Gripe A (H1N1): ¿Enfermedad o síntoma?
Nos parece oportuno y necesario que nos preguntemos si la gripe porcina es enfermedad o sólo un síntoma más de una enfermedad de fondo. Intuimos que hallar alguna respuesta a este interrogante nos aportará a tomarconciencia acerca del modo de vida actualmente predominante y de sus consecuencias.
“Allá lejos y hace tiempo”, a fines de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado, los tan ortodoxos como rigurosos profesores (todos varones) de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, nos enseñaban a identificar “síntomas” y a construir “cuadros clínicos” con determinados componentes que permitían ponerle sin titubeos “el nombre y apellido” de alguna “enfermedad”.
Si se requería realizar algún “diagnóstico diferencial”, y sólo si se lo consideraba necesario, se solicitaba un examen de laboratorio, electrocardiograma o radiografía, lo que en aquellos tiempos constituía el total del “arsenal” de “exámenes complementarios” que se disponían.
Constantemente nos reafirmaban algunas premisas que se nos grabaron a fuego en el devenir del ejercicio profesional, tales como “la clínica es soberana” (lo esencial era el examen personalizado), “no hay enfermedades sino enfermos” y “la medicina es ciencia y arte”.
No era cuestión de tratar “los síntomas así no más”. Una cosa era aliviar un dolor pero “sin tapar los síntomas” que nos podían conducir a un diagnostico certero.
Lo fundamental, nos enseñaban, es tener el diagnóstico certero para indicar el tratamiento adecuado.
¿La “gripe porcina” o “A (H1N1)” es enfermedad o síntoma?
En una primera instancia nos inclinamos por lo primero ya que se describen una serie de manifestaciones orgánicas en las personas enfermas.
Recordando la enseñanza de nuestros maestros de Semiología que nos indicaban un minucioso interrogatorio en donde se incluían los antecedentes de la persona, de la familia y los “cósmicos ambientales”, nos lleva a indagar la historicidad de este fenómeno.
Incorporar la historicidad como una variable más de análisis científico nos brindaría muchos elementos a tomar en cuenta para lograr interpretaciones más consistentes.
El 24 de abril de este año las autoridades mexicanas informaron la aparición de un nuevo virus de gripe humana. Sin embargo se habían comenzado a detectar muchas personas afectadas con infecciones respiratorias con características diferentes que la tipificaban como “nueva enfermedad”, en el pueblito “La Gloria”, en el Municipio Perote del Estado de Veracruz, desde fines del 2008.
¿Qué ocurría en La Gloria?
En 1994, Smithfield Foods Inc., la empresa más grande del mundo que industrializa carne porcina, con sede en el Estado de Virginia, EEUU, llevó parte de sus criaderos a ese pueblito a través de su filial “Granjas Carroll”.
Esos criaderos albergan una inmensa población de cerdos en condiciones horrorosamente insalubres
Se los tiene hacinados en jaulas en donde permanecen totalmente inmovilizados para ser sometidos a un engorde acelerado.
Las heces y los cadáveres de animales provocan una gran hediondez y polución de moscas.
Ya en 2006, investigadores del Instituto Nacional de Salud de los EEUU, habían advertido que la industrialización en estas condiciones de hacinamiento, facilitaba la mezcla de virus.
Anteriormente, la Revista Science de marzo de 2003, alertaba que la gripe porcina pasaba a una fase de rápida evolución con nuevas variantes.
Los especialistas opinaban que se estaban dando dos factores que generaban una alta probabilidad para que apareciera un nuevo virus que se podría transmitir a los humanos:
Inmenso número de cerdos hacinados en criaderos insalubres.
Práctica de vacunar a las hembras.
Con estas informaciones ya tenemos más que evidencias para ir a la génesis de este fenómeno desde el punto de vista biológico siguiendo el razonamiento de la medicina convencional
Deberíamos replantear estos modelos productivos a gran escala y no reducirnos a la prescripción del Tamiflu y a las medidas sanitarias clásicas.
Si esto ocurriera daríamos un gran paso que con ser muy saludable no sería suficiente. Debemos profundizar más.
La enseñanza de la medicina ortodoxa como la de otras disciplinas, responden al riguroso paradigma positivista, caracterizado por las lógicas mecanicista (causa-efecto), analítica (células, tejidos, órganos, aparatos, sistemas), y dualista (somático y psicológico).
Este paradigma es cuestionado desde hace más de cien años con el advenimiento de revolucionarios conocimientos científico, tales como el pensamiento sistémico, la física cuántica, la teoría Gaia, la física de los procesos en no equilibrio y la autoorganización de los seres vivos, por mencionar sólo algunos.
Todos ellos demuestran que la vida es compleja, que todo es una intrincada red indivisible de relaciones. No existen fenómenos lineales ni partes, sino configuraciones de dicha red.
Lo mismo nos enseñan las lógicas de otras medicinas que apuntan al convivir y no al combatir.
En la misma sintonía aprendemos de la cosmovisión que poseen pueblos de otras culturas con un fuerte sentimiento de pertenencia a la Naturaleza, concibiendo a la Vida como un todo,
Si somos un todo, si la vida es un entretejido, si somos una hebra más de ese tejido, la salud humana es la salud del todo. Nuestra salud es la Salud del Ecosistema Planeta Tierra.
La salud es una sola. Por lo tanto debemos considerar la salud con un pensamiento ecosistémico lo que se operativiza en parte considerando la salud de las relaciones.
Lo que está viviendo la Humanidad en este instante histórico, nos obliga imperiosamente a detenernos cuidadosamente a examinar la salud de las relaciones.
El proceder de Smithfield Foods nos ofrece un oportuno “estudio de caso” para examinar la salud de las relaciones.
Esta empresa, que trabaja transformando seres vivos, como son los animales, en “máquinas productivas”, pone en evidencia relaciones altamente enfermas.
Lo mismo ocurre al industrializar las aves, las gallinas ponedoras de huevos, los salmones y las vacas lecheras por mencionar algunos ejemplos.
Son enfermas también las relaciones con el suelo, al desmontar millones de hectáreas de bosques para extender fronteras de “cultivos rentables” como la siembra intensiva de soja acompañada de la diseminación de glifosato.
Más ejemplos de relaciones enfermas los tenemos tanto en la producción de los organismos genéticamente modificados como del llamado “biodiesel” a partir de alimentos como el maíz.
No es de extrañar que estas industrias que se trasladan a otros países lo hagan buscando legislaciones más permisivas y/o controles estatales inexistentes o corruptos.
Es oportuno recordar el memorando interno del Banco Mundial fechado el 12/12/91 y firmado por Larry Summer, por ese entonces el principal economista de dicho Banco.
Summer aconseja que “una misma cantidad de contaminación que incida sobre la salud debería efectuarse en el país en que resulte un costo menor, que será el país que tenga los menores salarios”.
Este memo cobra celebridad cuando se filtra a la prensa y el periódico “The Economist”, de Londres, lo publica en su edición del 8/2/92 con el título de “Que coman contaminación”.
El entonces Secretario de Medio Ambiente de Brasil, José Lutzenberger, le escribió a Summer una nota que entre otras consideraciones le expresaba: "Su razonamiento es perfectamente lógico pero totalmente insano”. Lutzeberger debió renunciar en tanto Summer continuó en el cargo y hoy es nada menos que el principal consejero económico del Presidente de los EEUU.
Esta propuesta coherente con la teoría y la práctica del neoliberalismo, revela una ideología a la cual no le interesa la salud de las relaciones entre las personas y los pueblos.
Debemos crear una nueva semiología y una nueva metodología de análisis fisiopatológico acorde con esta nueva visión de la ciencia y de las ancestrales sabidurías.
La enfermedad es la “civilización moderna” que se caracteriza por relaciones insalubres entre los seres humanos y con toda forma de vida.
¿Qué “tratamiento” proponemos?
Urge una respuesta inmediata. Cualquiera sea la misma, es de trascendencia para la supervivencia de nuestra especie. No hacer nada y continuar como estamos es también una respuesta.
hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Un fraterno abrazo!!
Julio Monsalvo
Fuente: Alta Alegremia