Pérdida neta de la credibilidad de la FAO por evaluación de los recursos forestales mundiales. Boletín N° 100 del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó recientemente su "Evaluación de los recursos forestales mundiales 2005". El comunicado de prensa que la acompaña comienza con una preocupante declaración, "La deforestación continúa a un ritmo alarmante", pero de inmediato nos tranquiliza con la segunda línea, "Sin embargo, el ritmo de pérdida de superficie forestal disminuye". Para muchos esto podría ser algo críptico. Podríamos preguntarnos algo obvio: ¿cómo puede disminuir la pérdida de bosques si el ritmo de deforestación sigue siendo alarmante?
B O L E T I N 100
Noviembre 2005 - Edición en castellano
Este boletín está también disponible en francés, inglés y portugués. Si desea recibirlo
en alguno de estos idiomas comuníquese con nosotr@s.
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En este número:
* NUESTRA OPINION
- Pérdida neta de la credibilidad de la FAO por evaluación de los recursos forestales mundiales
* LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Bolivia: asamblea del pueblo Guaraní denuncia a REPSOL-YPF por violar sus derechos
- Brasil: trabajar para Aracruz ... hasta morir
- Colombia: plantaciones de palma aceitera en tierras comunales usurpadas
- Uruguay: Ombudsman del Banco Mundial confirma riesgos de fábricas de celulosa
AFRICA
- Nigeria: sentencia contra la combustión de petróleo marca un hito
- República Democrática del Congo: más madereo en los bosques tropicales
- Sudáfrica: ¿Sappi Saiccor a punto de expandir su contaminante fábrica de celulosa?
- Uganda: plantaciones de palma aceitera de BIDCO a costa de las selvas prístinas de Bugala
ASIA
- Indonesia: el proyecto de fábrica de celulosa de UFS amenaza los bosques y las comunidades aledañas
- Malasia: el MTCC certifica concesiones madereras sin tener en cuenta los derechos y la voluntad de los Penan
- Sri Lanka: los Wanniyala-Aetto hacen uso de su derecho a regresar a su bosque- Tailandia: el gran conservacionismo reñido con la vida de los pueblos indígenas
* GENERAL
- Plantaciones de palma aceitera: no hay sustentabilidad con paraquat
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* NUESTRA OPINION
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- Pérdida neta de la credibilidad de la FAO por evaluación de los recursos forestales mundiales
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó recientemente su "Evaluación de los recursos forestales mundiales 2005". El comunicado de prensa que la acompaña comienza con una preocupante declaración, "La deforestación continúa a un ritmo alarmante", pero de inmediato nos tranquiliza con la segunda línea, "Sin embargo, el ritmo de pérdida de superficie forestal disminuye". Para muchos esto podría ser algo críptico. Podríamos preguntarnos algo obvio: ¿cómo puede disminuir la pérdida de bosques si el ritmo de deforestación sigue siendo alarmante? Eso, por supuesto, no escapa a la sutileza de los expertos de la FAO. Ellos no dijeron que la pérdida de bosques estuviera disminuyendo. Lo que dijeron --más adelante-- es que el ritmo de pérdida NETA de bosques disminuye.
La organización Rainforest Foundation elaboró un informe crítico cuya publicación se hizo coincidir con la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2005 de la FAO. En este informe, Rainforest Foundation señala que "Si se utiliza la definición de bosques de la FAO, los monocultivos, los bosques muy degradados e incluso las zonas taladas que 'se espera' se regenerarán, cuentan como bosques. Por consiguiente, los datos de la FAO enturbian nuestro conocimiento de los bosques del mundo y subestiman seriamente el grado de degradación de los mismos".
Lo que la FAO tiene de bueno es que se repite a sí misma. No tenemos más que buscar el editorial del boletín del WRM de abril de 2001 y repetir exactamente el mismo análisis que hicimos con respecto a la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2000. En aquel entonces, resumimos el informe diciendo que "El mensaje central de la evaluación de la FAO es que la situación ha mejorado en relación con anteriores estudios de ese tipo a nivel mundial. Se indica que en el presente la deforestación se está dando 'a una tasa neta significativamente inferior a la registrada en el informe anterior de FAO, correspondiente al período 1990-1995', y se agrega que 'es posible que, desde la década de 1980, la deforestación neta a nivel global haya decrecido'".
La redacción es levemente diferente en 2000 y 2005, pero el mensaje es exactamente el mismo: la pérdida NETA de bosques disminuye. Vayamos entonces al editorial de 2001 para ver cómo se las arregló la FAO, entonces y ahora, para que la misión imposible fuera posible:
1) Cambiando la definición de bosques. Según su definición anterior, se necesitaba un 20% de superficies de suelo cubiertas por las copas de los árboles para que una zona pudiera definirse como bosque. La FAO disminuyó el porcentaje de superficies cubiertas por las copas de los árboles a 10%, con lo que aumentó mucho, en el papel, el área de bosques del mundo.
2) No clasificando el madereo como deforestación. Según la FAO, "por definición, el madereo en sí mismo no provoca deforestación si se permite que el bosque se regenere". Mientras esas zonas se regeneran siguen siendo consideradas como bosque y definidas como "áreas temporalmente sin árboles". Esto significa que un país puede haber talado la mayor parte del bosque pero, salvo que destine la zona a otras actividades, parecerá que tiene la misma superficie boscosa que antes.
3) Incluyendo aún más tipos de plantaciones en la definición de bosques --por ejemplo las plantaciones de caucho, que no figuraban en las evaluaciones anteriores de la FAO--, aumentando así en forma artificial la superficie de "bosques".
4) Manteniendo la inclusión de las plantaciones forestales en la definición de "bosques" de la FAO. De hecho se trata del aspecto clave para que la FAO pueda llegar a la conclusión de que la pérdida neta de superficie forestal disminuye. Dado que cualquier plantación se considera bosque, si en un mismo país se establecen, por ejemplo, un millón de hectáreas de plantaciones de eucaliptos y al mismo tiempo se destruyen un millón de hectáreas de bosques, la pérdida NETA de bosques sería cero y la "superficie boscosa" aparentaría no haber cambiado en nada.
Así es como la misión imposible se vuelve posible. El único problema es, por supuesto, que no es verdad. Los bosques, y en especial los bosques tropicales, siguen desapareciendo "a un ritmo alarmante". Después de la tala rasa, los bosques dejan de ser bosques. La manipulación de los datos podrá esconder el problema, pero ciertamente no lo resolverá. La pérdida NETA de credibilidad de la FAO en tanto organismo de la ONU experto en bosques ya es total.
Es la misma FAO quien debe decidir si cambiará sustancialmente sus metodologías de evaluación para elaborar informes realistas y útiles sobre los bosques del mundo o si, por el contrario, seguirá jugando el mismo triste papel que juega ahora. Así como daremos nuestro apoyo para que se logre lo primero, seguiremos oponiéndonos firmemente a lo último.
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* LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
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AMERICA DEL SUR
- Bolivia: asamblea del pueblo Guaraní denuncia a REPSOL-YPF por violar sus derechos
En el mes de noviembre del año en curso, el Pueblo Guaraní del Itika Guasu, que habita en la provincia O'Connor del departamento de Tarija, donde se encuentra el megacampo gasífero Margarita, se reunió en Asamblea. El motivo fue denunciar ante la opinión pública nacional e internacional los atropellos que viene cometiendo la empresa REPSOL-YPF en contra de las comunidades guaraníes que habitan el territorio TCO Itika Guasu, en violación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales establecidos en la Constitución Política del Estado, el Convenio 169 de la OIT (Ley 1257), la Ley de Hidrocarburos (3058). De la Asamblea surgió el siguiente comunicado:
"La Asamblea del Pueblo Guaraní [APG] de Itika Guasu, denuncia a la opinión pública nacional e internacional que la empresa REPSOL YPF, en Bolivia, viola los derechos que como pueblo indígena tenemos. Denuncia también, que la empresa REPSOL YPF al iniciar nuevos trabajos dentro de nuestra TCO sin la consulta previa e informada, está violando la Ley de Hidrocarburos 3058 del 17 de Mayo de 2005, en los artículos referidos a los derechos de los pueblos indígenas.
Hacemos saber que REPSOL YPF, sin respetar a la cultura guaraní, ha ingresado al territorio de Itika Guasu, ubicado en la provincia O´Connor, Departamento de Tarija, provocando una serie de daños a nuestro medio ambiente, destruyendo nuestros bosques, ahuyentando a los animales silvestres que son fuente de nuestra subsistencia y violentando nuestra forma de vida comunal, es decir, REPSOL YPF está matando nuestra cultura.
Denunciamos que la empresa española REPSOL YPF ha ingresado a nuestro territorio TCO Itika Guasu a realizar operaciones de prospección, exploración y explotación, y lo ha hecho violando de manera sistemática nuestro derecho a la consulta previa e informada, establecida en el Convenio 169 de la OIT que es Ley de la República desde 1991, Ley 1257.
Desde 1997 REPSOL YPF viola nuestros derechos, porque en lugar de respetar nuestra estructura organizacional desde la autoridad comunal, zonal y regional, promueve la división de nuestras comunidades utilizando para ello a su relacionador comunitario, a su relacionador social y al propio gerente de Comunicación y Relaciones Externas.
Para eso REPSOL YPF utiliza propaganda engañosa que busca hacer creer que el pueblo guaraní está conforme con el accionar de la petrolera, cuando en realidad en la TCO existe rechazo a que la empresa siga operando de esa manera.
En Marzo de 2003, luego de muchas presiones por parte nuestra, REPSOL YPF ha establecido un convenio con el Pueblo Guaraní de Itika Guasu, convenio que no ha sido cumplido por la empresa, porque a pesar del compromiso de respeto a nuestra TCO, la petrolera ha seguido dañando nuestro territorio, dividiendo a nuestras comunidades, violando así sus compromisos no sólo con el pueblo guaraní sino también con el Estado Boliviano, establecidos en los estudios de impacto ambiental y las leyes nacionales.
Hoy, a pesar de que los monitores indígenas de la TCO Itika Guasu han elaborado una docena de informes donde se solicita a la empresa que cumpla con la protección al medio ambiente, modifique su conducta de atropello a nuestras comunidades, deje de violar las leyes nacionales y convenios internacionales, los atropellos a nuestro territorio siguen y suman, aprovechándose la empresa de la actitud permisiva del Estado boliviano que siendo conocedor de nuestras denuncias no ha hecho nada para proteger los derechos indígenas que REPSOL YPR está violando.
Desde el 17 de mayo de 20005 en nuestro país rige la nueva ley de Hidrocarburos, la Ley 3058, la misma que en sus títulos VII y VIII establece de manera clara, cómo es que las actividades petroleras deben realizarse en territorios indígenas.
A pesar de ello, REPSOL YPF en la TCO de Itika Guasu sigue actuando en contra de lo establecido en la Ley, y por lo mismo, violando nuestros derechos.
Por todo ello hacemos saber a la opinión pública nacional e internacional que REPSOL YPF es una empresa petrolera que en el territorio de Itika Guasu tiene prácticas contrarias a las que publicita en los periódicos, la radio y la televisión.
No es cierto que REPSOL YPF haya traído beneficios al pueblo guaraní, todo lo contrario, está destruyendo nuestro territorio y lo hace violando de manera franca las leyes nacionales y los convenios internacionales.
Por todo ello, hacemos un llamado a la solidaridad con el pueblo guaraní para exigir que la empresa cambie su accionar en nuestra TCO y retire de todos los medios de comunicación la propaganda engañosa que publicita, que dice muy poco de su compromiso con la ética y transparencia establecidos en su misión y visión empresarial.
¡Exigimos que REPSOL YPF cumpla las leyes bolivianas y los convenios internacionales!
¡Exigimos que REPSOL YPF no engañe más a sus accionistas con informes falsos sobre el pueblo guaraní!
Asamblea del Pueblo Guaraní de Itika Guasu.
TCO Itika Guasu, 8 de noviembre de 2005, Tarija , Bolivia."
Artículo basado en: "Bolivia: la empresa REPSOL YPF viola los derechos indígenas y la Ley de Hidrocarburos", Biodiversidad en América Latina, aquí
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- Brasil: trabajar para Aracruz ... hasta morir
No importa dónde lleve a cabo sus operaciones: la industria de la celulosa y el papel llega siempre con la promesa de crear empleos. Desgraciadamente, para las personas que viven en la zona que la industria ocupa estas promesas rara vez se traducen en empleos. En un informe reciente para el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales realizado por Alacri De'Nadai, Winfridus Overbeek y Luiz Alberto Soares se registra el fracaso de Aracruz Celulose, la mayor empresa productora de pulpa blanqueada de eucalipto, en cuanto a ofrecer trabajo a los residentes locales.
El informe que lleva por título "Promesas de empleo y destrucción del trabajo: el caso de Aracruz Celulose en Brasil" documenta la caída constante de los empleos en esta empresa a partir de los años 1980, cuando 9.000 personas trabajaban para Aracruz. El aumento de la mecanización ha llevado a gran cantidad de despidos. Aracruz ha trasladado muchos de sus empleos a subcontratistas, lo que conlleva una menor seguridad laboral y salarios más bajos para aquellos trabajadores que pudieron conservar sus empleos. Hoy, Aracruz emplea directamente a solamente unos 2.000 trabajadores.
En 2002, Aracruz abrió una nueva fábrica de pulpa de papel que aumentó la producción de celulosa de 1,2 millones a 2 millones de toneladas anuales. Esta inversión ascendió a US$ 600 millones y creó 173 nuevos empleos. Esto es, unos US$ 3,5 millones por empleo.
Los empleos brindados por la empresa y los subcontratistas son a menudo peligrosos y tienen serias consecuencias para la salud de los trabajadores. En 2003, durante un juicio abierto en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Federal de Brasilia, un trabajador de Aracruz calificó a la empresa de "asesina". Había visto morir a muchos compañeros a causa de problemas de salud ocasionados por trabajar en Aracruz.
El año pasado, decenas de ex trabajadores de Aracruz con problemas de salud graves formaron un nuevo movimiento, el Movimiento de Trabajadores Perjudicados de Aracruz Celulose. En el Movimiento están también las viudas de antiguos trabajadores de Aracruz. Ninguna de estas personas recibió jamás ningún tipo de compensación por daños de parte de Aracruz.
El Movimiento ha documentado en detalle los casos de 33 ex trabajadores de Aracruz. Los trabajadores tuvieron problemas de columna por haber cargado pesadas cajas de plantines o productos químicos. En la década de 1980 se transportaba a los trabajadores en camiones con tablas como asientos. Muchos sufrieron daños en la columna con el tránsito de los camiones por carreteras llenas de baches. Los accidentes con motosierras eran comunes y entre ellos se cuentan la pérdida de pies o dedos de los pies y cortes en el cuerpo y el rostro. Algunos trabajadores fueron aplastados por árboles y otros se lastimaron la columna al retirar los troncos de eucaliptos. Los encargados de mantener y llenar de combustible las motosierras y las máquinas sufrieron irritación ocular y una enfermedad llamada leucopenia (reducción de la cantidad de glóbulos blancos en la sangre).
Especialmente de riesgo es la situación de los trabajadores de las plantaciones de Aracruz encargados de aplicar plaguicidas y herbicidas para garantizar que los monocultivos sigan siendo eso mismo: monocultivos. Entre los síntomas observados en estos trabajadores figuran vómitos, dolores en la boca y el estómago, uñas esponjosas y problemas de visión, incluso el riesgo de ceguera.
Los trabajadores enfermos o lastimados comunicaban pocas veces los casos de accidente y enfermedad a los funcionarios de Aracruz. Los servicios médicos de la empresa se niegan a aceptar los partes de otros médicos como pruebas auténticas de enfermedad. Aracruz despidió a las 33 personas que se habían enfermado o accidentado mientras trabajaban para la empresa.
En la actualidad muchos trabajadores manuales, en especial los operadores de motosierra, han sido sustituidos por máquinas en Aracruz. Pero entre los trabajadores que manipulan productos químicos peligrosos, como plaguicidas y herbicidas, los problemas de salud siguen siendo corrientes.
En el informe "Promesas de empleo y destrucción del trabajo" se incluye una entrevista con un hombre de 59 años que trabajó para Plantar, una de las empresas subcontratadas de Aracruz. Trabajó aplicando plaguicidas durante catorce meses en 2000 y 2001. Trabajó cuatro meses y un día se desmayó mientras trabajaba: "Mi amigo me arrastró a la sombra y me abanicó con un sombrero durante unos diez minutos hasta que me recuperé", contó a los investigadores. "Luego trabajé toda la tarde. Pasaron dos o tres meses y volví a desmayarme". Se enfermó, pero cuando se quejó a su supervisor, en lugar de recibir tratamiento fue despedido.
Otro hombre que trabajó en las plantaciones de Aracruz describió la muerte de Junio, un compañero. A lo largo del día Junio se había quejado porque se sentía mal. Al terminar la jornada los trabajadores se dieron cuenta de que Junio no estaba y fueron a buscarlo: "Cuando regresaron Junio estaba tirado en el piso, con el pulverizador en la espalda".
En 2003 dos personas se enfermaron al mezclar tres plaguicidas en una de las plantaciones de Aracruz. Eran empleados de Emflora, otra de las empresas tercerizadas de Aracruz. Tras haber trabajado algunos días sin botas, delantales ni ropa de protección empezaron a sufrir dolores de cabeza, mareos, temblores y dolores de estómago. Se les diagnosticó leucopenia. Uno de ellos demandó a Emflora por daños físicos personales.
Aracruz declara estar "mejorando la calidad de vida de sus empleados". En realidad, al servirse de subcontratistas como Plantar y Emflora lo que está haciendo es intentar evadir sus responsabilidades. El informe "Promesas de empleo y estrucción de trabajo" concluye que "Aracruz Celulose se las ingenia para eludir demandas y responsabilidades, y mientras los trabajadores arriesgan su salud y su vida misma sin que se garanticen sus derechos, las plantaciones de eucaliptos siguen creciendo".
El informe "Promises of Jobs and Destruction of Work: The case of Aracruz Celulose in Brazil" está disponible en: http://www.wrm.org.uy/paises/Brasil/fase.html
Por Chris Lang, correo-e: ed.enilno-t@gnalsirhc
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- Colombia: plantaciones de palma aceitera en tierras comunales usurpadas
Las selvas del Pacífico colombiano, que constituyen el Territorio Región del Pacífico, una de las zonas de mayor diversidad biológica del mundo, han sido habitadas desde hace muchos años por las comunidades ribereñas negras. Sus integrantes fueron los últimos ciudadanos colombianos a los que se les reconoció el derecho a la propiedad de los territorios que poseyeron y utilizaron durante siglos. La Constitución de 1991 les reconoció derechos colectivos sobre los territorios ocupados tradicionalmente, pero estuvo acompañada desde sus inicios por un feroz y sistemático proceso de desplazamiento forzado interno que aún continúa en muchos lugares de la región y que, incluso, se ha agravado con el número creciente de comunidades a las que se les impide su movilización y se les controla el ingreso de alimentos, medicinas y combustibles.
Como expresa Carlos Rosero, Candidato a la Cámara de Representantes de las Comunidades Negras: "El desplazamiento forzado interno es funcional, no sólo a la guerra, sino también al avance de los megaproyectos y monocultivos, que como la palma aceitera, avanzan con el apoyo del gobierno nacional al norte y al sur del Territorio Región del Pacífico y de otros asentamientos de comunidades negras en el país. El reconocimiento inicial por parte del INCODER [Instituto Colombiano de Desarrollo Rural] hecho en el mes de marzo de este año, del avance ilegal del monocultivo de la palma aceitera en los territorios colectivos de comunidades negras de Jiguamiandó y Curvaradó y la reciente reversa que despoja a estas comunidades de parte de las tierras que les habían sido tituladas colectivamente con carácter inembargable, imprescriptible e inalienable, es un clarísimo ejemplo del modelo de inclusión y de inserción de la región, sus territorios y pobladores a la lógica económica predominante, de la gravísima incoherencia del Estado en definir entre la protección y conservación de la diversidad biológica y el simple y vulgar desarrollismo y, lo es que todavía más grave, una nueva demostración de que el Estado colombiano, que ha sido incapaz de proteger los derechos de los afrocolombianos, termina doblegándose ante los culpables de las violaciones de los derechos, no los castiga y de ñapa los premia."
En el año 2000, las comunidades de las cuencas de los ríos Jiguamiandó y Curvaradó (región del Chocó), tres años después de ser desplazadas, reciben la titulación de 101.000 hectáreas que ocupaban ancestralmente antes del desplazamiento. Pero al decidir retornar estas comunidades encuentran su territorio invadido por cultivos industriales de palma aceitera. Ante los intentos de los verdaderos propietarios de recuperar las fincas, cundieron amenazas de muerte de tipo paramilitar y del personal vinculado con las empresas palmicultoras (URAPALMA, Palmas De Curvaradó, Palmas S.A., y Palmadó), en medio de operaciones militares que han intentado hacerlos desistir de trabajar en las tierras que el gobierno destinó a la siembra de palma aceitera.
A fines de abril de este año se intensificó la preparación de tierras para la siembra de palma aceitera, con deforestación de bosques nativos en los caseríos Caño Claro y La Cristalina dentro del Territorio Colectivo del Curvaradó y por el sector de Urada en el entorno del Jiguamiandó. Por su parte, INCODER terminó afirmando que se equivocó al otorgar el título colectivo y que hay 10.162 hectáreas de propiedad privada que en consecuencia deben ser descontadas del título colectivo.
Como expresa la Comisión Intereclesial De Justicia Y Paz: "Es alarmante que después de más de 13 desplazamientos sufridos por las Comunidades de Jiguamiandó y Curvaradó, de más de 110 asesinatos y desapariciones y habiéndose constatado la ilegalidad de la siembra de palma aceitera en los territorios colectivos de las comunidades negras, hoy el Gobierno Nacional contradiga sus propias conclusiones para favorecer los intereses económicos de los palmicultores".
En una visión diametralmente opuesta, el movimiento social de las comunidades de toda el área de la selva húmeda del Pacífico conciben su territorio como una "región-territorio de grupos étnicos", es decir una unidad ecológica y cultural amalgamada por las prácticas cotidianas de las comunidades. La región-territorio se concibe asimismo en términos de "corredores de vida" que unen a las comunidades, sus actividades y el medio ambiente natural. Los corredores de vida pueden conectar ecosistemas de manglares o extenderse desde el medio de un río hasta el interior de la selva. Algunos se constituyen en torno a actividades particulares, como la minería de oro tradicional o la recolección de conchas por las mujeres en las zonas de manglares.
La región-territorio, por otra parte, es concebida como una construcción política para la defensa de los territorios y su sustentabilidad. No se puede concebir la sustentabilidad en términos de retazos o actividades singulares, o solamente en términos económicos: debe responder al carácter multidimensional de las prácticas de apropiación efectiva del ecosistema. Así, se puede decir que la región-territorio articula el proyecto de vida de las comunidades con el proyecto político del movimiento social. Del mismo modo, la definición de biodiversidad incluye principios locales de autonomía, conocimiento, identidad y economía. La naturaleza no es "algo que está ahí afuera" sino que está profundamente arraigada en la práctica colectiva de seres humanos que se sienten conectados con ella en forma integral.
Las comunidades negras tienen la convicción de que la tierra, como ente vivo, debe ser colectiva. Y así lo expresan: "Para nosotros, la tierra es la madre y contra ella se comete un crimen del que vienen todos los males y miserias. Nuestra madre, la de todos los seres vivos, está sometida, según la ley que se impone, tiene dueños, es propiedad privada. Al someterla como propiedad para explotarla, le quitaron la libertad de engendrar vida y de proteger y enseñar el lugar, las relaciones y el tiempo de todo lo que vive… Todos los pueblos somos esclavos junto con los animales y los seres de la vida, mientras no consigamos que nuestra madre recupere su libertad".
Artículo basado en información obtenida de: "Decisión de INCODER, reversa y violación de los derechos de los afrocolombianos y la Constitución", Carlos Rosero, enviado por Tatiana Roa Avendaño, Iniciativa Ambiental Colombia, e-mail: gro.tasnec@seuqsob; "Comunidades negras de Colombia: en defensa de biodiversidad, territotio y cultura", Arturo Escobar, GRAIN, http://www.grain.org/biodiversidad/?id=87; Comisión Intereclesial De Justicia Y Paz, Bogotá, octubre de 2005, http://www.pasc.ca/dever/dever211.pdf
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- Uruguay: Ombudsman del Banco Mundial confirma riesgos de fábricas de celulosa
El connotado proyecto de instalación de dos fábricas de celulosa en Uruguay, sobre el río del mismo nombre, ha provocado una firme oposición tanto dentro del país como entre la sociedad civil de la vecina provincia argentina de Entre Ríos, la cual está situada río de por medio, a escasos kilómetros de donde se instalarían las fábricas de la española Ence y la finlandesa Botnia.
Sectores de la población uruguaya ven con gran preocupación los impactos sociales y ambientales que acarrearía la producción de lo que sería uno de los complejos celulósicos más grandes del mundo en uno de los países más chicos (ver boletines 83 y 94 del WRM). Por su parte, los vecinos argentinos también se verían lesionados en la medida que el ambiente no sabe de fronteras y tanto la atmósfera como el río compartido corren los graves peligros de contaminación que las experiencias cercanas de Chile y Brasil dejan de manifiesto (ver boletines 83 y 91 del WRM).
En la medida que las empresas Botnia y Ence solicitaron créditos al Banco Mundial para la realización de su proyecto, el grupo uruguayo Guayubira, en el marco de una campaña de resistencia a la instalación de las referidas fábricas, promovió el envío de una carta ante dicho organismo. La Corporación Financiera Internacional, la rama del Banco encargada de los créditos a proyectos privados, recibió la carta que había circulado y firmaron cientos de organizaciones de Uruguay, Argentina y del mundo entero, en la que se reclama al Banco Mundial que no se involucre en los proyectos de Metsa Botnia y Ence y tampoco les otorgue crédito, ya que la instalación de las plantas de celulosa provocaría graves impactos ambientales y sociales que no sólo no resolverán, sino que agravarán los problemas que viven el país y su gente.
Como respuesta, el Banco Mundial envió a un equipo de evaluación de la Oficina del Ombudsman y Asesor en Materia de Observancia de la Corporación Financiera Mundial --que responde directamente ante el presidente del Banco Mundial-- para recabar información acerca del conflicto planteado.
Recientemente, la Oficina del Ombudsman del Banco Mundial confirma muchas de las preocupaciones planteadas por el Grupo Guayubira. En un comunicado del 16 de noviembre de 2005 el grupo anuncia:
"La Oficina del Ombudsman del Banco Mundial acaba de confirmar la relevancia de muchos de los planteos que ha venido haciendo el Grupo Guayubira desde tiempo atrás. Mientras tanto el gobierno anterior como el actual afirmaban que todo estaba bien, que se habían hecho todos los estudios, que todo estaba bajo control, ahora es esta oficina asesora del Banco Mundial quien dice que ello no es así.
En su momento Guayubira cuestionó duramente las Evaluaciones de Impacto Ambiental llevadas a cabo por las empresas Ence y Botnia. Sin embargo, la DINAMA terminó aprobándolas rápidamente. ¿Qué dice el informe de la oficina del Ombudsman (CAO) del Banco Mundial? Dice textualmente que, 'Basada en sus propias revisiones, la CAO encuentra que las EIAs para las plantas de celulosa no abordan adecuadamente las preocupaciones de las personas potencialmente afectadas. En particular:
- las EIAs no proporcionan suficiente evidencia de se hayan atendido las preocupaciones relacionadas con impactos potenciales en el turismo y la agricultura;
- existe muy poca evidencia en las EIAs de que se haya consultado a empresas o individuos potencialmente impactados (tales como operadores de turismo, pescadores) especialmente en Argentina;
- las EIAs no toman en consideración impactos acumulativos más amplios a más de las emisiones ambientales, tales como las consecuencias sociales y ambientales sobre la tenencia de la tierra y la equidad social como resultado de que las dos plantas impulsen el desarrollo de grandes plantaciones de eucalipto en Uruguay'.
Resulta hasta triste constatar que la CAO sea capaz de percibir los impactos sociales y ambientales de la forestación y de vincular su expansión con los proyectos de plantas de celulosa y que tal problemática nunca haya sido evaluada y reconocida por nuestros gobiernos. Es más, el informe de la CAO agrega la necesidad de estudiar los 'Impactos potenciales de las plantaciones de eucalipto … en la disponibilidad del agua', sumándose también en esto a los planteos de Guayubira sobre los impactos de la forestación.
En base a todas las omisiones constatadas por la CAO, el informe plantea la necesidad de:
a. 'Evaluar la tecnología y emisiones proyectadas de estos proyectos' y que 'Se debería demostrar que la Mejor Tecnología Disponible se está aplicando en ambos proyectos;
b. Evaluar los potenciales receptores de los impactos tanto en Argentina como en Uruguay. Específicamente debería identificar:
i. Impactos potenciales de emisión de agua en la calidad de agua y en las comunidades locales así como en las comunidades de pesca turística;
ii. Impactos potenciales de las emisiones al aire en la productividad agrícola;
iii. Impactos potenciales de las plantaciones de eucalipto en la equidad de la tenencia de la tierra así como en la disponibilidad del agua;
c. Definitivamente abordar la cuestión de si el turismo y las plantas de celulosa son compatibles dadas las propuestas vigentes;
d. Evaluar si es o no posible diseñar medidas de mitigación apropiadas, teniendo en cuenta la adecuación de los procesos regulatorios existentes para manejar los posibles impactos transfronterizos'.
En resumidas cuentas, lo que la Oficina del Ombudsman del Banco Mundial está diciendo es que las Evaluaciones de Impacto Ambiental fueron totalmente insuficientes y que por ende han fallado los mecanismos de control del estado aún antes de que las plantas hayan entrado en funcionamiento. Al mismo tiempo, el informe también está señalando una serie de impactos sociales y ambientales que ocurrirán, tanto por la expansión de los monocultivos de árboles como por el proceso industrial de producción de celulosa. Estos puntos coinciden con lo que el Grupo Guayubira ha venido planteando en distintos ámbitos. ¿Se seguirá insistiendo en que estas plantas no contaminarán?"
Artículo basado en información obtenida de: "Comunicado de prensa - 16 de noviembre de 2005, Banco Mundial y plantas de celulosa: se confirman impactos", Grupo Guayubira, correo electrónico: yu.gro.aribuyaug@ofni, http://www.guayubira.org.uy
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AFRICA
- Nigeria: sentencia contra la combustión de petróleo marca un hito
Producción insustentable para un consumo insustentable. Eso es lo que ocurre con el petróleo crudo, pilar de la industrialización y del llamado "crecimiento" moderno propulsado por el libre mercado globalizado.
Sin embargo tiene un costo muy alto que permanece invisible y que los macroeconomistas "externalizan". Pero para las comunidades locales el costo está lejos de ser externo. Lo sufren en sus propios pulmones, en la piel, los ojos y los úteros, en sus vidas y sus muertes de todos los días.
En Nigeria el petróleo se encuentra en reservorios fragmentados relativamente pequeños sobre el delta del Níger. Gracias a una red de cañerías, los pozos situados en varios yacimientos alimentan una única central petrolera. Un oleoducto de mayor tamaño transporta luego el petróleo hasta las refinerías o las terminales de embarque con la ayuda complementaria de tanques de almacenamiento y estaciones de bombeo a lo largo del camino. Esta infraestructura en sí misma ocupa y atraviesa el territorio.
La contaminación provocada por el petróleo y afines afecta negativamente grandes tramos de los manglares. Los derrames de petróleo son bastante numerosos y continúan plagando la industria petrolera; constituyen un problema muy serio para la salud de los manglares que aún quedan en el planeta. El petróleo derramado penetra en las aguas costeras y en los cursos de agua, cubriendo las raíces expuestas de los mangles, que les sirven para respirar. De esta forma se hace muy difícil, sino imposible, que los lenticelos respiratorios de las plantas realicen sus funciones esenciales, con lo cual efectivamente se asfixia a los mangles.
Como dijo el director de Mangrove Action Project, Alfredo Quarto, en una edición del periódico Late Friday News tras una visita para constatar la gravedad de la contaminación por petróleo en Nigeria, "El delta del Níger contiene el tercer mayor manglar continuo del mundo. Esta zona, que una vez fue rica en biodiversidad y rebosaba de vida marina, se está degradando rápidamente a causa de la producción de petróleo. La región entera está inmersa en lo que podría llamarse una Guerra del Petróleo: una guerra promovida por la avaricia descontrolada de los conglomerados multinacionales del petróleo casados desde hace mucho tiempo con sus omnipresentes amigotes y patoteros en el gobierno, al mejor estilo de la mafia. Durante mi segunda semana en Nigeria caí enfermo de malaria. Herido en combate, podríamos decir, otra víctima de esta guerra non sancta contra el planeta. Pero a los lados de las carreteras que conducen a las riquezas petroleras de Nigeria se ven otras innumerables víctimas y refugiados ambientales, cuya propia fuente de vida y sustento ha sido convertida en la más abyecta ruina. Sin embargo se trata de una guerra en la que no puede haber vencedores, apenas víctimas, pues al final todos y cada uno de los habitantes de este planeta vamos a salir perdiendo. Esos quemadores de gas, más de un centenar, que han ardido sin cesar durante décadas, sin control alguno, contribuyen al calentamiento global, iluminando con una luz espectral el camino al desastre natural inminente. Entre tanto, los múltiples derrames de petróleo y filtraciones de los oleductos saturan la tierra y los cursos de agua al punto que, como dijo un residente local, "Ahora no hay peces cerca de la costa, los manglares están muriendo, nuestros cultivos no quieren crecer, el agua de los pozos está contaminada ¡y ni siquiera el agua de lluvia se puede beber!".
Sin embargo, no todo son malas noticias en Nigeria.
En julio de 2005, la comunidad Iwherekan, del Estado del Delta, demandó a Shell Petroleum Development Company of Nigeria Ltd, a la Corporación Nacional del Petróleo de Nigeria y al Fiscal General de la Federación de Nigeria solicitando que la división de Benín del Supremo Tribunal Federal declarase que la combustión de gas es ilegal y nociva para la salud y el medio ambiente, por lo que constituye una violación del derecho a la vida tal como lo garantiza la Constitución de la República Federal de Nigeria, con el respaldo de la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos.
El 14 de noviembre se dictó una sentencia histórica. El Supremo Tribunal de Nigeria ordenó a las empresas suspender la combustión de gas en el Delta del Níger, dado que constituye una violación de los derechos a la vida y la dignidad garantizados en la Constitución. Según el fallo del juez C. V. Nwokorie, dictado en la ciudad de Benín, la práctica perjudicial y derrochadora de las principales empresas, incluidas ExxonMobil, ChevronTexaco, TotalFinaElf y Agip, así como Shell, en emprendimientos conjuntos con la Corporación Nacional del Petróleo de Nigeria, no puede continuar legítimamente y debe cesar, puesto que la combustión de gas ocurrida durante sus actividades de exploración y producción de petróleo en la comunidad Iwherekan constituye una violación de sus derechos fundamentales a la vida (que incluye un medio ambiente saludable) y la dignidad de las personas.
Una vez más, la resistencia local demuestra ser un camino efectivo hacia los cambios.
Artículo basado en información obtenida de: "Court Declares Gas Flaring Illegal In Nigeria!", 14 de noviembre de 2005, ERA Nigeria, http://www.eraction.org; "Whose energy future? Big oil against people in Africa", informe de Groundwork de 2005, www.groundwork.org.za; "Why Oil & Mangroves Do Not Mix!", Mangrove Action Project, http://www.earthisland.org/map/oil.htm
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- República Democrática del Congo: más madereo en los bosques tropicales
Al igual que prácticamente todos los grandes bosques tropicales contiguos del mundo, los ecosistemas de bosque tropical africanos están bajo la amenaza del madereo como una de las causas subyacentes de la deforestación. Estos bosques tropicales ricos en diversidad son el hábitat no solamente de especies indígenas locales sino de todos los pueblos y especies de la Tierra.
En la República Democrática del Congo la amenaza se ha vuelto realidad. A pesar de los numerosos esfuerzos y pedidos de grupos locales como la Alianza de organizaciones ambientales, de desarrollo y de derechos humanos de los indígenas, para que se detengan los planes de división en zonas apoyados por el Banco Mundial, que podrían abrir zonas de bosque tropical a las empresas madereras, datos oficiales revelan que se han otorgado cerca de 150.000 kilómetros cuadrados de bosques a empresas madereras en los últimos tres años, en su mayor parte en 2005.
La información se publicó el 8 de noviembre en forma de lista de todas las zonas de concesiones madereras en un "comunicado de prensa" emitido por los ministerios de Medio Ambiente y Finanzas del Congo. La lista demuestra que desde la moratoria al madereo de mayo de 2002 se han otorgado 103 "concesiones" a empresas madereras, concesiones que abarcan 147.526 kilómetros cuadrados.
La apertura de nuevas zonas de bosque tropical a la tala de árboles es ilegal en el Congo a partir de la aprobación del Decreto Ministerial No CAB/MIN/AF.F-E.T/194/MAS/02 "relativo a la suspensión de la entrega de concesiones forestales" el 14 de mayo de 2002.
El próximo mes de diciembre el Banco Mundial estudiará la aprobación de un nuevo crédito de US$ 90 millones al gobierno congoleño, parte del cual servirá para financiar nuevas actividades forestales.
En julio pasado, el famoso cantante Sting declaró en el programa de televisión "Debate sobre el G8: Que la pobreza sea historia": "Hay un plan sobre la mesa, apoyado por el Banco Mundial, que implica entrar al Congo. Ahora el Congo tiene una población de 50 millones de personas, y 35 millones de esas personas viven en los bosques y dependen de sus recursos. El plan es entrar ahí y abrir una zona del tamaño de Francia, 600.000 kilómetros cuadrados, talarla completamente, violarla, y dejar a las personas que allí viven sin nada de nada". "Esto no es hacer que la pobreza sea historia, esto es hacer pobreza. Y lo que me preocupa es que nadie... nadie sabe nada de esto, todo se está haciendo por detrás de bambalinas", añadió en su disertación como integrante del panel.
Rainforest Foundation es una organización mundial que trabaja en los bosques tropicales con los pueblos indígenas y las organizaciones no gubernamentales que tratan las causas subyacentes de la destrucción de los bosques tropicales. Simon Counsell, su director, declaró: "Hace varios años que Rainforest Foundation viene advirtiendo que la industria de la madera en el Congo está por salirse de control y que debe ejercerse presión internacional para que las autoridades congoleñas dejen de entregar enormes concesiones a las empresas madereras. Con esta acción el gobierno del Congo no está respetando sus propias leyes y está siguiendo un camino que podría tener consecuencias desastrosas para muchos millones de personas que dependen de los bosques del país, así como para el medio ambiente. Para financiar cualquier otra operación forestal en la RDC, el Banco Mundial debería poner como condición estricta la cancelación inmediata de todas las concesiones otorgadas ilegalmente".
Artículo basado en información obtenida de: "Africa's Rainforests For The Chop In World's Biggest Illegal Giveaway", 9 de noviembre de 2005, Fundación por los Bosques Tropicales, enviado por Simon Counsell, correo-e: moc.kutserofniar@cnomis, "Africa's Massive Illegal Rainforest Giveaway", Forest Conservation Blog, http://forests.org/blog/2005/11/africas_massive_illegal_rainfo.html; "Sting sounds alarm on carve-up of Congo rainforests during TV debate", 07/07/2005, Fundación por los Bosques Tropicales, http://www.rainforestfoundationuk.org/s-Campaign%20News
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- Sudáfrica: ¿Sappi Saiccor a punto de expandir su contaminante fábrica de celulosa?
Sappi, empresa sudafricana de la celulosa y el papel, tiene planes de ampliar la capacidad de su fábrica Sappi Saiccor en más de 200.000 toneladas anuales. Sappi Saiccor es la mayor productora de celulosa química (pulpa que puede disolverse) del mundo. Su fábrica en Umkomaas, unos 50 kilómetros al sur del puerto de Durban, produce actualmente cerca de 600.000 toneladas de celulosa química por año. La celulosa química se utiliza en productos como filtros de cigarillo, envoltorios de caramelos, un aditivo del jabón en polvo que impide que la suciedad se adhiera a la ropa y la sustancia para unir las tabletas de vitaminas. Casi toda la celulosa de Saiccor se exporta.
Saiccor (South African Industrial Cellulose Corporation Ltd) comenzó sus operaciones en 1955 y fue la primera fábrica que produjo celulosa química a partir del eucalipto. En 1988 Sappi compró esta empresa a Courtaulds (empresa química del Reino Unido) y a South Africa's Industrial Development Corporation.
Sappi ha contratado a la firma consultora WSP Environmental para que lleve a cabo la evaluación del impacto ambiental de la ampliación que se propone. En noviembre de 2005, WSP elaboró un informe preliminar del alcance del proyecto (Draft Scoping Report) como parte del proceso de evaluación del impacto ambiental. Sappi espera que la construcción del proyecto, que costaría unos 300 millones de dólares, comience en enero de 2007 y finalice en octubre de 2008.
La oposición local a la expansión que Sappi se propone cuenta con el apoyo de ONGs ambientales y sociales, entre ellas de TimberWatch, groundWork y la alianza South Durban Community Environmental Alliance.
En su informe preliminar, WSP declara que luego de la expansión Saiccor necesitará otras 2.200 toneladas de madera por día. Durante una reunión pública realizada en agosto, Vicki King, de la consultora WSP, declaró que no habrá más plantaciones a consecuencia de la ampliación. Sappi propone cubrir esta demanda destinando a Saiccor la madera que hoy le vende a las fábricas de astillas. Esta declaración no es sincera. La expansión de Saiccor aumentará la demanda total de madera en Sudáfrica. Este aumento de la demanda conllevará nuevas plantaciones, aunque no sean propiedad de Sappi.
El 10 de noviembre de 2005 participé en una reunión pública organizada por WSP. Viajé hasta allí acompañado de Wally Menne de TimberWatch y Desmond D'Sa de South Durban Community Environmental Alliance.
Cuando llegamos, René Abrahams, de WSP, estaba en medio de una presentación en powerpoint. Más o menos dos minutos más tarde Menne preguntó si se podían hacer preguntas durante la presentación o si habría que esperar hasta el final. Shirleigh Strydom, el moderador contratado por Sappi, respondió que no habría preguntas durante la presentación pero que al terminar los expertos de Sappi podrían responder en forma individual las preguntas que se desearan formular.
Desmond D'Sa lleva muchos años luchando contra la propuesta de Mondi de expandir su fábrica de papel en Merebank. Esto ha llevado a que su umbral de tolerancia de la estupidez sea muy bajo: "Esto es una estupidez. ¿Cómo puede ser ésta una reunión pública si el público no puede hacer preguntas en público?".
Strydom no tuvo otra opción que aceptar este argumento. Nos permitió hacer preguntas.
Una de las dispositivas de la presentación de Abrahams indicaba que las emisiones de CO2 de Sappi Saiccor "no se medían". Sin embargo su conclusión fue que, después de la expansión, se esperaba que las emisiones de CO2 disminuyeran. Sentí curiosidad y quise saber más de las suposiciones subyacentes de esta conclusión, sobre todo porque otra de las diapositivas de Abrahams indicaba que aumentaría la cantidad de camiones, trenes y automóviles de paso por la fábrica. Por ejemplo, la cantidad de camiones transitando de y hacia el lugar aumentaría en 35%. Le pregunté si había tenido en cuenta el tránsito adicional al calcular las emisiones de CO2 y otros gases.
Abrahams no hizo mención en su presentación al aumento de los embarques necesarios para exportar la producción aumentada de Saiccor. Pregunté por qué se estaban omitiendo esos datos.
Abrahams respondió que las reducciones de las emisiones de CO2 tenían que ver solamente con las emisiones en el lugar mismo y que WSP esperaba que las emisiones disminuyeran a causa de la reducción de la combustión de carbón luego de la ampliación de la fábrica. Confirmó que los cálculos de WSP no tenían en cuenta ningún tipo de emisión causada por el aumento del transporte carretero o marítimo, tanto para Sudáfrica como para el resto del mundo. Strydom, el moderador de Sappi, explicó que el informe preliminar de WSP era un estudio documental y que si Sappi no proporcionaba los datos sobre las emisiones de CO2 la consultora no podía incluir los números en el informe. Se harían más investigaciones durante la fase siguiente de la evaluación del impacto ambiental.
Después de la presentación conversé con Andrew Hall, director de proyectos de Sappi. Me dijo que en realidad Sappi había entregado a WSP las cifras correspondientes a las emisiones de CO2 y que la decisión de no incluirlas en el informe había corrido por cuenta de WSP.
Las emisiones de CO2 pueden no ser el peor problema causado por Saiccor. Pero, como señaló Desmond D'Sa durante la reunión, el hecho de que aparentemente WSP haya manipulado los resultados sobre las emisiones de CO2 en su informe preliminar no inspira confianza en el resto del informe.
Terminada la reunión una residente local me agradeció por haber participado. Me habló de su tos, que no terminaba de curar. Su esposo sufría de lo que llamaba fiebre del heno a lo largo de todo el año. Y hacía poco le había preguntado a su hijo, que trabaja en el campo no lejos de la fábrica de Saiccor, si la fábrica tenía mal olor ese día. Él le respondió que no sabía. Ya no podía percibir ningún olor.
En nuestro camino de regreso pasamos por la fábrica de Saiccor. En el aire del atardecer se elevaban doce columnas de humo. El viento soplaba en la dirección opuesta y sin embargo de la fábrica salía un olor espantoso. Aunque Sappi y sus pistoleros pagos de WSP Environmental declaren que la expansión reducirá las emisiones, no están tan dispuestos a considerar el prontuario de Saiccor, con más de 50 años de contaminación. En lugar de ampliar sus operaciones, Sappi Saiccor debería tal vez pensar en dar una compensación por los daños a la salud y a las formas de vida y sustento ocasionados por sus actividades comerciales.
Por Chris Lang, correo-e: ed.enilno-t@gnalsirhc, www.chrislang.blogspot.com
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- Uganda: plantaciones de palma aceitera de BIDCO a costa de las selvas prístinas de Bugala
La creciente tendencia a establecer extensas plantaciones de palma aceitera ha causado más estragos principalmente en los bosques tropicales, donde esta palma encuentra suelo, agua y energía solar suficientes para cubrir sus necesidades (véase el boletín 47 del WRM).
El procedimiento típico consiste en talar una zona determinada de bosque y luego establecer la plantación destinada a la producción de aceite de palma y de palmiste. Pero puede ocurrir también que las empresas dueñas de las plantaciones "limpien" el bosque entero prendiéndole fuego, como ha ocurrido en los notorios casos de incendios en Indonesia.
La palma aceitera es nativa de África occidental. Tradicionalmente las poblaciones locales han cosechado las plantas semi-silvestres, intercaladas con cultivos alimenticios, a pequeña escala. El avance actual de la palma aceitera se presenta en el mismo paquete globalizado de siempre: monocultivos a gran escala destinados a la exportación, que excluyen cualquier otro proyecto. Bastante lejos de la naturaleza diversa.
Sin embargo, en un intento por entusiasmar al pueblo de Uganda con el negocio, su presidente Yoweri Museveni salió a decir que talar los bosques para dar lugar a las plantaciones no planteaba peligros al medio ambiente porque la plantación de palma sería un bosque en sí misma. ¿Cómo puede compararse un "desierto verde" (un solo tipo de árbol) con la diversidad intensamente interrelacionada de un ecosistema de bosque?
No hay respuesta posible para el "cómo", pero sí para el "por qué".
BIDCO Oil Refineries Ltd., el mayor y más pujante fabricante de aceites vegetales, margarinas, jabones y concentrados proteicos de África oriental y central, está haciendo una inversión multimillonaria en plantaciones de palma aceitera en las islas Bugala, en Kalangala. Los planes son que este proyecto abarque 26.500 hectáreas y produzca 140.000 toneladas de aceite de palmiste. Para esta inversión BIDCO cuenta con socios como Archer Daniels Midlands de EEUU, el grupo Wilmar de Malasia y Josovina de Singapur. En el marco del Proyecto para el Desarrollo del Aceite Vegetal, el Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA) y el Banco Mundial han otorgado un préstamo de US$ 10 millones para colaborar con las plantaciones y su infraestructura de apoyo, mientras que el gobierno suministrará US$ 12 millones en forma de tierras, electricidad y carreteras y BIDCO invertirá US$ 120 millones.
Son varios los intereses que coinciden en torno al negocio de la palma aceitera. Para un país endeudado como Uganda se trata de un ingreso de divisas; es un negocio lucrativo para los conglomerados que se benefician con la promoción masiva que conlleva la reducción de los precios mundiales y el estímulo al consumo; para el Banco Mundial, es un servicio financiero con el cual obtener ganancias. Fuentes locales informan que las elites locales se están beneficiando cada vez más, al brindar el apoyo político necesario para asegurarse términos comerciales favorables con el gobierno y conseguirse sus propios negocios, por ejemplo lucrativas concesiones para establecer plantaciones como terceros.
Pero el proyecto se enfrenta a la dura oposición de los parlamentarios. También algunos residentes de las islas están muy preocupados por las plantaciones de palma aceitera en una de las únicas grandes selvas prístinas naturales que quedan en Uganda: una hermosa isla llamada Bugala, que tiene uno de los ecosistemas más singulares del mundo. Se están destruyendo más de 5.500 hectáreas de bosque tropical y por primera vez el raro loro gris parlante está anidando en la capital (a una distancia de 180 km por carretera, 80 km en línea recta), lo que demuestra que hay algo que anda mal.
Las plantaciones de palma aceitera a gran escala, al igual que otros monocultivos, suelen estar vinculadas a la violación de los derechos a la tierra y otros derechos humanos puesto que ocupan grandes extensiones de tierras habitadas por poblaciones indígenas o campesinas, lo que provoca situaciones de conflicto.
El gobierno está intentando convencer a los residentes de las islas que cedan su tierra a las plantaciones y "hagan dinero", pero se ha informado de varios conflictos familiares surgidos a causa del proyecto. Al dejar su tierra, ¿dónde trabajarán estas personas? Presumiblemente en las plantaciones de palma aceitera, en empleos temporarios y mal pagos y en malas condiciones, como bien lo demuestra la experiencia de otros países. Lo que es seguro es que las ganancias no serán para el pueblo sino para las grandes empresas, casi siempre extranjeras, que controlan la producción, la industrialización y la comercialización de la palma aceitera.
No se ha dado lugar al debate en torno a este asunto. Los isleños y los indígenas dueños de las tierras están llenos de desconfianza y recelo. Tal vez sea el momento de que presionen al gobierno para que tenga en cuenta sus preocupaciones.
Artículo basado en información obtenida de: "BIDCO to undertake largest private Project", The New Vision 2000-2005, 10 de noviembre de 2005, http://www.newvision.co.ug/D/8/220/464984; "Museveni Launches Bidco", New Vision (Kampala), 2 de noviembre de 2005, http://allafrica.com/stories/200511020416.html, y fuentes locales personales.
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ASIA
- Indonesia: el proyecto de fábrica de celulosa de UFS amenaza los bosques y las comunidades aledañas
La industria indonesa de celulosa y papel está imponiendo actualmente una gran presión sobre los bosques. En este contexto se planea construir en la provincia de Kalimantán del Sur una enorme fábrica de celulosa y chips de madera de 1.200 millones de dólares.
El proyecto pertenece a la empresa "United Fiber System" (UFS), perteneciente, entre otros, a inversores suecos. La nueva fábrica de celulosa empeoraría aún más la destrucción actual de los bosques de Indonesia, y agravaría los problemas asociados tanto a escala local como nacional.
Actualmente, la industria de la celulosa se alimenta principalmente de los bosques tropicales y de la tala ilegal. Entre el 75% y el 80% de la madera utilizada en la industria de la celulosa en Indonesia proviene de los bosques, e informes recientes efectuados por organismos internacionales de investigación y financiadores internacionales indican que la mayoría de la madera extraída de los bosques indonesios (cerca del 73%) es producto de la tala ilegal.
Mientras no se elimine la deforestación y la tala ilegal asociada provocadas por la industria de la celulosa, cualquier inversión en una nueva fábrica de celulosa no haría más que agravar los problemas estructurales de la deforestación. Todas las grandes fábricas de celulosa en Indonesia han causado ya sea problemas sociales importantes, contaminación o deforestación, y en la mayoría de los casos, las tres cosas juntas. Las investigaciones indican que la proyectada fábrica de celulosa en Kalimantán del Sur no sería la excepción.
Solamente dentro del área de concesión de la UFS, 73.000 hectáreas de bosques correrían grave riesgo, y la fábrica de chips de madera pondría en riesgo otras 40.000 hectáreas de valiosos valles boscosos. Como lo admite la UFS, para un futuro cercano proyecta una ampliación de la capacidad de producción de las instalaciones que la haría llegar a 1.200 millones de toneladas de celulosa por año, lo cual seguramente implicaría la destrucción de más bosques aún.
Por otro lado, la evaluación de impacto ambiental (EIA) de la UFS, que se filtró al público pese a los esfuerzos de la compañía por mantenerla en secreto, concluye que sería de esperar una pérdida total de la vida acuática en la zona de la fábrica de celulosa, cuya consecuencia sería la pérdida del sustento para cientos de personas que viven de la pesca tradicional. A su vez, la EIA de la empresa prevé un incremento regional masivo de las enfermedades respiratorias agudas, las enfermedades de la piel y la malaria. La construcción del puerto de aguas profundas para la fábrica de chips de madera destruirá preciosos bosques de manglares --de los que quedan pocos--, y dañará considerablemente la vida acuática de la zona.
La red de ONGs indonesas CAPPA, una alianza comunitaria de militancia contra la industria papelera, evaluó la situación de cuatro pueblos pesqueros, entre ellos los que viven de la cría de camarones y cuyas zonas de pesca serán probablemente afectadas por los desechos de la fábrica proyectada. Las zonas de cría de camarones utilizadas por las comunidades locales están a tan solo 400 metros del sitio previsto para la fábrica. Además, según la información obtenida por CAPPA, este sitio está ubicado sobre un cementerio ancestral y en la fase inicial de adquisición de tierras para la fábrica ya se han generado conflictos con la comunidad.
La fábrica de celulosa y chips de madera proyectada no contribuye al desarrollo sostenible de Borneo indonesio sino que, por el contrario, contribuye a generalizar la deforestación y a degradar aún más la naturaleza y las condiciones de la vida humana en la región.
Artículo basado en información obtenida de: "Environmental organisations oppose the building of the new pulp mill in Indonesia", Finnish Association for Nature Conservation, Friends of the Earth y Finnish ECA Reform Campaign, http://www.vientiluotto.net/Epretxt.html#070604; carta a James D. Wolfensohn sobre la garantía de OMGI para la fábrica de celulosa de 1.200 millones de dólares prevista por la United Fiber System Pulp Mill en Kalimantán del Sur, WALHI, https://www.mpi.org.au/kampanye/hutan/strukturisasi/lamp_sp_wksel_150304/; carta conjunta de ONGs internacionales a las empresas austriacas implicadas en el proyecto de fábrica de celulosa, divulgada por Daniel Hausknost, Amigos de la Tierra Austria, correo electrónico: ta.0002labolg@tsonksuah.leinad.
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- Malasia: el MTCC certifica concesiones madereras sin tener en cuenta los derechos y la voluntad de los Penan
Hace más de veinte años que los Penan luchan en Sarawak por sus derechos a las tierras y los bosques, no solamente con barricadas para cortar las rutas que se usan para el madereo sino también con la reclamación legal de sus Derechos Consuetudinarios Nativos ante la justicia. A pesar de la permanente resistencia al madereo y a las plantaciones en su tierra nativa, el gobierno de Sarawak y sus concesionarios --empresas madereras y de plantaciones-- siguen sin respetar los derechos de los Penan sobre su tierra.
En una acción sin precedentes, el Consejo para la certificación de la madera de Malasia (Malaysian Timber Certification Council, MTCC) otorgó un certificado de manejo forestal a Samling Plywood (Baramas) Sdn. Bhd. para una concesión maderera en tierras cuyos derechos reclaman los Penan en un juicio pendiente desde 1998. Esto significa que ahora Samling vende la madera de la zona como si hubiera sido extraída "sustentable y legalmente", madera extraída de los territorios de los Penan en contra de la voluntad declarada de las comunidades. A pesar de las reiteradas protestas de los Penan, el MTCC se ha negado a cumplir sus propias (pretendidas) normas y a revocar el certificado abusivo otorgado a Samling en octubre de 2004.
Puesto que la Unión Europea está discutiendo actualmente la aceptación del MTCC y la fundación holandesa Keurhout ya lo ha aceptado (para la madera procedente de Malasia peninsular) en tanto madera de origen "legal", las ONG europeas Bruno Manser Fonds, Fundación por los Bosques Tropicales Noruega y FERN consideraron que se debía informar a los gobiernos con urgencia que el MTCC estaba ignorando los derechos de los pueblos indígenas y exhortarlos a no aceptar al MTCC como prueba de sustentabilidad o legalidad.
Por consiguiente, dichas organizaciones han emitido la siguiente declaración, que ha circulado entre las ONG para recoger adhesiones, exhortando a gobiernos e industria a no aceptar el sistema de certificación del MTCC en función de su falta de consideración por los derechos de los pueblos indígenas:
"Las organizaciones no gubernamentales que suscribimos, exhortamos a la Unión Europea, los gobiernos europeos y la industria europea de la madera a no aceptar el Sistema de certificación de la madera de Malasia del MTCC como garantía de manejo forestal legal o sustentable, pues el MTCC no respeta los derechos de los pueblos indígenas. Nos preocupa especialmente la reciente certificación de una Unidad de Manejo Forestal en Sarawak, que constituye una flagrante falta de respeto a los derechos de los Penan. Las ONG que suscribimos apoyamos el reclamo de las comunidades Penan a revocar de manera inmediata este certificado.
El Consejo para la certificación de la madera de Malasia (MTCC) se enorgullece de garantizar el origen legal y sustentable de los productos madereros comercializados en virtud de su sistema de certificación. Sin embargo, el MTCC ha recibido críticas de las ONG de Malasia por haber violado los derechos de los pueblos indígenas durante años. La reciente certificación de Samling Bhd., que es a la vez la primera empresa privada y la primera Unidad de Manejo Forestal que se certifican en Sarawak, confirma esta falta de respeto hacia las comunidades por parte del MTCC de la peor forma: una de las zonas boscosas más disputadas de Sarawak fue certificada sin haber consultado a todas las comunidades Penan afectadas.
La Unidad de Manejo Forestal de Sela'an-Linau, que hace poco se certificó para Samling, está en una región de Sarawak llamada Ulu Baram. Grandes partes de esta Unidad se sitúan en una zona sobre la cual los Penan alegan tener Derechos Consuetudinarios Nativos, por lo que en 1998 presentaron este caso a la justicia. El caso sigue pendiente en la Suprema Corte de Sarawak. Al certificar esta zona, el MTCC viola sus propias normas de certificación, según las cuales "la tenencia y los derechos de uso a largo plazo de la tierra y los recursos forestales deberán definirse, documentarse y establecerse legalmente en forma clara".
Samling entró por primera vez en la zona a principios de la década de 1990, sirviéndose de la fuerza policial para vencer la resistencia de los pueblos indígenas al madereo. Desde que empezaron las actividades madereras los Penan han protestado contra la destrucción de sus bosques, de los que dependen para la caza y la recolección de palma de sago silvestre, plantas medicinales y los juncos que utilizan para sus artesanías.
En enero de 2005 más de 600 Penan sedentarios y seminómades que viven en la zona protestaron contra la certificación. La protesta fue confirmada por una reunión de representantes comunitarios el 18 de agosto de 2005.
En una carta enviada al MTCC el 25 de enero de 2005, el jefe Bilong Oyau de Long Sait (división Miri, Sarawak) escribió: "Rechazamos vehementemente esta certificación (...) Aquí vivíamos en paz hasta que las empresas madereras vinieron a perturbar nuestra vida e instalarse en nuestro bosque (...) Muchos de nosotros hemos sufrido debido a las actividades madereras de Samling: nuestros ríos están contaminados, nuestros lugares sagrados han sido dañados y nuestros animales huyen, perseguidos por personas que nos quitan nuestro sustento y nuestra cultura".
El MTCC sigue esforzándose en sus relaciones públicas mundiales al tiempo que ignora las protestas de los Penan y se niega a revocar la certificación abusiva de una zona que está siendo talada contra la voluntad de la población indígena afectada.
La aceptación o el rechazo del MTCC en tanto norma de legalidad es realmente importante y puede considerarse un termómetro de las normas que los gobiernos europeos establecerán para la madera tropical "aceptable". Esto es especialmente pertinente a la luz de las decisiones que se están tomando en el proceso de concesión de licencias del FLEGT (Aplicación de las Leyes, Gobernabilidad y Comercio Forestales) y en las políticas de suministro de madera de los Estados miembros de la Unión Europea.
La comunidad de ONGs no está de acuerdo con las evaluaciones realizadas por Estados miembros de la UE, como el Reino Unido y Dinamarca, y por la industria maderera, como la asociación holandesa Keurhout, que han considerado que el MTCC es una garantía de legalidad.
En términos de los derechos de los pueblos indígenas, la certificación de la concesión de Sela'an - Linau, Sarawak, otorgada a Samling es completamente inaceptable y constituye otra prueba de que en la "sustentabilidad" y la "legalidad" del MTCC no están incluidos los derechos básicos de la población indígena afectada.
Exhortamos a los ministerios responsables y a la industria de la madera a reconsiderar el Sistema de certificación de la madera de Malasia del MTCC a la luz de estas nuevas pruebas.
[Siguen firmas]"
Por más información sírvase consultar el informe sobre la concesión del MTCC en: http://www.bmf.ch/en/pdf/selaan-linau-report.pdf
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- Sri Lanka: los Wanniyala-Aetto hacen uso de su derecho a regresar a su bosque
Los Wanniyala-Aetto ("seres de la selva") son el pueblo indígena de Sri Lanka; apacibles cazadores y recolectores que han vivido en una relación sustentable con el medio ambiente de su bosque tropical por los pasados dieciocho mil años.
Después de haber sobrevivido a 2.500 años de colonización de su isla, primero por emigrantes cingaleses y luego por tamiles provenientes de la India, a cinco siglos de colonización portuguesa, holandesa y británica y a dos guerras mundiales, los Wanniyala-Aetto fueron desalojados de lo que quedaba de sus bosques ancestrales por el gobierno de Sri Lanka.
Sri Lanka logró su independencia en 1948, y el nuevo gobierno emprendió la reorganización del país. En 1955, con fondos del Banco Mundial, comenzó la construcción de la represa Gal Oya, que inundó las mejores tierras de caza y recolección de los Wanniyala-Aetto, donde estaban los mejores sitios para recolectar miel y sus cuevas favoritas.
La mayor parte de la población fue reubicada en aldeas de readaptación, en zonas agrícolas. Pero su "guardián del saber" y portavoz, Uru Warige Tissahamy, condujo a mucha de su gente a internarse en lo profundo del bosque. En 1977, el Banco Mundial otorgó al gobierno los fondos necesarios para la construcción de un enorme proyecto hidroeléctrico y de irrigación que afectaría al mayor sistema fluvial del país, el Mahaweli Ganga. El agua del río fue desviada para producir energía hidroeléctrica y para alimentar reservorios y canales de irrigación. Se realizaron actividades de madereo en grandes superficies del bosque tropical, y se hizo tala rasa en 11.000 hectáreas de los últimos territorios de caza de los Wanniyala-Aetto. Miles de colonos cingaleses y tamiles se instalaron en la zona.
Luego, el 10 de noviembre de 1983, a medianoche, el gobierno desalojó a los Wanniyala-Aetto de la última porción de su bosque natal, declarando que esa era la cuenca hidrográfica que alimentaría tres nuevos reservorios financiados con asistencia oficial para el desarrollo de varios organismos extranjeros financieros, entre ellos la USAID. Dichos reservorios se crearon con la finalidad de disponer del agua necesaria para el riego de los arrozales ubicados en los límites del bosque, destinados a la producción intensiva de arroz en el marco de la llamada "revolución verde". El área de bosques que quedó entre estos reservorios fue designada por el gobierno como Parque Nacional de Maduru Oya, el cual fue creado en el marco de la Estrategia Mundial para la Conservación (en inglés WCS), manejada conjuntamente por WWF Internacional (Fondo Mundial para la Naturaleza), IUCN (Unión Mundial por la Conservación de la Naturaleza) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Los Wanniyala-Aetto fueron forzados a reinstalarse en tres distritos diferentes, lo cual dividió su comunidad y destruyó la estructura social fuertemente integrada de la que siempre dependieron. Estas áreas de reinstalación se encuentran fuera del bosque, en zonas de arrozales totalmente desconocidas para ellos e inadecuadas para su agricultura itinerante, la cual se han visto imposibilitados de realizar. Por otro lado, les cuesta mucho cultivar suficiente alimento en las diminutas parcelas que les asignaron. La caza y la recolección en la selva también les están vedadas. En la actualidad, algunos hombres tienen permiso para cazar en una pequeña zona del parque, pero los que no lo tienen se arriesgan a ser multados o encarcelados si se les sorprende cazando. En los últimos años tres cazadores, todos ellos con permisos, murieron por los disparos recibidos por parte de guardaparques.
Actualmente solo quedan 2,500 indígenas Wanniyala-Aetto. Su antigua cultura, sus tradiciones espirituales, su conocimiento médico etnobotánico y su pericia en el manejo ecológico de la fauna y la flora del bosque tropical están a punto de perderse para siempre. A pesar de haber sido reubicados, no han perdido el recuerdo de su tierra. "Yo nací en el bosque. Mis ancestros vienen de aquí. Somos los seres del bosque, y quiero vivir y morir aquí. Y aunque renaciera como una mosca o una hormiga, estaría feliz de saber que volvería a vivir aquí, en el bosque" (Uru Warige Tissahamy, 97 años, anciano Wanniyala-Aetto "guardián del saber").
Es por eso que, más de veinte años después de haber sido expulsados, cien indígenas Wanniyala-Aetto han hecho uso del derecho legal de regresar a su propia tierra. Los guardaparques han amenazado con llevar ante los tribunales a aquéllos que regresen al parque, en un intento de obligarles a marcharse una vez más.
Desde diversas organizaciones se exhorta a apoyar al pueblo Wanniyala-Aetto, y proponen escribir a la presidenta de Sri Lanka pidiendo a su Gobierno que permita inmediatamente a los Wanniyala-Aetto que así lo deseen regresar a su tierra, cazar para su consumo personal y recolectar frutos del bosque dentro del parque, sin temor a su posterior expulsión, acoso o violencia. (Dirigir la carta a: Her Excellency the President of Sri Lanka, Mrs. Chandrika Bandaranaike-Kumaratunga, Presidential Office, Colombo 1, Sri Lanka, Fax: +94 112 4333 46)
Artículo basado en información obtenida de: "Los wanniyala-aetto regresan a la selva", 21 de octubre de 2005, http://www.survival.es/news.php?id=1114; "The Wanniyala-Aetto", Global Vision, http://www.global-vision.org/srilanka/
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- Tailandia: el gran conservacionismo reñido con la vida de los pueblos indígenas
En una reciente explosión de "entusiasmo ambiental" estimulado por generosos ofrecimientos financieros del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (conocido también como GEF por su sigla en inglés), el gobierno de Tailandia ha estado creando parques nacionales tan rápido como el Real Departamento de Bosques consigue ponerlos en el mapa. Hace diez años era difícil encontrar un parque en Tailandia y, puesto que los pocos que había eran "parques de papel" sin marcar, pocos tailandeses sabían que existían. Ahora hay 114 parques terrestres y 24 parques marinos en el mapa. Casi 25.000 kilómetros cuadrados, en su mayoría ocupados por tribus montañesas y pescadoras, han pasado a ser administrados por el departamento forestal en tanto zonas protegidas.
De las seis tribus que se encuentran en los exuberantes confines montañosos del lejano norte de Tailandia, la de los Karen es la más populosa. Khon Noi, matriarca de una remota aldea de montaña, vestida con las ropas sueltas de colores brillantes que la identifican, se acurruca frente al fuego de su hogar. Su aldea se compone de 65 familias que han vivido en el mismo extenso valle desde hace más de 200 años. Khon Noi masca hojas de betel y escupe el jugo rojo en el fuego mientras habla suavemente entre sus dientes renegridos. "El gobierno no tiene idea de quién soy yo", dice. "Solamente saben el nombre de una sola persona del pueblo, el "jefe" que designaron para que nos represente en las negociaciones con el gobierno. Estuvieron aquí la semana pasada, con sus uniformes militares, para decirnos que ya no podemos practicar la agricultura rotativa en este valle. Si se enteraran de que alguien está hablando mal de ellos, regresarían para hacernos salir de aquí".
"Un día aparecieron hombres uniformados como de la nada, mostrando sus armas", recuerda Kohn Noi, " diciéndonos que ahora vivíamos en un parque nacional. Eso fue lo primero que supimos. Nos confiscaron nuestras propias armas... no más caza, no más trampas para animales y no más 'roza y quema'. Así llaman ellos a nuestra agricultura. Nosotros la llamamos rotación de cultivos y hace más de 200 años que venimos practicándola en este valle. Pronto nos veremos obligados a vender arroz para comprar las legumbres y hortalizas que ya no nos permiten plantar aquí. Podemos vivir sin la caza porque criamos pollos, cerdos y búfalos, pero la agricultura rotativa es nuestra forma de vida".
En noviembre de 2004 se realizó el Congreso Mundial sobre la Conservación en Bangkok, al que concurrieron 6.000 conservacionistas. Tanto en esa conferencia como en todas partes, los grandes de la conservación han negado tener algo que ver con los desalojos; al mismo tiempo generan ríos de material propagandístico sobre su cariño por los pueblos indígenas y las estrechas relaciones que los unen con ellos. En los últimos años el apoyo financiero internacional a la conservación se ha extendido mucho más allá de los individuos y las fundaciones familiares que iniciaron el movimiento y ahora incluye fundaciones muy grandes como Ford, MacArthur y Gordon y Betty Moore, así como el Banco Mundial, su Fondo para el Medio Ambiente Mundial, gobiernos extranjeros, USAID, una cantidad de bancos bilaterales y multilaterales y empresas transnacionales. En la década de 1990 el movimiento internacional por la conservación recibió casi US$ 300 millones de USAID, que había llegado a considerarlo un aditamento vital a la prosperidad económica. Las cinco mayores organizaciones conservacionistas, entre las que se cuentan Conservation International (CI), The Nature Conservancy (TNC) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), absorbieron más del 70% de ese desembolso. Las comunidades indígenas no recibieron nada. La Fundación Moore suscribió un singular compromiso a diez años por el que otorga casi US$ 280 millones, la mayor financiación relacionada con el medio ambiente de la historia, a una sola organización, Conservation International. Y en los últimos años todas las grandes ONG internacionales se han tornado cada vez más empresariales, tanto en su orientación como en su filiación. The Nature Conservancy puede jactarse ahora de tener casi 2.000 patrocinadores empresariales, en tanto Conservation International ha recibido cerca de US$ 9 millones de sus 250 "socios" empresariales.
Con ese tipo de incentivo financiero y político, además de filiales en casi todos los países del mundo, millones de miembros leales y presupuestos de nueve cifras, CI, WWF y TNC han iniciado una presión mundial de enorme expansión para aumentar la cantidad de las llamadas zonas protegidas: parques, reservas, refugios para la vida silvestre y corredores creados para preservar la diversidad biológica. En 1962 había cerca de 1.000 zonas protegidas en todo el mundo. Hoy son 108.000, y el número crece cada día. La superficie total de tierra, considerando el mundo entero, que hoy está bajo protección conservacionista se duplicó desde 1990, cuando la Comisión Mundial de Parques se fijó el objetivo de proteger el 10% de la superficie del planeta. El objetivo fue superado y hoy más del 12% de toda la tierra está "protegida", es decir una superfice total de más de 2.800 millones de hectáreas.
Cada vez son más los conservacionistas que parecen preguntarse cómo es posible que, luego de haber separado una masa de tierra "protegida" del tamaño del África, la biodiversidad mundial siga disminuyendo. ¿Es posible que algo ande muy mal en este plan, sobre todo luego de que el Convenio sobre Diversidad Biológica documentó el insólito hecho de que en África, donde se han creado tantos parques y reservas naturales y donde las expulsiones de los indígenas alcanzan su grado máximo, el 90% de la biodiversidad se encuentra fuera de las zonas protegidas?
Las soluciones de mercado propuestas por grupos de interés, que tal vez se hayan aplicado con las mejores intenciones sociales y ambientales, han tenido los mismos lamentables resultados, apenas discernibles detrás de una densa cortina de humo de diestra promoción. En prácticamente todos los casos se hace entrar a los indígenas a la economía monetaria sin que tengan los medios de participar en ella plenamente. Ligados por contrato serán eternamente guardaparques (nunca guardianes), porteros, camareros, recolectores o, si consiguen aprender alguna lengua europea, guías ecoturísticos. En este modelo, la "conservación" cada vez se acerca más al "desarrollo", mientras las comunidades nativas son asimiladas a los estratos más bajos de las culturas nacionales. No debería sorprender, entonces, que los pueblos tribales consideren a los conservacionistas como apenas otro colonizador más: una extensión de las mortíferas fuerzas de la hegemonía económica y cultural.
Si lo que queremos es preservar la biodiversidad en los rincones más alejados del planeta, lugares en muchos casos aún ocupados por indígenas que viven de forma ecológicamente sustentable, la historia nos demuestra que lo más tonto que podemos hacer es echarlos de allí.
Adaptado de "Conservation Refugees", por Mark Dowie, The Orion Society, noviembre/diciembre de 2005, http://www.oriononline.org/pages/om/05-6om/Dowie.html
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* GENERAL
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- Plantaciones de palma aceitera: no hay sustentabilidad con paraquat
Iniciada en el año 2003 por WWF conjuntamente con socios empresariales --un grupo de productores de soja, compradores y empresas de venta al público, e instituciones financieras-- la iniciativa llamada Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sustentable (RSPO, por su sigla en inglés) realizó su tercera reunión en Singapur este mes, en ocasión de la cual adoptó 8 Principios y 39 Criterios. La Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y Agrícolas (UITA) y la Declaración de Berna habían reclamado cambios fundamentales a los "Principios y Criterios para la Producción Sustentable del Aceite de Palma" propuestos, que finalmente fueron adoptados sin cambio alguno. Los Principios y Criterios permiten el uso de plaguicidas muy tóxicos, que son extremadamente perjudiciales para la salud humana y ambiental. En su forma actual, los criterios sirven a los intereses de la industria de los plaguicidas --co-auspiciantes de la iniciativa-- y no a la salud de los trabajadores de las plantaciones de palma aceitera.
Los Principios, si bien exigen que los productores busquen alternativas a los plaguicidas designados como tóxicos clase 1, en definitiva no prohíben el uso de estas sustancias. También permiten el uso continuado de paraquat, un potente herbicida utilizado ampliamente en las plantaciones de palma aceitera y que se sabe envenena cada año a miles de trabajadores/as de plantaciones y pequeños agricultores/as. El paraquat es responsable de una proporción importante de las decenas de miles de muertes anuales relacionadas con los plaguicidas. Una vez absorbido a través de la piel o los pulmones o ingerido oralmente, sus efectos son irreversibles. Varios países ya han prohibido la sustancia, siendo la última prohibición la que entrará en vigor en Malasia en el año 2007.
La Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y Agrícolas (UITA) y organizaciones sindicales de trabajadores agrícolas de todo el mundo han reclamado durante años la prohibición del paraquat. "No hay espacio para el paraquat en una agricultura social y ambientalmente sustentable", declaró el Secretario General de la UITA, Ron Oswald. Hay una tendencia en los sistemas de certificación de la producción sustentable del sector agrícola a negar explícitamente el uso de los plaguicidas más tóxicos, entre los que figura el paraquat.
Como expresan la UITA y la Declaración de Berna: "No obstante, los criterios para el aceite de palma sustentable no reflejan en forma alguna estas preocupaciones acerca del paraquat. Ningún rótulo es tan complaciente respecto a los criterios sobre los plaguicidas como los nuevos Principios y Criterios para el Aceite de Palma. Una razón para esto podría ser el vínculo de la reunión de la RSPO con la industria agroquímica. Después de todo, la cena oficial de la reunión de la RSPO en Singapur es auspiciada nada menos que por la empresa Syngenta, principal fabricante de paraquat del mundo".
Son diversas las consideraciones que se están discutiendo en torno a si es posible o no producir aceite de palma de manera sustentable. Por cierto, no con paraquat.
Artículo basado en información de: Comunicado de prensa del 17 de noviembre del 2005, de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), correo electrónico: gro.fui@fui, www.iuf.org; y la Declaración de Berna, correo electrónico: hc.bve@ofni; www.evb.ch
World Rainforest Movement
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