La soya transgénica en Argentina. Boletín 95 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos

"Mientras, los ecologistas aseguran alarmados que el fenómeno del "monocultivo" de soja en Argentina, tercer productor mundial de ese grano detrás de Brasil y Estados Unidos, ha comenzado a contagiarse por toda la región y amenaza a los bosques nativos"

LA SOYA TRANSGENICA EN ARGENTINA

SANTIAGO DEL ESTERO: SE ACABA EL MONTE: ES TIEMPO DE ACTUAR

Se presentaron evidencias sobre la altísima tasa de desmonte que está provocando el avance sojero en la provincia. Junto a diversas fuerzas vivas santiagueñas se solicitó al Interventor una moratoria a los desmontes, la principal causa de la extinción del bosque nativo y los desalojos a campesinos.

COMUNICADO DE PRENSA CONJUNTO
 Santiago del Estero, 19 de mayo de 2004

Ambientalistas, campesinos, intelectuales, expertos universitarios y referentes de la Iglesia Católica presentaron en forma conjunta un pedido de moratoria a los desmontes en toda la provincia, que harán llegar a manos del Interventor Pablo Lanusse.

El pedido fue formulado en una conferencia de prensa realizada en la capital santiagueña, por parte de la Pastoral Social de la Iglesia Católica santiagueña, la Mesa de Tierras, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), la organización no gubernamen-tal Prodemur (Promoción de la Mujer Rural), el Grupo de Reflexión Rural, la Universidad Nacional de Santiago del Estero, y Greenpeace Argentina (1). Estuvieron presentes también la directora del Observatorio para los Derechos Campesinos, Lic. Mattarollo, así como funcionarios de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asociación de Abogados, El Ceibal, Poder Ciudadano, Comunidades Eclesiales de Base y representantes de diversos medios nacionales. En ese marco Greenpeace presentó un trabajo realizado en base a secuencias multitemporales de imágenes satelitales (2) encargado a técnicos de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNSe (Universidad Nacional de Santiago del Estero) en donde se evidencia la altísima tasa de deforestación que el avance de la frontera de la soja está provocando sobre el monte santiagueño, parte importante de lo que aún queda en pie del quebrachal del Chaco semi árido.

SANTIAGO DEL ESTERO: UN LABORATORIO SOCIAL. LA RESISTENCIA CAMPESINA

Grupo de Reflexión Rural
 13-05-2004

La demanda conjunta incluyó el pedido de regularización de la tenencia de la tierra que ha sido fuente permanente de conflicto entre campesinos habitantes del monte por varias generaciones y algunos supuestos propietarios que en varias oportunidades y amparados por los vestigios del régimen juarista han contratado a las fuerzas de seguridad para tratar como intrusos a los campesinos y desalojar familias enteras.

“El pedido está técnicamente justificado, socialmente consensuado y abre las puertas a un nuevo uso de la tierra, donde el volumen de cosecha no sea el único indicador de éxito sino también el aumento del trabajo rural, la salud del suelo y el estado del monte” dijo el sacerdote Sergio Lamberti de la comisión de Pastoral Social del Obispado de Santiago del Estero. Julio Carreras (h), del Grupo de Reflexión Rural, aportó el informe de la Comisión Técnica de la Universidad del Litoral, que dictaminó que las inundaciones en Santa Fe se dieron en gran parte debido a los desbordes del Salado en Santiago, los cuales no pudieron ser contenidos por causa del irracional desmonte en esa frontera.

En tal sentido, aportó también el subdirector de la Dirección General de Agricultura y el Ing. Pedro Coronel, de la Dirección de Minería de la Provincia. Ambos sostuvieron que la Ley que autoriza los desmontes, fue recientemente ampliada por la Cámara de Diputados, bajo conducción del Ing. Salido, y la mayoría juarista habilitó para depredar hasta el 100 % de los montes santiagueños, con los consiguientes perjuicios que esto acarreará al ecosistema provincial. Desde el Grupo de Reflexión Rural se propuso entonces que se derogue dicha ley, lo cual recibió apoyo de todos los sectores presentes.

PARAR LA EXPANSIÓN DE LA SOJA

Por su parte Oscar Soria, director de comunicaciones de Greenpeace, expresó: “Ha llegado la hora de trazar la línea de la frontera agrícola. El monte no es un estorbo para la agricultura, el monte es la fuente de trabajo y alimentación de mucha gente. El quebrachal se regenera y se puede manejar en forma sustentable, el perfil productivo del monte es forestal y no se lo debe eliminar ya más para el monocultivo de soja”. “En la ecuación socioeconómica el monte santiagueño dio más de lo que recibió, se lo degradó históricamente para subsidiar el desarrollo de importantes industrias como el tanino y el ferrocarril pero a cambio de esos impactos no recibió beneficios ya que estos se concentraron en sitios alejados de la provincia” dijo Silvia Borselino, socióloga del PRODEMUR.

El quebrachal santiagueño se encuentra dentro del ecosistema del Chaco semi árido, junto con el Chaco Húmedo conforman el ecosistema del Gran Chaco Americano segundo en superficie luego del Amazonas. Es el hogar de los quebrachos blanco y colorado, mistoles, itines y algarrobos. Entre la fauna se destaca el tatú-carreta (severamente comprometido), la boa arco iris, el oso melero, los pecaríes de collar y labiado, el mono carayá, el loro hablador y múltiples especies de armadillos. Greenpeace ha lanzado recientemente una campaña para frenar los desmontes bajo el lema “Ni una hectárea más”. Precisamente en esta provincia, y en conjunto con el MOCASE, Grupo de Reflexión Rural, la Pastoral Social de la Iglesia, la Mesa de Tierras y 400 campesinos, el pasado sábado 8 de mayo realizaron una movilización contra los desmontes. La foto área con esa leyenda escrita sobre un cartel gigante recorrió el mundo, tomada por los medios de comunicación. La entidad ha habilitado en su sitio de Internet un mapa interactivo donde se denuncia quien está desmontando y dónde se lo está haciendo.

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LA EXPANSIÓN DE LA SOJA TRANSGÉNICA ARRASÓ CON LOS CULTIVOS DE ARROZ, ALGODÓN, MAÍZ Y TRIGO

Para alarma de los ecologistas, los agricultores argentinos expanden sus cultivos de soja transgénica a Bolivia y Uruguay al calor de ventajas impositivas y el alto precio del grano, una tendencia que, sin embargo, los expertos consideran pasajera.

La "moda" de comprar o arrendar campos para sembrar soja en esos países, y en menor medida en los también vecinos Paraguay y Brasil, fue impuesta por el oportunismo de algunos productores, aseguraron diversos ingenieros agrónomos y consultores.

En Bolivia y Uruguay no hay fuertes impuestos a la exportación de granos y los precios de compra o arrendamiento de los campos son sustancialmente más bajos, destacó Ernesto Ambrosetti, experto del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina.

Ambrosetti dijo que la expansión de los productores argentinos es una "moda" que responde al "oportunismo" ante los buenos precios cuando el Fisco "les saca el 40 por ciento de la renta" con todo tipo de impuestos, entre ellos a la exportación.

La movida la empezaron productores de provincias vecinas a Bolivia y Uruguay y rápidamente otros siguieron el ejemplo, explicó.

Mientras, los ecologistas aseguran alarmados que el fenómeno del "monocultivo" de soja en Argentina, tercer productor mundial de ese grano detrás de Brasil y Estados Unidos, ha comenzado a contagiarse por toda la región y amenaza a los bosques nativos.

La mayor preocupación ecologista es por el futuro ambiental de la región agrícola boliviana de Santa Cruz de la Sierra, donde la tierra apta para el cultivo vale 1.000 dólares la hectárea frente precios que en Argentina van de 2.000 hasta 5.200 dólares.

En Uruguay, la hectárea de tierra para soja se arrienda a precios que van de 70 a 150 dólares por año y por hectárea mientras que en Argentina se paga por lo mismo un promedio de 350 dólares.

La compra de campos uruguayos vale entre unos 900 y 1.500 dólares por hectárea, indicó Roberto Simón, directivo de la Asociación Rural de Uruguay y director del Instituto Nacional de Semillas, quien afirmó han crecido "muchísimo" las ventas o arrendamientos a productores argentinos.

Una de las empresas agropecuarias que expandieron sus negocios en la región es "El Tejar", propietaria de 60.000 hectáreas de campos en Argentina y que administra otras 250.000 hectáreas propias o en asociación con productores de Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

"Nuestro proyecto es un sueño y va mucho más allá de la soja", afirmó uno de los directivos de la empresa, Oscar Alvarado, al destacar que sus negocios "son de largo plazo", abarcan a todo tipo de cultivos y a la ganadería por medio de sociedades con productores que seguirán en pie cuando termine la "moda" de la soja.

Las tierras productivas de Santa Cruz de la Sierra son de las pocas de la región agrícola boliviana que pueden soportar hasta dos cultivos de soja anuales.

El año pasado se cosecharon alrededor de 715 mil hectáreas y para este año se esperan unas 812 mil hectáreas, sobre todo por el desembarco de productores argentinos.

Jorge Morello, del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que la "moda" de la soja terminará por reducir la producción de azúcar del oriente boliviano, entre otros males de su expansión por la región.

En este sentido, remarcó que en los últimos años la expansión de la soja en Argentina arrasó con cultivos de arroz, algodón, maíz y trigo, redujo un 27 por ciento la cantidad de explotaciones lecheras y ha provocado un mayor desmonte de bosques nativos "irrecuperables" en el norte del país.

EFE
 14 de mayo de 2004
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BIENVENIDOS A LA REPUBLICA SOYA
 II PARTE

(Testimonio de un periodista británico en Argentina)

Aunque millones de consumidores ingleses se niegue a comprar GM alimento y se horrorizan ante la idea de que ahí se siembren cultivos GM, nosotros sin querer hemos jugado también un rol en los cultivo de soya RR en Argentina.

Para entender cómo y por qué, voy a explicar primero por qué Argentina -que junto con EE.UU. representan el 80% de los cultivos GM en el mundo- escogió abandonar el sistema agrícola de rotación de cultivos, practicado por generaciones. La transición se remonta a inicios de 1990, cuando la torta de soya entra al mercado europeo como un pienso nuevo barato para la ganadería de carne y lechería. La soja empezó a ser cada vez más solicitada por el mercado chino, que, además de alimento para el ganado, constituye un importante alimento humano tanto el grano como el aceite. Esto incentivó a los agricultores de la pampa argentina a sembrar grandes cantidades de soja para los europeos y el chino - para razones obvias.

Por otro lado, el mercado para sus cultivos tradicionales - maíz, el trigo, el arroz, la fruta, las lentejas – había caído por la competencia violenta con productores extranjeros. Además, ellos recibieron grandes estímulos del gobierno argentino para cambiar estos cultivos por soja, pues un impuesto del 23% por las exportaciones de este grano era un ingreso importante, para saldar su deuda externa. Pero el cambio hacia soja llegó a su nivel más en 1996, cuándo ejecutivos de la compañía estadounidense de biotecnología, Monsanto, llegó al Argentina, ensalzando los beneficios de un producto nuevo.

Se llamó soja RR, porque se diseñó genéticamente para ser resistente a un herbicida de Monsanto del mismo nombre. Y ellos prometieron que mejoraría los rendimientos y reduciría drásticamente la cantidad y la frecuencia del uso del herbicida. Si los agricultores argentinos tuvieron cualquiera duda acerca de este nuevo cultivo, con los que no estaban familiarizados, ellos fueron persuadidos por Monsanto por un paquete generoso. No sólo les suministraron las semillas y herbicidas; también les dieron las máquinas necesarias y los expertos para enseñarles a utilizar la tecnología nueva.

Desde entonces, dentro de la República de Soja la Genéticamente Modificada, los impacto se han sentido en cada nivel de la sociedad.

En Buenos Aires donde gente ordinarias tambalea todavía por el gran choque financiero de 2001, y niños mendigos se paran en cada rincón, los especuladores que se han hecho ricos por el cultivo de soja, salpican sus fortunas en restaurantes y tiendas de moda. Mientras tanto, según un informe reciente, más de 250 000 niños argentinos sufren de desnutrición porque la tierra que producía los alimentos que ellos comían, ya no están disponibles.

El odio por la soja GM y todo lo que esta representa, en ningún lugar más fuerte que en la empobrecida provincia septentrional de Formosa, que ha pagado un precio por la llegada de los magnates de la soja. En una aldea pequeña llamada Colona Los Senes, accesible sólo por camión, visité a Filemón Sandoval (61) y su esposa Eugenia (50), que vive en una cómoda casa de madera con un techo de paja y una bomba de agua que produce la electricidad suficiente para el agua caliente y una televisión. Esta pareja hospitalaria pertenece al grupo de los típicos agricultores argentinos tradicionales que viven en una economía de subsistencia. Ellos mantiene a sus siete niños con cultivos orgánicos deliciosos tales como maní, remolachas y plátanos. Mantienen pollos, patos y puercos. Hasta que el año pasado, ellos nunca habían oído de los cultivos genéticamente modificadas, mucho menos de la soya RR.

Pero entonces, una mañana de febrero, un olor extraño trajo el aire con la tibia brisa septentrional, y los campos fueron invadidos por una espesa niebla. "Al principio nosotros no tuvimos la menor idea lo que era", dijo Eugenia. "Pero llegó a nuestra granja por dos días. El segundo día, nuestras plantas comenzaron a marchitarse y a morir".

Ella llamó a su hija Zunilda (17), y me mostró su piel cubierta por magulladura cafés como manchas. "A los niños le empezaron también a salir llagas terribles. Ellos sentían que sus piernas estallaban en su interior y de ellos apenas podían pararse a causa del dolor."

Eventualmente ellos se dieron cuenta de que la "niebla de veneno" venía de la granja adyacente, la misma que había sido alquilada para el cultivo de soja GM por agricultores provenientes de la provincia vecina de Salta. El abuso del herbicida Round Up (o glifosato) había hecho que la soya se convierta en una supermaleza y se esparza como soya voluntaria a través de los campos de la región, así que cuando los agricultores de Salta vinieron a sembrar una cosecha fresca, encontraron los campos cubiertos con estas supermaleza. Debido a que la soja RR, es resistente al hebicida Round Up, los agricultores se vieron forzados a atacarla con un cóctel poderoso de sustancias químicas diferentes, incluyendo el 2,4-D. Tal era su apuro, que rociaron los campos cuando el viento soplaba fuertemente. Esta devastación afectó también a otras 23 granjas cercanas, a más de las tierras de don Filemón.

Los agricultores implicados regresaron inmediatamente a Salta, negando toda responsabilidad. Previsiblemente, el gobierno provincial se negó a ayudar a las familias afectadas: a fin de cuentas, ellos trataban de atraer más barones de la biotecnología.

"Ahora estamos demando una compensación porque lo perdimos todo. Las hojas cambiaron de forma, los plátanos brotaron del centro de la rama en vez de la cima; los pollos nacían deformado - uno tuvo su fondo en medio de su espina dorsal. Aterrorizaba. Aún hoy, en un día lluvioso tibio, usted puede oler las sustancias químicas."

Una historia espantosa, pero ¿cómo precisamente se relaciona con Gran Bretaña?. La respuesta corta. Estamos forrando los bolsillos de los productores de soja GM de Argentina – y por supuesto, de compañías tales como Monsanto - simplemente cuando comemos productos ingleses en base a carne de vaca y de leche. Y aunque los científicos nos aseguren que el pienso de ganado GM no puede pasarse en la carne que consumen los humanos, algunos discuten que consumiendo animales que se crían con este material, nosotros indirectamente lo estamos consumiendo.

Verdaderamente, las últimas estadísticas revelan nuestra creciente dependencia a la soja argentina. En 2001 -2002 importamos 112.065 toneladas de harina de soja. El año siguiente estas cifras se habían duplicado a 220.210 toneladas. Las importaciones de soya argentina representa el 11% de alimento animal en Gran Bretaña.

En el mismo período, nuestras importaciones de granos de soja, que se vende crudo o se procesa para el consumo humano, se cuadruplicó, de 2.184 toneladas a 9.962.

Si el gran experimento de los cultivos transgénicos falla, los agricultores de Europa y la China encontrarán algo más para alimentar a su ganado. Pero para la República Genéticamente Modificada de la Soja, no quedarán alternativas.

Tomado de: WELCOME TO THE GM REPUBLIC OF SOYA BEANS
 SOURCE: The Saturday Star, South Africa, by David Jones
 DATE: 19 Jun 2004.

Contacto: notransgenicos@accionecologica.org

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