TRANSGÉNICOS: ¿Una segunda revolución industrial?, por Javier Souza Casadinho, CETAAR

Esta nota abarca varios y complejos aspectos de lo transgénico, como es la actualidad de este tema en la Argentina y el panorama en el que viven los productores y consumidores, dando de esta manera una herramienta clara para tomar cartas en el asunto

CETAAR
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Publicado en la Revista Raíces, editada por CETAAR

La expansión de los cultivos genéticamente modificados (CGM) no sólo está poniendo en serio riesgo a la diversidad agrícola y cultural sino que a partir de sus ingredientes económicos pone en tela de juicio la continuidad de miles de productores rurales en todo el planeta. Obviamente la posibilidad de expansión de estos cultivos se halla relacionada con el grado de apertura a nivel del estado en la investigación y liberación al medio como también por la presión ejercida por los grupos de consumidores y las posibilidades de elección de los productores.

Transgénicos en Argentina

Se estima que en la campaña agrícola de 1999 - 2000 un 90 % de la soja sembrada y cerca del 10 % de maíz se realizó con variedades transgénicas. Esta rápida adopción, pese a las múltiples aristas y complejidad del tema, reconoce factores que pueden ser agrupados en torno a la (ina)actividad de los organismos del estado y a las estrategias de los productores agrícolas.

El estado Argentino a través de sus organismos ha facilitado la liberación al medio de las semillas transgénicas. En referencia a la supervisión de las investigaciones se detectan débiles mecanismos de contralor que facilitan una rápida liberalización al medio de los organismos genéticamente modificados (OGM). Dichas investigaciones toman como base esquemas y prácticas establecidas en los países del primer mundo sin tener en cuenta las variaciones y necesidades nacionales.

En general se siguen pautas estereotipadas y homogeinizantes de investigación sin atenerse a las reales condiciones sociales, ambientales y económicas de uso. Se investiga en un micro - ambiente, liberando los OGM a un medio heterogéneo y cambiante.

En segunda instancia, la omisión de un debate amplio y participativo de las causas y consecuencias de la expansión de los cultivos transgénicos también aparece como una responsabilidad del estado. En relación a esto ¿Cuántos consumidores de productos en base a la soja conocen las posibles consecuencias negativas de los OGM en su salud? Aún más ¿Se tiene conciencia que el aumento en el consumo favorece la depredación, la pérdida de diversidad y ruptura del equilibrio ecológico? Pocos lo saben.

¿ Y los productores?

No es posible aislar la adopción de los OGM del marco restrictivo en el cual se desarrolla la agricultura. La caída de los precios internacionales de los granos, a causa de los subsidios agrícolas implementados por los países del primer mundo, la presión impositiva, la asfixia crediticia y la concentración en la cadena agroindustrial han determinado una disminución permanente en la rentabilidad de la actividad. Esta caída en la rentabilidad lleva a los productores a encarar diferentes estrategias de tipo resistencial, donde la adopción de los OGM juegan un rol importante.

Según la información recogida directamente de los productores rurales, la adopción de soja transgénica se halla íntimamente relacionada con un menor costo de producción - fundamentalmente en la preparación del suelo y protección contra las hierbas-, en la facilidad de manejo y en la liberalización de tiempo de trabajo. Estas dos últimas brindan a los productores mayor tiempo libre que suele ser utilizado para la expansión de la superficie de siembra, vía el arrendanmiento, o la ejecución de tareas fuera de la explotación. Se privilegian las tácticas de corto plazo por sobre las estrategias y planificación del uso adecuado de los recursos.

No sucede lo mismo en el caso de la adopción del maíz resistente al gusano del tallo. En este caso, a causa del mayor costo de las semillas - requiriendo una fuente adicional de financiamiento -, la reducción en el rendimiento sumadas a la dificultad en la comercialización y a la aleatoriedad en el ataque del insecto han relegado la utilización de este tipo de semillas a casos especiales: Zonas cálidas donde se registra una mayor incidencia del insecto, siembras tardías y cultivos con riego suplementario.

En este caso la utilización de las semillas modificadas aparece como un paliativo que sólo les permite a los productores prolongar la situación de agonía, "zafar" en el corto plazo esperando que nuevas circunstancias les permitan reacomodarse en un escenario hostil en el cual, lamentablemente, sólo ocupan el rol de espectadores.

La dependencia

La aparición de los OGM aparece como una vuelta más del espiral de sometimiento de las grandes empresas químicas devenidas en empresas de "la vida y la salud". La adquisición de empresas relacionadas e integradas a un proceso productivo - tendencia llamada integración vertical - junto con la concentración empresarial restringen aún más los débiles mecanismos de elección por parte de los productores. Estas empresas les venden las semillas modificadas, los agroquímicos para la protección contra hierbas e insectos, participan en la comercialización y se están iniciando en el procesamiento. En éste último caso las empresas están investigando la producción de OGM que posibiliten aumentar el rendimiento en el procesamiento industrial de estos cultivos - como por ejemplo el incremento en el contenido de ciertos aminoácidos o proteínas-. La integración vertical les posibilita la captación de los beneficios generados en cada una de estas etapas además de restringir la posibilidad de elección y disminuir las rentabilidad de los productores.

Por su parte la concentración empresaria, vía fusiones, compra de empresas o de líneas de investigación, ha determinado que la investigación en OGM esté claramente sesgada hacia la incorporación de eventos que determinan una mayor utilización de agroquímicos, como la resistencia a herbicidas.

Ejemplos de las megafusiones son las de Pharmacia Upjohn y Monsanto o la Novartis con parte de Astra - Zeneca. En un mercado ampliamente globalizado en donde las empresas a través de su presión en los organismos multilaterales como la Organización Mundial de Comercio buscan y reclaman la apertura indiscriminada de las fronteras comerciales, protegen un mecanismo dual con el fin de obtener mayor rentabilidad.

Entonces, la doble vía de concentración no sólo restringe las posibilidades de elección de los productores sino que, y esto es lo más importante, marcan el rumbo futuro de la investigación. Aquello que debería ser motivo de un amplio debate que incluyera a todos los actores participantes con una clara directriz de parte de los estados, sólo aparece como patrimonio de las empresas motivadas por el afán de lucro y la dominación del mercado, competencia y consumidores incluídos.

Los consumidores

Estos agentes aparecen como actores ocultos dentro de este sistema. Pero de a poco van tomando conciencia de los efectos de los OGM no sólo sobre la salud sino en el ambiente en general. El reclamo por una segregación y etiquetamiento de estos productos realizado en la reunión sobre el protocolo de seguridad en Canadá es una muestra de ello. También lo es el aplazamiento de las tratativas sobre difusión y patentamiento de transgénicos en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la reunión de Seatle, Estados Unidos. Pero no debemos engañarnos. En primer lugar, la toma de conciencia por parte de los consumidores es heterogénea con mayor nivel de discusión en el primer mundo. El nivel de vida, el acceso a la información y su poder adquisitivo les brindan capacidad de elección, elección vedada a los consumidores de los países del tercer mundo. Se dá una situación similar a lo que ocurre con los cultivos rociados con agrotóxicos, alimentos sanos para el Norte y los contaminados para el Sur.

Además, el aplazamiento de la discusión en el seno de la OMC tuvo que ver con el arco heterogéneo de temas a discutir y las alianzas entre grupos ecologistas, trabajadores y pequeños empresarios. Difícilmente en el futuro se discutan en la OMC "paquetes" de temas, se parcializará la discusión, debilitando el arco opositor. Para esto hay que estar preparado, aunque difícilmente puedan cambiar las condiciones de las consumidores del Sur si siguen prevaleciendo los planes de ajuste y la dependencia económica.

Hacia el futuro

Como se mencionó en el inicio de la nota existen múltiples aristas a partir de las cuales se puede "entrar" en el tema de los transgénicos, ninguna es menor y todas son posibles.

Una de las menos discutidas está relacionada con la ruptura de la relación entre el medio ambiente y los seres humanos, además de la violación del principio básico de la vida. En este sentido los grupos religiosos y filosóficos tienen una amplia posibilidad de participación.

En el mismo sentido la aplicación del principio de precaución, que impide la difusión de una tecnología o elemento al ambiente sí se presume la posibilidad de daño o ruptura en el equilibrio. Se hace necesario una amplia discusión entorno a la temática para que este principio no sea utilizado como una barrera de tipo comercial por los países del Norte. Precaución implica tener cuidado, investigación, participación y análisis. En la actualidad cada uno de estos elementos se encuentra severamente restringido en la discusión sobre la investigación y difusión de OGM.

El problema es complejo, no podemos culpar a los productores por la expansión en el uso de OGM. Se utilizan por que el contexto los condiciona, se privilegia las tácticas de corto plazo a un futuro incierto. Ahora bien, esto no los escluye de la participación en la búsqueda de alternativas sanas, ecológicas e integrales. Igual papel debemos cumplir los consumidores en principio informándonos, seleccionando los alimentos y participando en las discusiones.

La tarea no es sencilla, dadas las características de los adversarios, lo que no implica que sea imposible. Y en esto también existen muchas "entradas" para la acción.

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