Manifiesto por el Día de la Tierra
22 de abril - La humanidad está en crisis y el planeta entero se encuentra sufriendo. En el día de la Tierra, una parte importante de este mundo sigue intentando seguir en su camino final, sin considerar los brutales costos que este estilo de vida nos ha producido. La pandemia mundial no se puede atacar por sus consecuencias sino por sus causas. Y estas tienen al modelo mundial de consumo como su ariete principal que degrada tanto las vidas como la naturaleza.
Si no nos detenemos a reflexionar y transformarnos hacia un camino sostenible, cada día que pasa derivaremos inevitablemente hacia un precipicio. “Pensar el modo de cambiar. Cambiar el modo de pensar”, puede ayudarnos a ponerle fin a este andarivel destructivo. Pero lo global, que nos interpela, no puede soslayar, las transformaciones que ahora mismo estamos desarrollando en pro de este cambio civilizatorio desde lo local. Y aquí, desde los Andes, los lugares quizás más incómodos para la producción de alimentos, venimos ancestralmente y con el apoyo de una ciencia y tecnología comprometida con la población, produciendo tal alimentos y construyendo el fortalecimiento del tejido comunitario desde lo local.
La crisis del COVID-19 ha puesto a la humanidad contra la pared. El reduccionismo científico, que a veces obtura otras líneas de pensamiento crítico, a veces sólo pone luz sobre una supuesta solución de coyuntura. Hay que abrir las mentes, las miradas y escucharse entre todxs. La ciencia postnormal puede y debe ser escuchada cuando hablamos de una Epistemología política y una ciencia con la gente, frente a los problemas complejos que enfrentamos.
En el trabajo que desarrollamos lxs participantes del Programa y nuestra Comunidad de práctica regional, hemos aprendido a escucharnos y enriquecernos, paradas y parados en nuestra perspectiva que no sólo declama o estudia, sino que brinda resultados aprehendemos también las distintas miradas de mundo y nuestra propia cosmovisión, sobre lo importante que es el fortalecimiento de nuestras capacidades locales, en especial, aquellas vinculadas con el intercambio con la Pacha, con nuestra tierra.
Este momento, en el día Mundial de la Tierra y en el Año de la Cumbre Mundial de Sistemas Alimentarios, el grupo de trabajo que integramos Investigadores (Tutores, Directores, Estudiantes) consideramos relevante, llamar la atención sobre la relevancia que tienen los sistemas locales y su resiliencia frente al cambio ambiental global y el cambio climático, que además, la actual epidemia, nos amenaza e interpela. LO LOCAL, será lo que nos alimentará y dará seguridad y soberanía alimentaria frente a la actual crisis climática, ambiental, política y hasta bélica que enfrentamos o enfrentaremos. Sería muy recomendable que nuestros decisores de políticas, nacionales, subnacionales y las Naciones Unidas prevean estas crisis y vean en la AGROECOLOGÍA, al camino hacia la alimentación y la garantía de un sistema integral ecoagroalimentario, desde lo local, y desde ahí hacia el mundo. Y no al revés.
Mancomunadamente, investigadoras e investigadores y campesinas y campesinos, mayores y jóvenes hemos trabajado arduamente a pesar de la situación crítica que nos aqueja, de la profundización de las desigualdades sociales, económicas, culturales, digitales que conlleva la crisis sanitaria mundial. Las investigaciones desarrolladas en comunidades locales, con pueblos originarios en Perú, Bolivia y Ecuador en duros y complejos ecosistemas de más de 2.000 metros de altitud, nos ofrecieron hallazgos importantes para los planes mundiales y nacionales a fin de sostener la agroecología, la soberanía alimentaria, los derechos a la tierra y territorios, al agua como bien común, como las formas de detener el cambio climático con los aprendizajes ancestrales plasmados en el Buen Vivir.
Hemos aprendido, y lo hemos demostrado científicamente que de la mano de la Agroecología como ciencia, la misma se integra perfectamente con el trabajo de campo y los movimientos sociales que están luchando contra el extractivismo, el ecocidio y la apropiación de los recursos naturales por parte de las corporaciones. Motores de contenidos, fortalecidos por una mirada del Buen Vivir, reflexionan y accionan para colocar a la Pachamama en su Centro. Esto coadyuva hacia una integración relevante y a la posibilidad de albergar una espiritualidad inmanente que nos da la misma montaña que nos circunda, que nos rodea o en la que vivimos. Este equilibro natural, social, espiritual, nos ha enseñado sobre la importancia de mirar y transformar un sistema alimentario desde la base.
La tierra late. Pulsa cada 26 segundos. “Tierra”, nuestra “Pacha”, “Mother Earth” nos ruega el cambio. Y nosotros, humildemente, hemos aprendido que desde la tierra y nuestro territorio, encontramos el camino más viable para garantizar nuestros alimentos, los de nuestras niñas y niños, de nuestras ancianas y ancianos y de las generaciones futuras en una comunión sociedad-naturaleza que, en esta crisis, nos consta, ha sido un camino real y virtuoso para no sólo nutrir el cuerpo sino también el alma…
22 de abril de 2021
Manifiesto elaborado por las y los integrantes del Programa de Investigación y Formación en Sistemas Agroecológicos Andinos – Fundación McKnight/CLACSO
Fuente: CLACSO