Mapeo de cultivos: cinco años llevando a los ojos historias y saberes de la FAE-Feria de Agricultores Ecológicos de Porto Alegre
"A partir de la pregunta ¿qué historias de vida habitan tu plato?, escuchamos a la comunidad del mercado traer historias de vida individuales y sobre todo colectivas, cada una con su propio camino de despertar la conciencia".
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En 2018, la comunidad de agricultores-feriantes de FAE se acercaba a su 30° aniversario. La Asociación, junto a consumidores, diseñó la posibilidad de contar su historia a través de una película: las confluencias que dieron origen a la FAE-Feria de Agricultores Ecologistas, activa desde 1989 los sábados por la mañana en la ciudad de Porto Alegre. Es considerada la más grande y antigua Feria regular de productores ecológicos del continente (hasta donde sabemos), y está activa en el extremo sur del territorio hoy ocupado por el Estado brasileño. Ese año de 2018 formé parte del equipo del documental que pasó a llamarse Manos a la tierra.Al iniciar el rodaje, naturalmente pasamos a visualizar las redes que surgieron en torno a la feria también a través de dibujos: mapas de cultivos y territorios, distancias, y mapas de colectivos y acciones a lo largo del tiempo.
A partir de la pregunta ¿qué historias de vida habitan tu plato?, escuchamos a la comunidad del mercado traer historias de vida individuales y sobre todo colectivas, cada una con su propio camino de despertar la conciencia. En el mapeo de los tiempos, las confluencias que dieron origen a la Feria se entrelazan con el origen de la propia resistencia ecológica en RS. El surgimiento del MST, de grupos como MMC-Movimiento de Mujeres Campesinas, Pastorais da Terra, Romarias, cooperativas como Coolmeia (un raro ejemplo de cooperativa mixta entre producción y consumo), son algunos de los grupos que tienen sus orígenes mezclados con la historia de la Feria. Y mientras recorremos los territorios de cultivo ecológico, viajando por microclimas, cada paisaje que unidos en red configuran la variedad y la sazón de los alimentos que vemos en la feria. Ante el desafío de plasmar su constelación de saberes en una imagen, buscamos hacerlo de manera colaborativa, donde lo visual cuente con la participación de la comunidad en su creación, intercambiando bocetos, afinando en conjunto qué variedades de comida serían más representativas de cada puesto/territorio.
En paralelo a entrevistas y filmaciones, buscamos reavivar la cultura gráfica encendida cuando comenzó la feria, sobre todo en los años de la Coolmeia —que imprimía carteles, periódicos infografías de alimentos junto a otros frentes de la lucha ecológica — y de la Tupambaé, fiesta-feria con tres ediciones entre 1986 y 1988 y que impulsó la FAE. A partir de este diálogo entre pasado y presente, montamos un mapa que visualiza por primera vez los territorios y las variedades cultivadas, la red trazada en la tierra a lo largo de estos treinta años. Cada región con sus semillas, granos, raíces, hojas y vegetales, junto con los productos procesados, forman una especie de tejido. La tela se tradujo gráficamente en el impreso Cosmos-FAE-La feria y su universo 2021 (disponible gratis online), con el mapa del espacio en el anverso y en el reverso el mapa del tiempo, contando historias. El resultado traza una visualidad del ámbito territorial de la Feria, con las tramas del tejido, sus veredas y caminos de saberes. Teniendo en cuenta, eso sí, la temporalidad del registro, recuerdo las palabras colectivas transcritas del pueblo guaraní mbya sobre su uso del mapeos:
Los mapas que hicimos son cual una foto de ahora, porque sabemos que todo puede cambiar de un año a otro. Nuestras tekoa cambian de ubicación. Porque así vivimos. Algunas familias de otro pueblo se mudan de allí para acá. Otras familias van a otros pueblos. Incluso cambiamos de lugar nuestras casas de vez en cuando. Así se hicieron los mapas, para mostrar cómo son nuestras comunidades hoy, porque sabemos de la continuidad de nuestra caminata. El mapa de las cosas cambia con el tiempo. (Del texto Porqué hacemos este libro—publicación Litoral Guaraní— territorios y caminos del pueblo guaraní Mbya en la costa norte de RS, autoría colectiva, AEPIM & Riacho, 2024)
El dibujo participativo abrió espacios de diálogo, a través de borradores y consultas con la comunidad campesina-feriante. Cuando nos juntamos a construir en conjunto, cada duda o historia puede volverse puente entre las generaciones mayores y las más jóvenes, atravesando diferentes orígenes. La mirada campesina de las personas asociadas a ACERT, por ejemplo, señaló la importancia de diferenciar raíces como el jengibre y el azafrán de la variedad llamada tupinambo —raíz rara y muy sabrosa, también llamada patata-de- girasol, que ha sido recuperada por el puesto de la Feria. O la mirada del agricultor Ricardo Hattori, quien pidió que los brotes que venden, al diseñarlos, presenten también un “aura luminosa”.
El mapa impreso fue lanzado en la propia feria de 2021, como información y apertura al debate, reuniendo público y arte visual como agentes de la oralidad, donde la sabiduría popular pasa a navegar por los mundos de los registros en papel. El camino de producción de conocimiento oral termina demarcando su espacio incluso en los círculos académicos. Vimos el mapeo moverse en estudios sobre otras ferias (como Actores, instituciones sociales y los contramovimientos de la agroecología en Rio Grande doSul: la construcción social de la Feria Ecológica del Menino Deus en Porto Alegre, presentada por Alícia Ganzo para la UFRGS en 2022). A partir de este cosmos, alineamos las animaciones que componen la película Manos a la Tierra(80 min., 2025).
El detalle de la Feria dibujada en la esquina del mapa acabó convirtiéndose en serigrafía de bolsas y camisetas, reeditadas innumerables veces hasta volverse una presencia constante en la reciente Banca do Meio, un espacio de intercambio de información y cultura dentro del mercado. Siendo camiseta, camina en el pecho de las gentes vinculadas a la feria, cosiendo identidad, pertenencia y demarcación de narrativas. En esa caminata, se alumbran las encrucijadas entre el arte, la memoria de la resistencia y el cultivo ecológico, el mapeo como puente hacia otros espacios y territorios.
Al rodaje del film le siguieron visitas a los territorios que producen los alimentos ecológicos de la FAE. Revelaba una cadena agro- alimentaria que unía la salud entre el campo y la ciudad, haciendo visible una diversidad muy rica en el radio de 300 kilómetros en torno a la ciudad. Escuchando las voces tras los alimentos, nos dimos cuenta que las tramas tejidas por la Feria eran un modelo ecológico para el abasto urbano. Cómo fue que productores y productoras rurales a lo largo de los años encontraron en la FAE una forma de mantenerse saludable en el campo saliendo de la agricultura química “convencional”.
El territorio austral del continente vive una guerra de narrativas. Mientras resaltamos la belleza de la resistencia ecológica, mostramos cómo fueron estas tierras el escenario para el surgimiento de la expansión sojera y el “paquete tecnológico” de semillas modificadas, maquinaria y latifundios. La ciudad de Porto Alegre tenía como símbolo y estatua de entrada la figura del Laçador, un hombre bigotón, con un lazo en la mano símbolo de la ganadería. Pero con la película y la escucha de la feria defendemos la figura de la red de mujeres en defensa de la agricultura orgánica, de la siembra, de la imagen circular y colectiva, del cuidado de las semillas criollas y la recuperación de la biodiversidad amenazada por el ganado.
Muchos de los territorios visitados para grabar fueron brutalmente impactados por la inundación de 2024, sobre todo el Asentamiento Integração Gaúcha, en Eldorado do Sul, escenario central de la historia que cuenta el documental. La agricultura ecológica demuestra ser un poderoso aliado de los ecosistemas, un método para revivir bosques y suelos tras las inundaciones. Como dice el productor de arroz Juárez Pereira, “hacemos mucho más que vender productos: tenemos un bosquejo de la sociedad que queremos”.
Seis años después del inicio del rodaje, el documental ManosalaTierraconcluye en 2025, habiendo sembrado otras imágenes por el camino. Durante la finalización del montaje, regresamos a algunos territorios para presentar el film con la comunidad agrícola, con públicos vinculados a la resistencia ecológica en otras partes, provocando debates y perspectivas para el futuro. Además del circuito de cine, creemos en la circulación de esta narrativa en otros territorios vinculados a la lucha y el despertar de conciencia, abriendo la ventana a grupos que estén interesados en organizar una sesión en su comunidad.
La agricultura ecológica de base popular, junto con la demarcación de tierras indígenas y quilombolas, el apoyo a la recuperación y el cuidado de los bosques, presenta un posible camino hacia la regeneración de los impactos del capitalismo colonial que atormenta al continente. El arte y las narrativas son uno de los muchos puentes entre la acción directa y los corazones desprevenidos. Después de todo,
¿Cuántas historias de vida habitan el plato de comida que comiste hoy?
Para obtener más información y acceder al mapa de alta resolución, visite: https://www.maosaterra.com/
Para organizar una audición del documental Manos a la Tierra en tu comunidad, escribe a: moc.liamg@arretasoamcod
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