concentración elevada del principio activo.
Más allá de las clásicas maniobras de reanimación, el tratamiento apela por lo general a la atropina, un clásico antídoto que se fija sobre ciertos receptores de la acetilcolina en el sistema nervioso, y a un compuesto orgánico nitrogenado que reactiva la acetilcolinesterasa. A veces también se utilizan otros medicamentos, como las benzodiazepinas o el sulfato de magnesio.
Los autores del artículo recuerdan que no existe un estudio que establezca la superioridad de un tipo de tratamiento sobre los otros. Michael Eddleston y sus colegas confían sin embargo que “durante el decenio que viene, los avances logrados por la investigación persistente en Asia contribuirán finalmente a establecer una línea de conducta clara sobre la forma de tratar el envenenamiento a partir de organofosforados”.
Los investigadores temen sin embargo que “los pesticidas organofosforados se prefiguren como difíciles de tratar con los tratamientos actuales, lo que implicaría que la prohibición de algunos de ellos fuese el único método para reducir significativamente el número de muertes por envenenamiento”. Una solución que corre el riesgo de chocarse con la hostilidad con los empresarios industriales de la química.
Paul Benkimoun
Fuente: LE MONDE - Artículo publicado en la edición del 16.08.07
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Traducción: María Eugenia Jeria