"Feriazos" y "Verdurazos" ¿Qué hay detrás de las verduras?
No nos sorprendió la magnitud de la represión ya que es una imagen habitual, sino que el viernes 15 de febrero fue la primera vez que un “feriazo” es reprimido por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Las víctimas fueron las familias de productores de verduras de la UNION TRABAJADORES DE LA TIERRA-UTT y los consumidores que esperaban poder comprar a un precio tres o cuatro veces menor que el de los negocios, casi “un regalo”, 10 $ el kilo.
Angela Teresa, señora mayor, saco gris, pollera azul y con su “changuito” pasó a ser un símbolo y una denuncia. Bernardino Avila, fotográfo de Página 12, detenido y duramente castigado por la Policía de la Ciudad al día siguiente en Plaza Congreso con su profesionalismo y creatividad la hizo famosa. La imagen de Angela juntando las berenjenas desparramadas, todavía en medio de los gases, vale más que mil palabras. Angela estuvo en todos los “feriazos” que la UTT organizó en Plaza Constitución y este 15 de febrero 2019 fue ”a buscar berenjenas y rúcula porque no puedo pagar los precios de COTO”
¿Porqué fueron reprimidos? Como en muchas de las movilizaciones, “feriazos” o “verdurazos” para hacer visible su crítica situación y la demanda de respuestas por el Estado, las trabajadoras y trabajadores de la tierra de la UTT y otras organizaciones representativas, no provocan desmanes, no atentan contra la seguridad ni los bienes de nadie; sólo buscan un poco más de justicia y para lograrlo saben que necesitan la solidaridad de los ciudadanos, poco conocedores de la situación de los pequeños productores familiares.
El temor a que dejaran sucio fue la excusa para la represión, las razones son otras y tienen que ver con la forma en que funciona la “cadena hortícola”, para cuyos grandes decisores los alimentos son sólo una mercancía más.
Quiénes están detrás de nuestras verduras
Pocas veces nos preguntamos ¿quiénes producen nuestros alimentos? ¿cuántos son? ¿dónde están?, ¿porqué y para qué los producen?, ¿cómo los producen?, ¿quiénes fijan los precios a los productores y a los consumidores?. Las verduras son un buen ejemplo de lo poco que sabemos de nuestros alimentos, aunque los productores estén geográficamente muy cerca nuestro.
Quiénes y dónde producen
El AMBA comprende un semicírculo imaginario cuyo centro es la cuidad de Bs. Aires, con un radio de unos 100 km. Constituye un gran mercado de 14 millones de personas, en una superficie de 11.434 km2 y con y una densidad promedio de 54 hab/hectárea. De la problemática de esta compleja región, donde se encuentra tan atomizada la producción, nos hablan la UTT y otras organizaciones que son parte del “Área Hortícola Bonaerense” y, dentro de ella, del área más especializada, el “Cinturón Hortícola Platense”, centrado en La Plata, F. Varela y Berazategui. En la zona se cultivan prácticamente todas las hortalizas, pero se destaca por las de hoja, tomate, pimiento, berenjena y zapallito, entre otras.
Número, tipo de horticultores y modo de producción
Son contradictorios los datos, algo que podría precisarse cuando se conozcan los datos del Censo Nac. Agropecuario 2018. Se estima que un total de 16.000 ha se destinan a horticultura y floricultura, con 3.100 ha bajo plástico, en las que desempeñarían entre 4.000 y 6.000 productores. La zona hortícola del Gran La Plata fue adquiriendo en los últimos años una especial importancia, constituyéndose en un polo productivo de la horticultura “bajo cubierta”; ya que reuniría el 90 % de la superficie con invernáculos.
También son contradictorios los datos acerca de la heterogeneidad de los sistemas productivos vigentes y las superficies en producción por tipo de horticultor u horticultor - floricultor; se estima que el 40 % producen sólo al aire libre, otros combinan estas producciones con la producción en invernáculos (55 %) y algunos sólo cultivan bajo protección (5%). A la vez, tendríamos productores de subsistencia, familiares capitalizados, empresas medianas y empresas grandes participando en la actividad. El 40 % de los productores son “medieros” y la mayoría de ellos bolivianos.
Son contundentes en cambio los datos en relación a la tecnología utilizada por la enorme mayoría de los productores; más del 90 % se maneja con elevadísimos y descontralados volúmenes de venenos, que afectan al ambiente, su salud y también la salud de los consumidores.
Comercialización de las verduras
El principal destino de la producción es el mercado interno, al que llega como “verdura fresca”, canalizándose sobre todo a través de mercados mayoristas (72,5 %) y ventas directas a grandes supermercados (22,5 %) Sólo el 5 % del total posee circuitos alternativos –ferias, bolsones, cooperativas, grupos de consumidores, etc. sostenidos con muchísimo esfuerzo. Más del 80 % de las hortalizas y frutas del país pasa por el Mercado Central de Buenos Aires. Parte de la producción va también a otras zonas de la provincia y del país.
Los productores familiares cargan en “culata de camión” y el transportista deposita los alimentos en los puestos de los mayoristas; éstos son los que realizan la transacción y definen el precio que luego recibirá el productor que le consignó el alimento, sin ningún poder de negociación de precio ni condiciones. Finalmente reciben entre el 10-15 % del precio de venta minorista al público
Quiénes son los productores, cómo producen y qué necesitan
Los históricos quinteros propietarios de la tierra italianos, portugueses y españoles dejaron su rol a partir de 1990 a empresas productoras y a “medieros” bolivianos –no propietarios que pagan por el uso de la tierra y el agua- que trabajan pequeñas superficies (1-2 ha), un proceso que también se dio en otras áreas hortícolas del país y permite hablar de la “bolivianización” de la horticultura argentina. Fueron los productores con menores recursos los más afectados por la caída del consumo de verduras, los altos costos de producción por el arriendo de la tierra y los insumos importados sobre todo Esta crisis permanente pone en grave peligro la continuidad de numerosos productores familiares, quienes tratan por todos los medios de hacer conocer sus pésimas condiciones de vida, las alternativas que desarrollan para producir sin venenos y comercializar sin intermediarios y la urgencia de otras políticas públicas.
Por eso los “verdurazos”, “feriazos” y otras formas de reclamo buscan llamar la atención sobre las condiciones de vida y trabajo de las familias de horticultores que producen nuestras verduras. El apoyo de la comunidad es necesario para que las autoridades no sigan negando la realidad; para que haya políticas que faciliten el acceso a la tierra, al agua y al financiamiento; para que se apoye la transición a la producción agroecológica y el acceso directo a los ciudadanos-consumidores.
Fuente: CALISA FAUBA