Otra alimentación es posible, declaración Final de TERUEL 2001

En Teruel, España, convocados por diversas organizaciones sociales europeas, se han reunido entre los días 19 y 22 de septiembre, en el Foro "Otra Alimentación es Posible", unos cien delegados y delegadas de organizaciones campesinas, de consumidores, sociales, académicas, profesionales y no gubernamentales, procedentes de once países europeos y tres países de Asia, América Latina y Africa

En el Foro se ha constatado que el modelo agroalimentario dominante en Europa está en el origen de las graves crisis alimentarias y la mal nutrición a las que están sometidos nuestros pueblos (dioxinas, vaca loca, fiebre aftosa, etc.). Es un modelo que concentra cada vez más los poderes de decisión en materia alimentaria en un reducido número de grupos empresariales que van imponiendo estándares culinarios y hábitos alimentarios que reducen e incluso eliminan gran parte de la diversidad cultural y alimentaria de todas las sociedades europeas. Igualmente se debilitan los sistemas democráticos de participación y control social sobre las instancias decisorias de las políticas que afectan a la alimentación.

Este modelo agroalimentario ha producido unos muy negativos resultados cuantitativos sobre la población europea que quedan reflejados en cifras ofrecidas por la Organización Mundial de la Salud en el año 2000: 130 millones de europeos sufren de algún tipo de enfermedad de origen alimentario; las deficientes prácticas de alimentación por leche materna conducen a la mala nutrición de los niños y comprometen su desarrollo futuro; las carencias en micronutrientes son importantes, por ejemplo, el 16% de la población sufre déficit de yodo; entre el 20% y 30% de los adultos son obesos, aumentando la tasa de manera significativa entre los jóvenes; un tercio de las enfermedades cardiovasculares y cancerosas tienen relación directa con una alimentación desequilibrada.

Los participantes en el encuentro Teruel 2001 coinciden en afirmar que este modelo alimentario se caracteriza, entre otros aspectos, por:

1. La implantación de un sistema de precios al productor que no considera los costos reales de producción, no tendiendo en cuenta los impactos mediombientales y sociales, y que impide la valoración adecuada de los productos agrarios y de la distribución de los alimentos.

2. La presencia de unos valores fuertemente competitivos e individualistas que debilitan a las organizaciones sociales y a las instituciones locales que deberían intervenir en la definición de las políticas alimentarias.

3. La existencia de un reducido número de empresas de distribución y comercialización con capacidad de imponer sus propios intereses al conjunto de la sociedad, interviniendo como árbitros en la cadena alimentaria.

4. La rigidez de los contratos de los servicios públicos alimentarios y la actuación de intermediarios que obstaculizan la buena relación entre productores y consumidores de alimentos.

5. La utilización de criterios pseudocientíficos para orientar las conductas individuales y colectivas en materia de alimentación.

6. La difusión de un concepto de calidad alimentaria sin contenido alguno con el objetivo de favorecer muy concretos intereses económicos de los sectores empresariales de la agroindustria y la distribución alimentaria.

7. La aplicación de políticas de ayudas al sector agroalimentario que no contemplan un auténtico desarrollo rural sustentable, el valor nutricional de los alimentos y su calidad.

8. El desarrollo de una restauración colectiva que uniformiza los alimentos, sacrifica la calidad y no atiende adecuadamente a los grupos sociales nutricionalmente más vulnerables como son los niños y jóvenes en el sistema educativo, los enfermos en el sistema sanitario y los mayores en los sistemas de seguridad social.

9. El intento de imponer un patrón alimentario como el único viable, apropiado y correcto en un mundo global, con el riesgo de una inmediata pérdida de la diversidad cultural y culinaria de los pueblos europeos, así como la extensión de la comida basura.

La crisis de este modelo afecta tanto a agricultores, ganaderos y pescadores, como al conjunto de la ciudadanía europea, que en los últimos tiempos, ha expresado de múltiples maneras su rechazo al mismo. Nos encontramos ante el desarrollo de nuevas exigencias y nuevos requerimientos tanto para la producción agraria como para la de alimentos. Los retos de respeto al medio ambiente, la naturaleza, la diversidad de paisajes rurales, de supervivencia de la biodiversidad y de seguridad y soberanía alimentaria están presentes en muchas de las expresiones de las organizaciones sociales europeas.

Si el actual modelo agroalimentario de la Unión Europea se mantiene en el tiempo y se amplía hacia los países del Este, se acrecentaran los problemas de seguridad alimentaria, y de pérdida de diversidad productiva y alimentaria. El patrimonio cultural y culinario de todos los europeos continuaría con su proceso de degradación.

El actual modelo agroalimentario también favorece la mala nutrición de amplios sectores, principalmente entre la población inmigrante y los grupos sociales afectados por la exclusión y la marginación. La mal nutrición crece no por ausencia de alimentos sino por la ausencia de derechos.

Ante todo ello el Foro Teruel 2001:

1. Afirma que los alimentos no son una mercancía más y que el sistema alimentario no puede ser tratado con la exclusiva lógica del mercado.

2. Afirma el derecho individual y colectivo a la alimentación, al equilibrio nutricional, y al bienestar alimentario.

3. Afirma el derecho de los pueblos a producir, a alimentarse y a ejercer su soberanía alimentaria.

4. Rechaza que la forma de hacer frente a las necesidades crecientes de alimentos en el mundo sea a través de la agricultura y la pesca de gran escala, industrial e intensiva.

5. Reconoce el derecho a la plena información sobre los alimentos consumidos. Hay que reforzar una rigurosa reglamentación del etiquetado de alimentos, garantizando el derecho a una alimentación saludable y equilibrada, rica en micronutrientes.

6. Reconoce una agricultura con campesinos, ganaderos, pescadores, vinculada al territorio, prioritariamente orientada a la satisfacción de las necesidades de los mercados locales y nacionales. Un sistema agroalimentario que priorice centralmente al ser humano, que preserve, valore y fomente la multifuncionalidad y la adecuada gestión del territorio rural.

7. Considera que los recursos genéticos son patrimonio de toda la humanidad. Que deben ser prohibidas la biopiratería y las patentes sobre seres vivos, incluyendo el desarrollo de variedades estériles mediante procesos de ingeniería genética. Que se debe aplicar estrictamente el principio de precaución en la utilización de los organismos genéticamente modificados.

8. Afirma que no puede existir calidad alimentaria sin respeto a la diversidad productiva, culinaria y cultural de los ciudadanos europeos.

9. Afirma la pluralidad alimentaria como un elemento significativo de la identidad cultural de los pueblos de Europa.

10. Exige que se reconozca a la alimentación y a la nutrición como prioritarias por parte de las políticas públicas.

11. Exige el impulso de una producción agrícola sostenible, comprometida con la ecología y la salud de las personas a corto y largo plazo.

12. Exige el incremento de los esfuerzos públicos y privados, en el ámbito local, regional y estatal, en materia de educación alimentaria.

13. El bienestar alimentario de los seres humanos requiere del respeto al bienestar de los animales.

La ciudadanía europea ya no acepta los enormes costos sociales, económicos, medioambientales y sanitarios, producidos por la crisis del actual modelo agroalimentario.

El Foro Teruel 2001 considera que la alimentación es un asunto de todos, y Propone:

1. Impulsar las iniciativas locales y las de cooperación a todos los niveles, territoriales, institucionales y asociativos que fortalezcan un sistema agroalimentario sustentable en Europa.

2. Complementar la certificación de la calidad de los alimentos con un certificado de explotación sostenible (fitosanitarios, abonos, energía, agua, biodiversidad, etc.), y con fórmulas de control social.

3. Reglamentar adecuadamente la publicidad y la propaganda en materia alimentaria con el fin de evitar efectos nocivos sobre la población, facilitando un mayor control democrático de las mismas.

4. Elaborar una Carta Europea de la Restauración Colectiva, que incluya una ética en el uso de la alimentación y un programa de actuaciones al respecto.

5. Priorizar el bienestar nutricional de la población en el momento de definir políticas, especialmente sanitarias, sociales, agrícolas, económicas y ambientales.

6. Apoyar las dinámicas sociales y de movilización de la opinión pública coincidentes en la afirmación de que otra alimentación es posible.

Los participantes en el encuentro Teruel 2001 se comprometen en la articulación una Red Europea sobre la Alimentación para facilitar la comunicación, la transmisión de experiencias, de información y de propuestas temáticas, en particular referidas a la restauración colectiva y la educación alimentaria, entre los actores sociales (productores, sanitarios, educadores, nutricionistas, restauradores, consumidores, etc.) afectados por la crisis del modelo agroalimentario europeo, y con voluntad de avanzar hacia un modelo sustentable socialmente más justo.

En base a las conclusiones de los talleres de trabajo que han funcionado durante el encuentro Teruel 2001 y las propuestas de actuación planteadas, en el plazo máximo de cuatro meses se establecerá un programa y un calendario que fije acciones en los ámbitos local, nacional y europeo. Todo ello en la perspectiva de desarrollar una movilización social que posibilite nuevas alianzas entre las fuerzas y los actores sociales que en toda Europa trabajan en este mismo sentido.

El encuentro Teruel 2001 "Otra alimentación es posible", reconoce que las exigencias de la alimentación humana requieren de un compromiso social amplio, no limitado por frontera alguna. Las políticas económicas, sociales y agrarias no deben atentar contra el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos, garantizando el derecho a la alimentación para toda la población, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos de producción, comercialización y de gestión de los espacios rurales.

La alimentación es cosa de todos

Jorge Hernández y Vicent Garcés (CERAI-España)

Clive Peckham (EAFL-Gran Bretaña)

Bernard Xueref y Sophie Trintignac (FNCIVAM-Francia)

Françoise Macé y Pierre Vuarin (FPH-Réseau APM Mondial-Francia)

Arie Van Den Brand (In Natura-Holanda)

Teruel, España, 22 de septiembre de 2001

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