Audio - Monocultivos para hambrear
“Sin los monocultivos, sin los agroquímicos ¿qué es posible hacer? Producción de alimentos saludables, a partir de las comunidades campesinas, de los conocimientos tradicionales, de las semillas criollas, con producción agroecológica.”
“El campesinado es la célula más fuerte de resistencia a cualquier tipo de avance del capital”
Aún para un país de dimensiones continentales como Brasil, las cifras en torno a la producción de monocultivos son enormes. El cálculo del total del área de producción agrícola en el país fue de casi 71 millones de hectareas para el pasado mes de setiembre. De estas, entre 30 y 31 millones están dedicadas a la soja, 15 millones a maíz y casi 10 millones a caña de azúcar, según cifras del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
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Uno de los correlatos necesarios de esta presencia imponente de monocultivos en la agricultura del gigante del sur, se refleja en un triste récord: Brasil es el mayor consumidor de agrotóxicos del mundo, con un promedio de 5 litros por habitante. Pero también el ataque de este modelo de monocultivos a las posibilidades de alcanzar la soberanía alimentaria es una de sus principales características. Como señala Gilberto Schneider del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) de Brasil, la mayor parte de esta producción: “no es para alimentar el pueblo brasileño sino para generar ganancias para unos pocos”.
Gilberto, participó del “Encuentro latinoamericano sobre Monocultivos en gran escala en América Latina" en Honduras, a mediados de setiembre. Según el dirigente, el modelo campesino de producción en pequeña escala se enfrenta en muchos sentidos a los amenazantes monocultivos. Para empezar, un dato contundente: “con el 20% de las tierras, los campesinos producen el 70% de la alimentación del pueblo brasileño”.
Entre las amenazas de los monocultivos que reseña el dirigente brasileño, están los diferentes impactos sobre la biodiversidad que generan; no sólo sobre los bosques y ecossistemas que se vienen destruyendo para dar lugar a las grandes plantaciones, sino sobre la diversidad de semillas autóctonas para la producción de alimentos. En este sentido, el MPA ha desarrollado un fuerte trabajo de recuperación y producción de semillas criollas ante el avance de las semillas comerciales híbridas y transgénicas, que según explica Gilberto “es fruto de las resistencias de comunidades campesinas que comenzaron a recuperar sus propias semillas porque tenían amenazados sus cultivos y su propia alimentación”.
Además, quiénes más han sufrido pérdida de tierras para los monocultivos han sido las poblaciones indígenas, y con fuerte uso de violencia: “estos conflictos han generado muertes de muchos líderes. Hoy en día en Brasil, las grandes corporaciones vienen con todas las herramientas de guerra para tomar la tierra como sea, porque si es necesario, se matan personas”.
Al ser consultado sobre los elementos que se deben fortalecer en la resistencia a los monocultivos, Gilberto señala dos ejes principales: “uno tiene que ver con uno de los puntos débiles de los monocultivos, que es el tema de los agrotóxicos. Debemos concientizar a la sociedad sobre los males que provocan”.
El segundo eje estratégico pasa, según el dirigente, por enfatizar la soberanía alimentaria como respuesta a un modelo de producción contaminante y concentrador de riquezas: “Sin los monocultivos, sin los agroquímicos ¿qué es posible hacer? Producción de alimentos saludables, a partir de las comunidades campesinas, de los conocimientos tradicionales, de las semillas criollas, con producción agroecológica.”
Escuche la entrevista completa con Gilberto en el archivo adjunto
Imagen: http://www.mpabrasil.org.br