México: Declaración de Tuapurie. Congreso Nacional Indígena
Frente a la guerra de exterminio neoliberal nuestros pueblos han incrementado sus luchas de resistencia y han protegido sus territorios y sus culturas del modo que les ha sido posible... Congruentes con nuestras experiencias de lucha por la autonomía y sabedores de que solos no podremos alcanzar nuestra plena liberación como pueblos indígenas, hoy en día estamos dispuestos a incrementar y fortalecer nuestra resistencia y a incorporarnos al llamado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional para construir una gran fuerza anticapitalista que junte la resistencia de los pueblos indígenas con las luchas de los trabajadores del campo y la ciudad y de todo el pueblo de México para construir una sociedad efectivamente justa, libre y democrática
CONGRESO NACIONAL INDÍGENA
REGIÓN CENTRO-PACÍFICO
XVII REUNION
DECLARACIÓN DE TUAPURIE
Convocados y reunidos en el poblado de In+akwaixit+a, Comunidad Wixárika de Tuapurie Santa Catarina Cuexcomatitlán, municipio de Mezquitic, Jalisco, para realizar la decimoséptima reunión del Congreso Nacional Indígena de la región centro-pacífico, los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas de los estados de Chihuahua, Durango, Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Morelos y Oaxaca presentes hemos acordado emitir la siguiente declaración:
I
Desde hace más de quinientos años nuestros pueblos han sufrido una permanente guerra de conquista a través de la cual los poderosos pretenden nuestro total exterminio; así ocurrió con la invasión europea y con el surgimiento de México como estado independiente.
La guerra de independencia, así como las revoluciones de Ayutla y de 1910, costaron mucha sangre a nuestros pueblos y poco o nada obtuvimos a cambio del sacrificio que hicieron nuestros más viejos abuelos para construir y liberar la patria de todos los mexicanos, pues las sucesivas constituciones de 1824, 1857 y 1917 ni tan siquiera reconocen nuestra existencia.
Hoy en día el estado mexicano y los grandes grupos capitalistas trasnacionales han intensificado la guerra de exterminio en contra de nuestros pueblos como nunca antes lo habían hecho, saqueando y robando nuestros territorios y cultura, justamente lo que se ha dado en llamar neoliberalismo no es otra cosa que una guerra de conquista y de saqueo en contra de nuestros pueblos, de la Nación y de la humanidad en su conjunto para multiplicar las ganancias de las empresas capitalistas que hoy dominan el mundo y que controlan el gobierno del país.
La contrarreforma agraria de 1992 y la contrarreforma indígena de 2001, junto con las leyes que en los últimos años han aprobado legisladores de todos los partidos políticos, tienen justamente el fin de saquear y destruir la Nación entera.
De este modo las leyes Agraria, Minera, de Desarrollo Forestal Sustentable, de Aguas Nacionales, de Bioseguridad, de Consulta a los Pueblos Indígenas y otras muchas, junto con las iniciativas de Ley de Acceso a los Recursos Genéticos, Ley de Energías Renovables y reforma de la Ley de Propiedad Industrial, tienen el propósito de privatizar y destruir los territorios de la Nación y de nuestros pueblos, separando cada una de sus partes, mismas que para nosotros son inseparables: aguas, aire, tierras, montes, maíces, plantas, animales, bosques, minerales, costas y mares, incluidos nuestros saberes tradicionales.
Asimismo, programas gubernamentales como el de certificación de derechos ejidales (PROCEDE), de certificación en comunidades (PROCECOM), de pago por servicios ambientales y el OPORTUNIDADES, más los intentos por restringir y prohibir el ejercicio de la medicina tradicional, permitir la introducción a nuestro país de maíces transgénicos y de la llamada tecnología “termineitor” que provoca la infertilidad de las semillas de maíz, junto con la construcción de grandes presas, autopistas, corredores interoceánicos, megaproyectos turísticos, mineros e industriales que facilitan la migración de nuestras familias hacia las ciudades o el extranjero y el despojo de nuestros territorios, forman parte de esta guerra neoliberal que el poder ha desatado contra nuestros pueblos y contra la Nación entera.
En dicho sentido el proyecto de Ley sobre Derechos y el Desarrollo de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Jalisco no tiene más finalidad que restringir los derechos y la autonomía de nuestros pueblos para provocar su desintegración.
Por lo mismo, no resulta casual que en los últimos años, meses y semanas se haya incrementado la agresión del gobierno y las grandes corporaciones empresariales hacia nuestros pueblos, tal como ocurre con la comunidad wixárika de Bancos de San Hipólito, Durango, a la cual se le niega el reconocimiento de sus tierras y su misma existencia como comunidad, en tanto que otras personas reciben autorizaciones para aprovechar sus ricos bosques de ocote y encino; así también es con el municipio autónomo de Suljaa’, Guerrero, y su radio comunitaria, que son perseguidos y reprimidos desde el gobierno; de igual manera pasa en Zirahuén, Michoacán, con su Lago Azul y sus tierras que son codiciados por empresas extranjeras; en la Misión de Chichimecas, Guanajuato, donde caciques de la región amparados en ilegales resoluciones judiciales pretenden apropiarse de sus tierras comunales; o en Tepoztlán, Morelos, en cuyas tierras poderosos grupos económicos insisten en la construcción de un club de golf y actualmente la comunidad lleva su defensa ante los Tribunales Agrarios a pesar de las amenazas para despojarlos; o es el caso del ejido nahua de Ayotitlán, Jalisco, donde la Minera Peña Colorada del grupo Hylsamex, la más grande América Latina, día con día roba y destruye las tierras, montes y aguas del ejido con la complicidad del gobierno; lo mismo pasa en las comunidades zapotecas del Istmo de Tehuantepec ante la codicia de las compañías españolas como Gamesa, Endesa, Preneal e Iberdrola que están robando sus tierras con la intención de construir plantas eoloeléctricas; o es lo que ocurre en las comunidades nahua de Cuzalapa y wixárika de Haimatsíe, ambas del estado de Jalisco, que pretenden ser desmembradas por la aplicación del Programa de Certificación en Comunidades.
II
Frente a la guerra de exterminio neoliberal nuestros pueblos han incrementado sus luchas de resistencia y han protegido sus territorios y sus culturas del modo que les ha sido posible.
En el mismo sentido, el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994 representa un parteaguas histórico en el largo caminar de nuestros pueblos y en la lucha por nuestra plena liberación, junto con ellos construimos un movimiento que conmovió a la Nación y al mundo, buscando el reconocimiento constitucional de nuestros derechos mediante la incorporación de los Acuerdos de San Andrés a la Constitución de la República.
La traición de todos los poderes del estado mexicano en 2001 al haber aprobado, promulgado y ratificado la contrarreforma indígena, mejor conocida como “ley Barttlet-Cevallos-Ortega”, nos llevó a desconocer la aplicación de dicha reforma y declarar a los Acuerdos de San Andrés como la Constitución de nuestros pueblos en materia indígena, llamando a todos los pueblos indígenas de México a no solicitar más reconocimientos del gobierno sino a fortalecer en los hechos nuestra autonomía, nuestros gobiernos y nuestra cultura.
Congruentes con nuestras experiencias de lucha por la autonomía y sabedores de que solos no podremos alcanzar nuestra plena liberación como pueblos indígenas, hoy en día estamos dispuestos a incrementar y fortalecer nuestra resistencia y a incorporarnos al llamado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional para construir una gran fuerza anticapitalista que junte la resistencia de los pueblos indígenas con las luchas de los trabajadores del campo y la ciudad y de todo el pueblo de México para construir una sociedad efectivamente justa, libre y democrática.
III
Consecuentes con todo lo expresado arriba DECLARAMOS:
PRIMERO.- Rechazamos la contrarreforma agraria de 1992 y la contrarreforma indígena de 2001, así como todas las leyes que el estado mexicano ha aprobado y promulgado para provocar la destrucción de nuestros pueblos, la privatización de nuestros recursos naturales, el despojo de nuestras tierras y territorios y el robo de los bienes de la Nación, incluidos los tratados de libre comercio con las grandes potencias.
SEGUNDO.- Ratificamos que los Acuerdos de San Andrés son la Constitución de nuestros pueblos en materia indígena, por lo que desconocemos todas las leyes federales y estatales que se hayan hecho o estén por hacerse al amparo de la contrarreforma constitucional en materia indígena de 2001, incluidos los proyectos de leyes indígenas para los estados de Jalisco y Michoacán.
TERCERO.- Ratificamos la Declaración de Zirahuén y declaramos letra muerta todas las reformas constitucionales y leyes referidas en los dos puntos anteriores.
CUARTO.- Rechazamos la aplicación en nuestros territorios de los programas gubernamentales tendientes a nuestra destrucción, como el de certificación de derechos ejidales (PROCEDE), de certificación en comunidades (PROCECOM), de pago por servicios ambientales y el OPORTUNIDADES. Asimismo la ejecución de los grandes megaproyectos eléctricos, mineros, turísticos, acuícolas, hidráulicos y de comunicaciones que afecten nuestras tierras y territorios, así como su convalidación por el gobierno mexicano a través de las autorizaciones, permisos y decretos que ha emitido o que emita en lo futuro.
QUINTO.- En el ánimo de fortalecer la autonomía de nuestras comunidades llamamos a:
1- Defender la tierra, el territorio, los montes, las aguas, los seres espirituales y naturales, así como los saberes y la cultura propias.
2- Fortalecer nuestros gobiernos propios, nuestras asambleas y nuestras autoridades tradicionales y agrarias bajo el principio de mandar obedeciendo.
3- Defender los maíces propios por medio de su siembra para garantizar nuestra soberanía alimentaria y nuestro derecho a la alimentación, promoviendo el cuidado, protección e intercambio solidario de nuestros maíces y evitando la introducción en nuestros territorios de maíces transgénicos o mejorados.
4- Defender nuestra medicina tradicional fortaleciendo su ejercicio y difusión en contra de las restricciones que nos impone el gobierno y protegiendo nuestros saberes ancestrales de la rapiña de las grandes empresas farmacéuticas.
5- Fortalecer la educación, la economía y la salud propias de nuestras comunidades.
SEXTO.- Ratificamos nuestra ADHESIÓN a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona emitida por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y nuestra participación dentro de la “Otra Campaña”, con la finalidad de construir con otros sectores sociales en lucha una gran alianza anticapitalista y de izquierda que permita la construcción de una nueva sociedad, efectivamente justa, libre y democrática.
SEPTIMO.- Hacemos un urgente llamado a la unidad del movimiento indígena nacional en torno al Congreso Nacional Indígena, para que en el marco de la “Otra Campaña” podamos resistir la guerra de exterminio neoliberal y avancemos en el fortalecimiento de la autonomía de nuestros pueblos, en alianza con todos los sectores de la sociedad que estén empeñados en la construcción de un nuevo proyecto de nación y una Nueva Constitución.
OCTAVO.- Los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas reunidos en esta asamblea nos manifestamos en incondicional solidaridad con:
1-Las luchas de las comunidades y municipios indígenas de Bancos de San Hipólito, Durango, Suljaa’, Guerrero, Zirahuén, Michoacán, Misión de Chichimecas, Guanajuato, Tepoztlan, Morelos, Ayotitlán, Cuzalapa, Haimatsíe, Jalisco, Atonalismo, Nayarit, La Venta, La Ventosa, Unión Hidalgo y Juchitán. Oaxaca. Asimismo, nos solidarizamos con la lucha del Consejo Indígena y Popular de Oaxaca-Ricardo Flores Magón y exigimos el cese de la represión del gobierno de Ulises Ruiz en contra de esta organización hermana y de todas aquellas comunidades y organizaciones que sufren persecución y represión.
2- Las comunidades indígenas y no indígenas afectadas por el huracán “Stan” en el estado de Chiapas.
3- La lucha de las comunidades campesinas que se oponen a la construcción de la Presa en la Parota, Guerrero.
4- Las luchas de los pueblos y naciones de todo el mundo en contra del neoliberalismo y víctimas del racismo y la explotación de los estados más poderosos.
IN+AKWAIXIT+A, NUEVA COLONIA, COMUNIDAD INDÍGENA DE TUAPURIE SANTA CATARINA CUEXCOMATITLÁN, TERRITORIO WIXÁRIKA, A 27 DE NOVIEMBRE DE 2005.
ATENTAMENTE
POR LA RECONSTITUCIÓN INTEGRAL DE NUESTROS PUEBLOS
NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS
DEL PUEBLO WIXARIKA
COMISARIADO DE BIENES COMUNALES
TUAPURIE SANTA CATARINA CUEXCOMATITLAN
COMISARIADO DE BIENES COMUNALES
WAUT+A SAN SEBASTIAN TEPONAHUAXTLAN
CONSEJO DE VIGILANCIA DELCOMISARIADO DE BIENES COMUNALES
WA+TUA SAN SEBASTIAN TEPONAHUAXTLAN
COMISARIO AUTONOMO DE
BANCOS DE SAN HIPOLITO
COMUNIDAD DE HAIMATSIE
DEL PUEBLO RARAMURI
DEL PUEBLO CHICHIMECA
COMISARIADO DE LA COMUNIDAD
MISION DE CHICHIMECAS
DEL PUEBLO NAHUA
COMISARIADO DE BIENES COMUNALES
TEPOZTLAN, MORELOS
TESORERO DE BIENES COMUNALES DE
TEPOZTLAN MORELOS
CONSEJO DE MAYORES DE
AYOTITLAN, JALISCO
POR LA COOPERATIVA TRIPLE “S” DE AYOTITLAN, JALISCO
POR LA COMUNIDAD DE CUZALAPA
POR LA COMUNIDAD DE TUXPAN, JALISCO
POR LA COMUNIDAD DE OSTULA, MICHOACAN
POR LA COMUNIDAD DE SUCHITLAN, COLIMA
POR LA COMUNIDAD DE TIERRA NEGRA, JALISCO
DEL PUEBLO ZAPOTECO
POR EL CONCEJO CIUDADANO UNIHIDALGUENSE, OAXACA
POR EL CIPO- RFM
ORGANIZACIONES ACOMPAÑANTES
UNIDAD DE APOYO A COMUNIDADES INDIGENAS
DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
ASOCIACION JALISCIENSE DE APOYO A COMUNIDADES INDIGENAS
DEL PUEBLO AMUZGO
POR LA COMUNIDAD DE SULJAA’, GUERRERO
POR EL PUEBLO PUREPECHA
UNION DE COMUNIDADES EMILIANO ZAPATA