Obesidad. Problema crece a partir del TLCAN

Idioma Español
País México

México se convirtió en un paraíso para la comida chatarra con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que aceleró el cambio en la dieta de los mexicanos, y a su vez, contribuyó a que aumentaran los niveles de sobrepeso, obesidad y diabetes, coincidieron expertos.

Por El Universal | 11-11-17

Expertos dicen que no hubo políticas para proteger la alimentación de la población mexicana, tras el acuerdo comercial.

México se convirtió en un paraíso para la comida chatarra con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que aceleró el cambio en la dieta de los mexicanos, y a su vez, contribuyó a que aumentaran los niveles de sobrepeso, obesidad y diabetes, coincidieron expertos.

Los cereales, legumbres, frutas y verduras frescas fueron desplazados por esos alimentos prefabricados llenos de grasa, azúcar, sal y componentes químicos, que saben bien, son baratos y nos llenan.

Si bien el país ya presentaba problemas de sobrepeso y obesidad desde la década de los 70, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el TLCAN provocó un cambio de hábitos alimenticios con productos más industrializados, con más calorías, carbohidratos y azucares. Se hizo más evidente el abandono de la dieta de la milpa.

“Se comenzó a favorecer mucho a la industria chatarra, aquí vivieron su paraíso”, aseguró Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.

En opinión de Calvillo, no hubo ningún tipo de política pública para proteger la alimentación de la población mexicana, se le dio libertad al mercado y a la comercialización de productos chatarra y la publicidad empezó a dominar todo.

Aribel Contreras, especialista en Comercio Exterior del Departamento de Estudios Empresariales de la Ibero, sostuvo que sí hay una incidencia del TLCAN en el aumento de la tasa de sobrepeso y obesidad en México, pero no es el único factor. “Ambos son un fenómeno mundial y no podemos echarle toda la culpa al TLCAN”.

Lo que es un hecho, dijo, es que sí hay una relación entre la apertura comercial desde 1994, año en que entró en vigor el tratado, y los cambios alimenticios de la población.

Por su parte, el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Abelardo Ávila, dijo que el gobierno se tomó muy en serio el término “libre comercio”.

Con la llegada del TLCAN, explicó, el Estado se desentendió de su obligación de advertir a la población sobre los riesgos de los productos que llegarían, además olvidó controlar la publicidad, así como desarrollar una educación alimentaria y nutricional.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el segundo lugar en obesidad en adultos con 32.4%, sólo detrás de EU, y anticipó que para 2030 ese porcentaje pasaría a un 39% si no se actúa.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), advirtió que la obesidad y el sobrepeso matan a más gente que el narcotráfico en América Latina.

El campo, el más dañado

Para Aribel Contreras, especialista de la Ibero, el problema del TLCAN radicó en que México no estaba preparado internamente para abrir sus fronteras al libre comercio y los más afectados fueron los campesinos ya que nunca hubo un plan de acción para que ellos pudieran ser competitivos a través de sus productos.

Cuando México se abrió al libre comercio, desaparecieron instituciones del gobierno que los apoyaban con capacitación, créditos y fertilizantes como el Instituto Mexicano para el Café, también desapareció el Consejo Nacional para la Fruta y la Productora Nacional de Semillas y a Fertilizantes Mexicanos (Fertimex).

El campo se rezagó, el gobierno no implementó estrategias para este mercado, no pensó en exportar más, al contrario, se importaron mayores productos agrícolas de EU como el maíz y el frijol, granos representativos de la cultura mexicana.

Con el abandono al campo, la gente prefirió migrar a las ciudades a buscar otras oportunidades que les permitieran subsistir. Muchas manos mexicanas se fueron a EU a producir el maíz, el frijol, las frutas y las verduras que luego llegaron al mercado nacional.

Atrás quedaron las épocas de gloria de los años 40, 50 y 60 del campo mexicano, cuando era un gran productor y exportador de maíz. Ahora la mayoría de lo que se consume en México es importado.

Para el investigador del Instituto de Nutrición, Abelardo Ávila, el haber destrozado la agricultura familiar con el retiro de subsidios y que se cambiaran por exportaciones, es de las peores cosas que el país hizo. Esto no lo exigía el TLCAN.

El Tratado también provocó la quiebra de algunas empresas de alimentos locales que no pudieron competir contra las trasnacionales.

La fast food sedujo a los mexicanos

McDonald’s abrió su primer restaurante en 1985 al sur de la Ciudad de México. Las largas filas para poder comprar una hamburguesa fue uno de los sucesos más noticiosos que se vivieron en aquella época.

Ya había fast food antes del TLCAN y seducía mucho a los mexicanos. Previo al tratado los chocolates Hershey’s, los chicles Wrigley’s o los famosos Motita sabor plátano, por ejemplo, sólo se podían meter de contrabando, como fayuca. La ropa, electrodomésticos, juguetes, zapatos, golosinas, perfumes, vinos y licores los podía obtener la clase media solo por este medio, o bien, en algunas tiendas departamentales a precios casi inalcanzables.

Todo esto terminó el 1 de enero de 1994 con la entrada en vigor del TLCAN y los mexicanos no pudieron resistir el comprar todo lo que llegaba de EU. “Empezamos a importar más productos, electrodomésticos, a tener cosas que nunca imaginamos”, recordó la académica de la Ibero.

Las grandes empresas invirtieron en México y se generaron empleos, eso fue bueno para el país; sin embargo, los mexicanos se alejaron de los que brindaba la milpa, de las sopas de verdura y de los taquitos de frijoles.

Los alimentos prefabricados y las cadenas de comida rápida se vincularon con una vida más moderna en la que no hay tiempo para cocinar ni degustar una comida completa, pero esto vino a colapsar la salud de la población.

Emergencia

Para el investigador del Instituto de Nutrición, las políticas del gobierno en el combate al sobrepeso y la obesidad “van muy lentas”.

Indicó que el país vive una emergencia epidemiológica y que los costos para las enfermedades han desbordado la capacidad financiera del sistema nacional de salud. Tal es así que no se pueden atender las diálisis requeridas ocasionada por diabetes que están asociadas a la mala nutrición, al problema de obesidad.

Según las cifras de la OCDE, el sobrepeso implica mayores gastos de salud (25%) y sus consecuencias afectan a las actividades laborales: ausencias más numerosas, las cuales suelen castigar al salario. A escala nacional, se estima que la obesidad y el sobrepeso, para este año implicarán un costo directo en atención médica para el Seguro Social y Popular que rondará los 100 mil millones de pesos.

“El TLCAN ha tenido un costo social y económico muy fuerte para nosotros, pero no todo es responsabilidad del tratado, tenemos que ser honestos y aceptar la falta de políticas públicas”, concluyó la especialista de la Ibero.

Y así, de un país que consumía lo que producía la tierra, México pasó a ser una población urbanizada, con una nueva alimentación y muchos factores más que nos ha convertido en gordos, como las nuevas tecnologías y diferentes estilos de vida.

Fuente: Bilaterals

Temas: Salud, TLC y Tratados de inversión

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