Naturaleza en venta: impactos de la privatización del agua y de la biodiversidad
Desde las épocas de la colonia, los recursos naturales de los países en desarrollo son exportados para alimentar las necesidades de consumo cada vez mayores de los pueblos de los países ricos e industrializados. Para asegurar la permanencia de este sistema, los gobiernos del norte terminaron su régimen colonial imponiendo a sus antiguas colonias un sistema económico que les asegurara la continuidad en el flujo de los recursos naturales, prácticamente sin ningún costo
Prefacio
Meenakshi Raman, Presidenta, Amigos de la Tierra Internacional
Hoy, con el aceleramiento de la globalización, se está cementando este patrón de consumo insustentable e inequitativo. Los paÃses empobrecidos, bajo la presión de otras naciones más ricas y las instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se ven cada vez más encerrados dentro del mundo del comercio internacional y los sistemas financieros y de inversiones que apuntan a asegurar la transferencia a bajo costo de los recursos naturales. Estos paÃses dependen de las corporaciones transnacionales para importar los componentes y la tecnologÃa nueva y cara, insumos que se pagan exportando más recursos naturales y sacrificando aún más la biodiversidad.
Debido a su tamaño y a que a menudo son apoyadas por subsidios estatales, las corporaciones transnacionales dominan el mundo del comercio internacional de recursos naturales. Para las pequeñas y medianas empresas del sur competir con estas poderosas recién llegadas es imposible, quedándoles poca esperanza en el futuro. El sistema resulta en ganancias para algunos y enormes pérdidas y destrucción para muchos. En el tercer mundo los pueblos pierden sus bosques, sus peces y sus recursos minerales a gran velocidad. Adultos y niños pierden el acceso a una forma de vida sustentable. Hasta las tierras y recursos laborales de los pobres parecen estar a disposición de los ricos. Todo simplemente para sostener los patrones de consumo de los ricos que no son sustentables y que deben cambiar urgentemente.
La perspectiva para el futuro según ha sido diseñada por quienes formulan las polÃticas económicas de la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y las otras instituciones financieras dominadas por los paÃses del Norte y los intereses corporativos, no es nada halagüeña. Si las cosas siguen como hasta ahora, los paÃses más pobres del mundo continuarán siendo los proveedores de la mayorÃa de los recursos naturales y de los recursos humanos de la actividad industrial -y recibirán muy poco como recompensa. Efectivamente, en la medida en que haya una exceso de oferta en los mercados globales, los productos básicos serán cada vez más baratos- muy bueno para los paÃses ricos importadores, pero malo para los paÃses pobres exportadores. En conclusión, los ricos seguirán haciéndose cada vez más ricos, los pobres se hundirán aún más en la pobreza y todos nos veremos enfrentados a los efectos de la destrucción del medio ambiente generada por la sobre explotación. No hay ninguna lógica en este sistema, ni tampoco justicia.
Amigos de la Tierra Internacional (ATI) cuestiona este sistema y propone alternativas ambientalmente sustentables y socialmente justas para todos. Nos oponemos a los gobiernos que insisten en perseguir las mismas viejas estrategias económicas e inexorablemente siguen recompensando a las compañÃas transnacionales que hasta el momento se han beneficiado de la destrucción ambiental y económica. Luchamos contra los acuerdos de comercio e inversión que siguen siendo pensados para aumentar el acceso de las empresas a los recursos biológicos -incluso en aquellas regiones que deberÃan ser consideradas las fronteras últimas de la biodiversidad. También instamos a los gobiernos del Norte a no utilizar la "guerra contra el terrorismo" como excusa para acceder y controlar los recursos de los paÃses ricos en petróleo.
Como alternativa a esta "Naturaleza en Venta", ATI brinda su apoyo a ideas, propuestas y sistemas que apunten a asegurar la justicia ambiental para todos. Promovemos el manejo y el control comunitario de la biodiversidad, el desarrollo de los derechos colectivos de las comunidades locales y los Pueblos IndÃgenas (estén o no esos derechos reconocidos por los Estados) y buscamos el reconocimiento y el repago de la deuda ecológica que se ha acumulado en función de la biopiraterÃa y otras prácticas predatorias.