Viaje a los pueblos fumigados
Mostrar las consecuencias sociales del cultivo intensivo de soja transgénica con agrotóxicos es el propósito principal del documental de Pino Solanas. Como anuncia su título, se presenta desde el inicio como un viaje hacia aquellas regiones del país literalmente arrasadas por la ejecución del modelo agro-industrial inaugurado en la década del noventa y en beneficio de multinacionales, bancos y terratenientes.
Solanas se va a acercar a los involucrados, a las víctimas expuestas a los desmontes y a los bombardeos indiscriminados de la fumigación, va a preguntar a quienes se tuvieron que ir, a quienes se quedaron y resisten como pueden y en soledad. La tristeza es la reacción unánime. La impotencia es manifiesta e indisimulable.
Dividido en diez capítulos, y puntuado por la voz en off de Solanas, el documental expone el problema desde diferentes perspectivas. La descripción pormenorizada del modelo transgénico y sus secuelas: la usurpación del territorio de comunidades indígenas, la destrucción del suelo, las inundaciones, las migraciones rurales y la pérdida de trabajo, las enfermedades. El testimonio de una docente en una escuela rodeada de campos fumigados es prueba suficiente e irrefutable de la infamia. La película va a señalar la responsabilidad interesada de la ciencia y del Estado y el encubrimiento de los medios masivos de comunicación. A su vez, mostrará la existencia de pequeños pero obstinados espacios de resistencia, grupos que promueven formas alternativas de producción agropecuaria, el derecho de los pueblos a decidir sobre sus alimentos.
Texto por Diego De Angelis - La Izquierda Diario