¿Qué sabemos del corredor transístmico?
El colectivo GeoComunes comparte una síntesis de la investigación que ha realizado en los últimos meses alrededor del proyecto llamado Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Este trabajo, informa el colectivo, se ha enriquecido con el diálogo y el trabajo colaborativo con muchas organizaciones hermanas, y busca ser un material de apoyo para la información y discusión entre las comunidades directamente afectadas, así como también entre el resto de la sociedad.
El proyecto Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, anunciado durante la campaña presidencial de López Obrador, decretado en Junio de 2019 y del que se ha presentado información a cuentagotas, ha sido promocionado como un corredor de transporte carretero y ferroviario que uniría el Golfo de México con el Océano Pacífico y pretende ser un medio para extender las zonas industriales del sur de Veracruz y Tabasco hacia el puerto de Salina Cruz en Oaxaca, promoviendo la instalación de nuevos parques industriales en este eje interportuario.
Lo que se menciona como modernización del ferrocarril es, en realidad, la rectificación de sus principales curvas, con lo cual éste podría convertirse en un tren de gran velocidad, trastocando con ello la dinámica local y regional del istmo. El conjunto de las industrias en corredor, agregadas a la generación eléctrica regional, colocan al istmo y sus alrededores como la zona de mayor producción y transformación de energía en México, que tiene por destino la exportación a otras regiones del país o al mercado mundial. El Istmo de Tehuantepec, contrario a lo que han decidido dignamente sus pueblos, es hoy la región con mayor generación de energía eólica de México: concentra la mitad de todos los parques operando a nivel nacional y el 46% de la capacidad instalada.
A esto hay que sumar que la región colinda al noreste con la zona de mayor extracción y reservas probadas de hidrocarburos en el país, sin dejar de lado que también es el paso terrestre obligado de cualquier conexión para el transporte de energía entre el centro y norte del territorio nacional con la península de Yucatán y el istmo centroamericano. Por todas estas características, el Istmo de Tehuantepec es para el capital un espacio de articulación entre diversas redes de producción, transporte y consumo de energía, y no solamente un potencial corredor interoceánico.
Ver en educaoaxaca.org el Análisis General del Proyecto de Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec que elaboró GeoComunes.
Desplazamiento forzado, el caso de Los Altos de Chiapas
Por Ana Lilia Félix Pichardo*
El desplazamiento forzado en la región de Los Altos en el estado de Chiapas debe observarse bajo elementos coyunturales e históricos propios de la región y de los municipios que han protagonizado los éxodos más masivos de personas. Nos remontamos a la ofensiva militar y los planes estatales para socavar la rebelión indígena zapatista de 1994. En ese año 30 mil efectivos del ejército mexicano fueron distribuidos en 4 municipios de la región como plan estatal de contención de los rebeldes. Comenzaba a ejecutarse el plan de campaña “Chiapas 1994”, sus estrategias no sólo incluían la confrontación directa con elementos de las fuerzas armadas del Estado, sino que el propósito también buscaba el adiestramiento y financiación de grupos civiles que pudieran colaborar con la división y exterminio del grupo insurgente:
“El plan de campaña prueba que mientras el gobierno mexicano simulaba entrar en un diálogo con los mayas zapatistas, los militares desplegaban la fracasada estrategia de aniquilamiento que Zedillo ordenó el 9 de febrero de 1995.” Gilberto López y Rivas
Los grupos paramilitares fueron surgiendo desde 1994, a la par que las bases militares aumentaban en territorio chiapaneco. La estrategia del plan “Chiapas…” también ha consistido en aplicar programas sociales exclusivos para las zonas de influencia zapatista como mecanismo de división y control, pero lo más efectivo ha sido la fuerte presencia de grupos armados, algunos de ellos adquirieron fama por sangrientas masacres como la de Acteal en 1997. El paramilitarismo fue en aumento como una estrategia del Estado mexicano para la región; en 1994 nacieron dos grupos paramilitares y para 1999 ya eran aproximadamente 30 grupos que operaban.
Los grupos paramilitares han sido armados, financiados y protegidos por los tres niveles de gobierno, sus representantes han sido de diferentes partidos políticos. En zonas como la de Los Altos, los presidentes municipales son parte de estos grupos y se confrontan entre ellos para controlar los recursos de las alcaldías, mantener la impunidad y control de tierras. Una línea del tiempo permite dilucidar la estrecha relación entre el paramilitarismo y los desplazamientos forzados.
•2 Grupos Paramilitares surgen en 1994
•1995 nace “Paz y Justicia” grupo paramilitar que opera en la zona norte.
•1997 masacre de Acteal (“máscara roja”)
•1998 209 puntos de control 70 mil efectivos del ejército mexicano.
•Al 2001 más de 30mildesplazados.
•1999 de 22 a 30 grupos paramilitares activos.
•1999 Ley de Amnistía para el desarme de los grupos civiles en Chiapas.
•1998 Masacre en Unión Progreso, zona Altos.
•Masacre en Viejo Velasco Suarez 2006.
• En la zona de Los Altos en 2006 12mil desplazados.
•Guerra de baja intensidad contra BAZ y simpatizantes.
•2014 CIOAC-H irrumpe en territorio zapatista y masacra a maestro zapatista Galeano.
•2018 más de dos mil desplazados en la zona Altos, afectados municipios de Chenalhó, Chalchihuitán y Aldama.
Entre Chalchiuitán y Chenalhó existe un conflicto agrario desde 1935. Los gobiernos han beneficiado a uno u otro municipio en la delimitación de tierras, provocando enfrentamientos. Después de 1994, cuando grupos de civiles afines a partidos en el poder son financiados como brazo armado contrainsurgente en la región, este conflicto se agudiza a niveles de violencia muy graves. En 2018 escaló generando un éxodo masivo de familias de Chalchihitán y Aldama, quienes huyeron dejaron sus casas y pertenencias por miedo a ser asesinados por las noches por el grupo paramilitar de Chenalhó. El centro de derechos humanos Fray Bartomolé de Las Casas ha documentado la serie de desplazamientos a causa de la violencia paramilitar, así como las fuertes carencias y miedo que viven los desplazados en los campamentos. Los vínculos de los presidentes municipales con autoridades de más alto nivel, y la protección y financiamiento de los paramilitares desde cúpulas del poder estatal han impedido detener los desplazamientos. Se cree que el grupo paramilitar de Chenalhó, reactivado por la presidenta municipal del Partido Verde Ecologista, Rosa Pérez Pérez, es heredero del que ejecutó la masacre en Acteal y cuyos perpetradores fueron amnistiados o jamás procesados.
En días recientes de este 2020, el FrayBa reportó que desde Chenalhó se han emitido frecuentemnte disparos de grueso calibre en dirección a las comunidades aledañas pertenecientes al municipio de Aldama, donde hay también casas y campamentos de población desplazada: “Esta situación de violencia crea un ambiente de terror a la población de estas comunidades, así como en otras ubicadas en los límites de Aldama y Chenalhó. La contingencia nacional por el COVID- 19, aumenta el riesgo en el que se encuentran, en su mayoría mujeres, niñas, niños y personas mayores en situación de desplazamiento forzado constante, quienes se refugian en las montañas ante los reiterados ataques.” (FrayBa). *Fragmento extractado
Memorias de Pantepec
Desde hace décadas la violencia caciquil en Puebla desaparece y asesina campesinos. En la sierra norte de Puebla, desde la década de 1960 se han invadido y quemado comunidades para expulsar a sus pobladores. 2 de junio de 1982. Guardias blancas y policías municipales masacran a 26 campesinos en la comunidad Rancho Nuevo. A los campesinos que pedían tierras y se organizaban, se les inventaron delitos y se les obligaba a dejar sus comunidades con amenazas y engaños.
En 1989 la comunidad La Sabana fue invadida y quemada por guardias blancas, policías judiciales y militares. El 1 de mayo de 1990, Tomás Pérez Francisco fue desaparecido en Pantepec, Puebla. Tomás es tutunakuj. En la zona hay habitantes de los pueblos nahua, otomí y tepehua. En el municipio donde Tomás vivía hay importantes yacimientos petroleros. Tomás apoyaba a los campesinos organizados en torno a la toma de tierras del predio La Sabana. El caso de Tomás y de muchos otros sigue impune. ¡30 Años sin Tomás! HIJOS México.
El Helicóptero
Ahí anda de nuevo el helicóptero dándole vueltas y vueltas a la casa,
horas y horas, no para nunca
el asedio, ahí anda
todavía entre las nubes el moscardón con esa orden
de lo alto gira que gira olfateándonos
hasta la muerte.
Lo indaga todo desde arriba, lo escruta todo hasta el polvo con sus antenas
minuciosas, apunta el nombre de cada uno, el instante
que entramos a la habitación, los pasos
en lo más oscuro del pensamiento, tira la red,
la recoge con los pescados aleteantes, nos paraliza.
Máquina carnicera cuyos élitros nos persiguen hasta después
que caemos, máquina sucia,
madre de los cuervos delatores, no hay abismo
comparable a esta patria hueca, a este asco
de cielo con este cóndor venenoso, a este asco de aire
apestado por el zumbido del miedo
, a este asco
de vivir así en la trampa
de este tableteo de lata, entre lo turbio
del ruido y lo viscoso.
Gonzalo Rojas (Chile)
* Aplicable al dron de nuestro mal tiempo.
Fuente: La Jornada de Oriente