Murmullos para Carlos
Con un profundo dolor, el 14 de marzo nos tocó despedir a Carlos A. Vicente. Queridísimo compañero y fundador de Acción por la Biodiversidad, integrante indispensable de la Alianza Biodiversidad, la organización internacional GRAIN, la Plataforma Socioambiental y la Red Nacional de Acción Ecologista, Carlos militó y luchó por más de veinte años por un mundo más justo, donde las semillas y la alimentación digna para las comunidades sean un derecho garantizado, donde la convivencia y el respeto por la diversidad cultural y la autodeterminación de los pueblos sean moneda corriente.
Este artículo forma parte de la revista Biodiversidad, sustento y culturas #112
De forma inesperada y siempre temprana, la despedida es difícil. Porque además de ser el fundador de nuestra agencia, dinamizador de múltiples espacios de articulación, militante por la defensa de los bienes comunes, cultivador de nuevos futuros y parte del comité editorial de la revista Biodiversidad, también era parte de nuestras vidas.
Son muchos años de trabajo colectivo, pero también de esas pequeñas cosas que nos regala la cotidianidad. Regalitos de vacaciones, la capacidad de formar equipo, esperanzas compartidas, la guía constante, abrazos y charlas con mates de por medio. Su compromiso por un mundo más justo latía en todo su cuerpo y su barba ya canosa. Y nos contagiaba de esa energía. Podemos decir que cada unx de lxs que formamos Acción por la Biodiversidad aprendimos casi todo lo que sabemos de él y las luchas que acompañó. Por eso su ausencia es tan grande, porque nuestra labor se completaba con las risas, debates, respeto y amor entre nosotrxs.
Quienes integramos Acción por la Biodiversidad nos apoyaremos el unx al otrx para poder sanar, sólo con un poquito de la energía que lo caracterizaba a Carlos. Nos comprometemos a continuar su trabajo, en defensa de los bienes comunes de América Latina y la articulación política con las organizaciones y movimientos campesinos y socioambientales. Honrando sus ideas, caminos, alegrías y siembras. Te queremos y te extrañamos mucho. El equipo de Acción por la Biodiversidad
Ring, ring... suena el teléfono de casa un día de noviembre de 1996. Del otro lado del auricular escucho una voz con marcado acento argentino, un murmullo que se repetiría a lo largo de más de veinte años. En aquel entonces se identifica como Carlos Vicente invitándome al Encuentro Latinoamericano de Comunidades Campesinas y ONGs por la Biodiversidad... Al asistir se inicia una amistad entrañable, fructífera y cariñosa. Todavía resuena en mis oídos su voz cantando: Veinte años no es nada..... extrañaré su guía y su conocimiento pero.... con certeza puedo decir: hasta luego, Carlos. Silvia Rodríguez
Corrían los primeros años de la última década de este siglo. Varias organizaciones latinoamericanas nos organizamos en torno a la llamada Cumbre de la Tierra. Ahí participaban entre otras, Acción Ecológica y CETAAR. [Centro de Estudios sobre Tecnologías Apropiadas de Argentina]. En esos intercambios conocimos a Carlos Vicente. Como farmacéutico, en ese tiempo trabajaba en la promoción de plantas medicinales como una alternativa a los conglomerados farmacéuticos mundiales. Yo conocí a Carlos un poco más tarde, en una reunión paralela a la tercera conferencia del Convenio de Biodiversidad. Eran tiempos en los que debatíamos sobre si las semillas eran patrimonio de los Estados, “recursos genéticos” o patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad. Fueron tiempos de mucho aprendizaje, donde Carlos, de manera siempre amable pero implacable en sus principios, jugó un papel fundamental. Desde entonces, mantuvimos una fuerte relación de amistad, confianza, colaboración y construcción colectiva, sin que ello sin que ello implicara que no debatiéramos constantemente los temas que nos convocaban. La materialización más tangible es la revista Biodiversidad, sustento y culturas, que hoy hace este homenaje a nuestro entrañable amigo que se nos adelantó en el ciclo de la vida. Elizabeth Bravo
Carlos, el gran maestro, entrañable amigo y hermano, pero ante todo una gran persona con un gigante corazón y una sonrisa que nos cautivó. Por muchos años fue un militante y luchador de mil batallas por la defensa de la vida en todas sus expresiones, de nuestros territorios, bienes comunes y de la soberanía alimentaria de los pueblos y estuvo convencido que un mundo mejor y más justo es posible. Su gran sensibilidad, compromiso y generosidad con las causas de los más vulnerables fueron sus grandes virtudes. Desde GRAIN, Acción por la Biodiversidad, la Alianza Biodiversidad, y desde muchos otros espacios, Carlos enfrentó las injusticias sociales, el poder corporativo, el agronegocio, la privatización y el control de la biodiversidad y de los saberes de los pueblos. Su trabajo riguroso fue fundamental en la construcción de tejidos y puentes entre las luchas sociales y en la difusión y acceso libre y ético de la información al servicio de toda la sociedad.
Carlos ahora es una semilla de esperanza y rebeldía que germinará y volará hacia el infinito, dejándonos una estela de enseñanzas y de caminos que nos acompañarán y guiarán por siempre. Gracias Carlos por habernos permitido ser parte de tu camino. Germán Vélez (Grupo Semillas)
Carlos Vicente supo transmitir lo clave que es prestar atención, habilidad valiosa para cultivar huertos y construir colectividad en medio de la incertidumbre y la complejidad del mundo. Carlos Vicente nos inspiró siempre a mantener la mirada crítica permanente, pero el pulso cuidadoso. Así como buenos jardineros y jardineras, invitaba a entender los ciclos, celebrar las flores y agradecer las cosechas. Henry Picado
Tuve la inmensa alegría de conocer a Carlos en persona después de haberlo leído y de haber escuchado hablar de él. Me pareció increíble que un referente tan importante —por sus aportes y su compromiso con los movimientos— pudiera ser tan sencillo, tan humano en el mejor sentido de la palabra. Nos encontramos varias veces a lo largo de los últimos años, desde los primeros me dio la confianza para plantearle que escribiera un artículo para alguna publicación o que viajara para una charla. Su respuesta inmediata siempre fue “sííííí, cuenten conmigo”. Carlos llegaba siempre con alguna semilla y partía con otras; fue sembrando soberanía alimentaria por donde pasó, siempre del lado de los movimientos, siempre con una cualidad especial para la escucha y para ser, además de compañero, un maestro. Marielle Palau
Recuerdo a Carlos como un referente, una mezcla de firmeza y delicadeza, que combinaba atención con energía que alimentaba acciones conscientes. Los últimos mensajes que recibí de él rendían homenaje a la hondureña Berta Cáceres, la guatemalteca Aura Lolita Chávez Ixcaquic, la colombiana Francia Márquez Mina y el argentino Miguel Grinberg. Creo que Carlos compartía con esas y otras personas de nuestros pueblos no sólo la identidad y los compromisos de vida, sino también la certeza de que en cualquier esfuerzo y trayectoria, es mejor equivocarse en grupo que hacerlo solo. Leonardo Melgarejo
Carlos, con saudade te recordamos, sentimos la ausencia de la persona firme y amable con la que compartimos tantas luchas y tantas cosas buenas. Uno de estos días nos volveremos a encontrar y, hasta entonces, celebraremos tu vida, continuando la lucha por un mundo mejor y más justo. ¡Estoy agradecida por haber tenido la oportunidad de haberte conocido! Maria José Guazzelli
Una persona entrañable, con sonrisa permanente, corazón de niño y abrazo inmenso. En ese caminar por la vida, con tus luchas, sueños, esperanzas, desesperanzas, de repente te encuentras con una persona que conociéndolo desde hace poco tiempo, sientes que ha sido tu hermano y tu compañero de toda la vida, un maestro coherente, amoroso, creativo, animador. Tus amigos sentimos tu ausencia, pero sembraste una semilla que ha germinado y germinará en cada lucha que emprendamos en la defensa de los derechos de nuestros pueblos, hasta el día que nos toque partir, y quizás en esos misterios insondables de la vida, nos volvamos a encontrar y podamos darnos un abrazo enorme. Hasta siempre compañero. Con todo mi cariño, desde este pequeño rincón de nuestra América Latina. Octavio Sánchez Escoto
Hermano árbol: la sombra de tus inmensas y abarcadoras ramas cobija a la Alianza por siempre, aquí sigues en cada semilla libre; la esperanza se aviva con tus pensamientos que, como suave briza, susurran en cada asamblea, somos hilos del inmenso entramado libertario que tejiste. Fernanda Vallejo
Hermano, amigo, compañero, humilde como pocos, tendedor de puentes, implacable pero calmo, impaciente con los necios, burlón consigo mismo, un maestro para hacerte ver tus debilidades sin herir orgullos, querendón a la antigua. Su falta se hace cada vez más profunda. Camila Montecinos
Siempre me sorprendió la fiereza y dulzura de tu trato, la sencillez con que hablabas de los problemas complejísimos que acarrea la búsqueda de la libertad. Profundamente serio al hablar de las luchas por la vida campesina y por la vida de todo, sonriente como para marcar la fuerza de la convicción. Carlos, me faltó mucho aprender de ti. Estabas tan presente que siempre me sentí segura en mi parte de las labores compartidas. Ahora aparecerás como plantitas crecidas por todos lados donde anduviste. Y me voy a fijar bien qué dices, qué nos propones, cómo nos enseñas a ser fieros y dulces, serios y sonrientes, maíces tiernos y árboles protectores. Verónica Villa
Es tan extraña la forma en que permaneces en nuestro diario batallar. Tu presencia nos acompaña y nos suaviza aunque tu vacío pese y también muerda por instantes o por días enteros. Me doy cuenta que te pregunto y te consulto y creo escucharte en los sobresaltos de los días. Me enseñaste con tu humanidad que la grandeza es cotidiana, y que la justicia puede ser muy cariñosa y la crítica implacable hasta contigo mismo. Insististe con actos en que nunca había que bajarnos de la certeza de que nuestra esperanza y la verdad nos salvan siempre. Aquí sigues, manito, o a cada rato te visito, ya ni sé. Ramón Vera
Es tan difícil y tan fácil escribir sobre ti, hermano, amigo, compañero de tantas vidas y muchos senderos. El manotazo, la sorpresa inaudita de su muerte demasiado temprana me nubla la vista, pero no el horizonte. Carlos tenía ese don de la ubicuidad de las personas sensibles y comprometidas, que una piensa que sigue aquí. Porque siempre estaba, estuviera donde estuviera se sentía su presencia solidaria, su acompañar abrazando, su construir con su mirada llena de afecto pero no falta de crítica. Con su inmenso amor por la gente, por su amorosa familia, por las comunidades que acompaña en sus batallas y lo acompañan. Con su curiosidad infinita y su cariño por las plantas y plantitas y las manos que las cuidan, sobre las que sabía tanto y nos fue dejando en consejos, libros, escritos que nos ayudan a curarnos. Con su profunda solidaridad y memoria por tantas personas que nunca desaparecerán, porque seguimos recordando, no como quienes pasaron, sino que sus vidas, luchas, anhelos, siguen en los que seguimos caminando. Así con Carlos, corazón de la Alianza Biodiversidad y de esta revista —entre muchos otros tejidos colectivos— que sigue en estas páginas y en nuestros corazones.
Carlos, te nombran tantas cosas, árbol generoso, semilla que florece, sol que alumbra, sombra que refresca, sonrisa, abrazo solidario. Yo no puedo despedirme, sólo nombrarte para seguir conversando y caminando, hasta siempre, hermano del alma. Silvia Ribeiro
¡Se nos ha muerto un compañero! La partida de Carlos nos ha pegado muy fuerte y hondo. Fueron más de treinta años caminando juntes, sueños y luchas colectivas para construir la soberanía alimentaria. Y Carlos siempre fue un motor incansable, gentil, generoso, humilde, alegre y cariñoso de cualquier proyecto que lo incluyera.
La revista Biodiversidad, sustento y culturas es uno de esos caminos colectivos a los que se sumó y del que fue un pilar fundamental hasta su último día.
Son muchas las semillas que Carlos nos dejó para seguir sembrando justicia y un mundo digno, justo y solidario para el campesinado y los pueblos del mundo.
¡Hasta siempre compa querido! ¡Venceremos!. REDES-AT
Voy a extrañar tus envíos de fotos de plantas y semillas que hacías viajar y compartir por todo el mundo hasta tu huerto. Consejero, papá, abuelo y hermano de la familia ampliada. Nuestros hijos te tienen muy presente.
Amigo siempre dispuesto a responder de inmediato a cualquier llamado. Un día tocabas a la puerta como si llegaras a diario. O te encontraba en la red en defensa del maíz, en la reunión de la alianza o en el tribunal permanente de los pueblos con una fraternidad y don de anfitrión sorprendente. Hacías ligera la lucha más grande.
El estar presente con todo tu corazón, claridad y sin miramientos es lo tuyo Carlos, con todo eso me quedo abrazado. Seguro que nuestra siguiente comunicación será tan cotidiana como todos tus saludos, tareas o bendiciones. Pepe Godoy/ Colectivo por la Autonomía
Siempre el primer mensaje del día desde hace años fue el tuyo, siempre con la pregunta acertada, el tema del día, con una historia familiar, con un cariño a nosotros y los niños. Has sido una persona muy especial y presente desde hace más de veinte años que tuvimos la fortuna de poder conocerte de cerca con tu pensamiento, tu activismo. Siempre me sorprendió tu capacidad de tejer luchas y alternativas, de visualizar de manera personal y en colectivo lo que se avecina y que puede afectar el bien común, el futuro de la vida y de los pueblos que luchan por la vida digna para todos. Me siento familia contigo, Ingrid y los chicos.
Siempre sin duda podía llamarte o escribir sabiendo que contestarías casi de inmediato, y siempre me sorprendió darme cuenta cómo así era con muchísimas personas. Cuando tuve la oportunidad de verte en tu casa en tu país entendí por qué sabías tanto y entendías tantas cosas; hablabas todo el tiempo con muchas personas, escuchabas y te conectabas con cada una de sus causas: los campesinos y agricultores de la Argentina, las madres y abuelas de la plaza de mayo, la defensa de las semillas y la vida campesina, la denuncia de las disputas por los recursos naturales y los bienes comunes, y tantas luchas más; ahora no sé quién resolverá mis dudas cotidianas sobre tantos temas, quedan pendientes trabajos que pensamos hacer, querido compañero, amigo, hermano. Sigues presente todos los días y tu pensamiento nos acompaña en nuestro quehacer cotidiano por la defensa y el cuidado de la vida. Te extraño. Evangelina Robles
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