Seguridad vs. soberanía
Declaración de OilWatch ante el Foro Social Mundial 2003
Para la política norteamericana "sin un incremento sustancial en las reservas de energía, Estados Unidos puede enfrentar una amenaza a su seguridad nacional y su bienestar económico" Por esto han declarado a todas las reservas petroleras en el mundo, como un asunto de seguridad para este país.
La seguridad de los Estados Unidas amenaza a la seguridad del resto de mundo. Amenaza además a la soberanía de todos los países en donde existen reservas o se extrae crudo.
El control del petróleo y el garantizar el acceso por parte de los Estados Unidos fue la causa de la guerra en el Golfo en 1991, y es también la causa para una guerra inminente contra IRAK, pues en esa región se encuentran las reservas petroleras más importantes del mundo. Acceder a este recurso supuso la intervención en Afganistán, importante ruta de gasoductos que conectan a la región del Caspio con Europa.
Igualmente la guerra declarada en Colombia tienen como objetivo controlar la producción petrolera en ese país y mejorar su presencia en la región para evitar perder el control sobre el crudo principalmente de Venezuela. El Plan Puebla Panamá, y la iniciativa militar "Nuevos Horizontes", incluye la construcción de ductos en dirección a los Estados Unidos
La demanda energética de los Estados Unidos requiere de 20 millones de barriles por día barriles de petróleo diarios. Su producción y reservas son absolutamente insuficientes. Por cada 100 barriles consumidos en Estados Unidos, se importan 60, para el 2020 serán 75 barriles por cada 100. Estados Unidos consume la mitad de la gasolina mundial, y son el 4% de la población humana.
Cubrir la demanda de petróleo justifica guerras, la exploración y extracción de todas los rincones del mundo, sobre explotación de campos.
El control de los combustibles fósiles, fuente de energía prioritaria para el norte industrializado, y más recientemente el control de la generación de electricidad, por parte de las empresas transnacionales, le permite a los Estados altamente consumidores de energía, el flujo de energía para satisfacer su demanda.
Para consolidar este control se utiliza tanto una estrategia militar como económica, personificada por las empresas transnacionales. Los Estados del Tercer Mundo, sujetos a presiones externas, han ido delegando sus funciones. Esta privatizado las empresas eléctricas, el transporte, los procesos de obtención de la energía, ya sea proveniente de hidrocarburos como fuentes hidrícas.
La energía ha dejado de ser un bien social para convertirse en una mercancía en donde el objetivo es la rentabilidad económica de control a empresas transnacionales.
Mientras los Estados Unidos garantizan su seguridad los Estados Nacionales han perdido el control de su energía y de sus reservas, han perdido por lo tanto soberanía.
Muchos de los países del Tercer Mundo cada vez tienen menos seguridad energética, pues están condenados a extraer energía para exportarla y con las divisas comprar dependencia.
Muchos de los países del Tercer Mundo que tienen recursos hidrocarburíferos no han logrado ni siquiera tener seguridad y acceso, para su población, debido a un modelo económico desigual que priva a la mayoría de la población de los recursos. No controlan el precio de este recurso, ni el proceso de extracción pues la mayoría de empresas que lo extraen (incluyendo las que dan servicios) son empresas transnacionales.
ROMPER LA DOMINACIÓN CON IMAGINACIÓN
El acceso, el abuso o la privación de la energía determinan la vida de los grupos sociales. El acceso a la energía, agua y aire constituyen derechos humanos fundamentales, que deberían estar garantizados para todos los habitantes del planeta. Estos son servicios, no mercancías. Los ciudadanos son usuarios de estos servicios, no clientes de las empresas.
La energía es indispensable para la vida de la gente y de la sociedad , y puede permitir contribuir a mejorar la calidad de vida de la población. Construir y consolidar desde las bases, propuestas en relación a la energía puede permitir tener soberanía energética.
Impedir que el flujo de energía continúe del sur al norte confronta el modelo basado en la dominación.
Propuestas como la moratoria a la expansión de la frontera petrolera son críticas de fondo a ese modelo que apuntan a terminar con evitar la destrucción ambiental y económica de los países.
En muchas de las zonas de donde se extrae petróleo viven pueblos que con esta actividad sufren por la destrucción de sus tierras y sus recursos. La extracción de petróleo provoca la destrucción de las bases de sustentación de las culturas. La conservación de la naturaleza permite y ha permitido el desarrollo de modelos productivos perdurables
LA SOBERANÍA ENERGÉTICA
La soberanía energética, es un nuevo concepto que plantea el control de nuestras fuentes de energía, la decisión sobre sus características y el acceso descentralizado y democrático a ellas.
Una condición esencial para la soberanía energética es que las fuentes de energía vuelvan a ser descentralizadas, limpias, renovables, diversificadas y adaptadas al lugar de origen y a las necesidades locales. Una fuente de energía no puede significar la destrucción de las fuentes de vida de los pueblos, Deben asegurare la sustentabilidad de los recursos y la conservación ambiental y debe asegurarse además el control tecnológico pues de otra manera se imponen condiciones de dependencia.
Necesitamos romper el círculo vicioso de la dependencia al petróleo que nos impone extraer para exportar, exportar para pagar, y endeudarnos para exportar.
La soberanía energética se la demanda, exigiendo a los gobiernos definir una plataforma energética democrática y sustentable, que termine con la dependencia al petróleo y al gas , que termine con la dependencia a las transnacionales y que termine con la dependencia a las tecnologías importadas.
La soberanía energética desde las comunidades, se la mantiene, pues muchas comunidades conservan modelos propios de manejo y consumo, conservando los ecosistemas e impidiendo que nuevas zonas sean destruidas con la exploración.
La soberanía energética se la construye, desarrollando estrategias locales y comunitarios de producción y consumo de energía, que nos permitan ser autónomos y romper la dependencia.
ROMPER LA DOMINACIÓN CON IMAGINACIÓN