Feed lot: ¿solución o problema?

Idioma Español
País Argentina

El feed lot o engorde a corral consiste en encerrar los animales en corrales donde reciben el alimento en comederos, que consiste en balanceados o granos, y se les provee el agua en bebederos. En nuestro país estos corrales están a cielo abierto, hechos de postes y alambrados de la forma tradicional.

 

El piso es de tierra sobre el que caen los excrementos de los animales. En la práctica, en la mayoría de los casos, produciendo olores nauseabundos que se sienten a kilómetros de distancia, dependiendo del tamaño de los establecimientos. Esto por sí solo alerta sobre algunos de los problemas de este sistema, como son la sanidad, tanto de los animales cuanto de las personas que habitan en su zona de influencia y sobre el desequilibrio medioambiental que producen. Alimentar o suplementar la nutrición de animales en confinamiento, no es de por sí solo una alternativa negativa, pero los pro y los contras deben ser analizados.

 

Descripción

 

El sistema de engorde a corral se puede aplicar a diferentes tipos de animales, pero nos referiremos al ganado vacuno. La particularidad del sistema consiste en confinar los animales en un determinado espacio físico y proporcionarles la alimentación, en lugar del tradicional sistema de pastoreo a campo, donde los animales procuran la comida por sus propios medios.

 

En el caso de engorde a corral de bovinos, las recomendaciones de los diferentes manuales y estudios sugieren una densidad de un vacuno por cada 15 a 20 metros cuadrados de corral. Considerando que una hectárea son 10.000 metros cuadrados, la densidad sería de entre 500 y 667 vacas por hectárea.

 

El piso debe ser de tierra apisonada y con una pendiente de entre el 2 al 6 por ciento, para que escurran las deposiciones de los animales y el agua de lluvia. En caso contrario dentro del corral debe construirse una lomada, para que los vacunos tengan un lugar con piso seco.

 

Según el manual de “Gestión ambiental en el feed lot, Guía de buenas prácticas”, publicado por el INTA de Anguil, provincia de La Pampa, “la proximidad a cuencas hídricas, subterráneas o superficiales, debería superar los 5 km, teniéndose en cuenta juntamente con las restricciones de magnitud de las pendientes. En este aspecto, juega un rol central la escala regional (cantidad y tamaño de feed lots) ya que la contribución de uno al riesgo de contaminación no será independiente de la del entorno”.

 

En la misma publicación se sugiere que la densidad de población en una región puede convertirse en una restricción insalvable para la instalación de feed lots. La presión urbana por áreas recreativas, paisajes y demanda de recursos hídricos incrementa los requisitos y controles para impedir eventuales deterioros ambientales que pudieran poner en riesgo la calidad de vida y la salud humana. Por motivos preventivos, sería conveniente que los feed lots estén a más de 10 km de ciudades y se evite la cercanía (no menos de 5 km) a cuencas hídricas que provean de agua a tales centros. Asimismo, deben extremarse las prevenciones por la producción de olores indeseables.

 

Alimentación y sanidad

 

En el confinamiento total a corral se sustituye la alimentación natural pastoril del ganado por alimentos balanceados a base de granos. Estos alimentos pueden ser elaborados comercialmente, o en el mismo establecimiento se realizan las mezclas de granos a los que se le agregan concentrados vitamínicos y minerales. Al consumir sólo granos el metabolismo del vacuno se transforma, por lo cual debe pasar por un período de adaptación.

 

Debido al confinamiento y al hacinamiento surgen mayor cantidad de enfermedades de las que normalmente padece el ganado a campo abierto, por lo que se debe aumentar de forma importante la cantidad de antibióticos y vacunas. Por otro lado suelen suministrarse anabólicos y hormonas para acelerar el engorde, sustancias éstas que en Europa están prohibidas, no así en Estados Unidos.

 

La alimentación básica, a grandes líneas, consiste en que a cada diez kilogramos de maíz se le agrega un kilogramo de concentrados. Esta dieta permite una conversión aproximada de diez por uno, o sea que cada diez kilogramos de alimento son convertidos en un kilogramo de carne. Por lo tanto, para que el sistema resulte rentable, la relación del precio entre los granos y la carne es el indicador fundamental. En estos momentos, con el maíz entre 45 y 50 centavos el kilo, y el kilo vivo alrededor de los 7,5 pesos la relación es muy conveniente para la actividad.

 

Para la terminación de los animales se deben obtener ganancias diarias de peso de alrededor de 1,5 kilogramos, durante un período entre 150 y 180 días, teniendo en cuenta que cuanto mayor es el animal la ganancia diaria siempre es menor y que los desórdenes nutricionales como la acidosis generalmente tienen alta incidencia.

 

Sin lugar a dudas esta alimentación influye en el producto final, modificando tanto el sabor como la textura y apariencia de la carne. El hecho de que sea más tierna se debe a que tiene mayor concentración de grasa intersticial. Esto es porque el animal de feed lot crece a una tasa de ganancia de peso mayor, con una dieta energéticamente más concentrada y obteniendo un animal para consumo más joven.

 

Desde el punto de vista de la salud humana se destaca que la grasa que acompaña la carne de un rumiante alimentado en feed lot es altamente saturada. Esto está asociado con enfermedades cardiovasculares en el consumidor, algo que no sucede con los animales que están en pastoreo.

 

Cantidades

 

Datos del SENASA de marzo del 2010 indican que hay en engorde bajo este sistema 1.600.890 bovinos distribuidos en 2.278 establecimientos en todo el país. La mayor parte de estos, 1.543 establecimientos, tienen en confinamiento hasta 500 animales, entre 501 y 1.000 animales hay 325 establecimientos, entre 1.001 y 2.500 hay 284, entre 2.501 y 5.000 son 86 establecimientos, entre 5.001 y 10.000 son 27 y con más de 10.000 animales hay en el país 13 establecimientos. Los que tienen hasta 500 animales representan el 68% del total y poseen el 16% de las existencias, mientras los mayores de 10.000 cabezas son el 1% del total y tienen el 13% de las existencias. La mayor cantidad de animales, 28%, se encuentra en los establecimientos de entre 1.001 y 2.500 cabezas, que representan el 12% de establecimientos.

 

En cantidad de cabezas los establecimientos más chicos suman en total 255.005, los de entre 1.001 y 2.500 suman 441.580 animales y los más grandes tienen 207.151 cabezas.

 

En cuanto a regiones, la provincia de Buenos Aires es la que más tiene con 947 establecimientos con 686.696 cabezas, luego Córdoba tiene 508 establecimientos con 310.148 animales y la provincia de Santa Fe tiene 444 establecimientos con 266.342 vacunos.

 

De los 13 feed lots con más de 10.000 cabezas 6 están en la provincia de Buenos Aires y 2 en San Luis, con 35.223 cabezas entre ambos, del total de 55.977 que tiene esta provincia.

 

Si bien 1,6 millones de cabezas que están en feed lots no representan un porcentaje alto del total de 50 millones de cabezas de ganado bovino, sí es significativa su participación en la faena nacional. A tal punto que hasta hace poco tiempo los viernes no había actividad en el mercado de Liniers, pero en la actualidad se dedica ese día a la comercialización de hacienda procedente de feed lots.

 

Subsidios

 

En enero de 2007 el Gobierno Nacional incorpora al mecanismo de compensaciones a los feed lots, para lo cual crea en el ámbito de la ONCCA el “Registro de Establecimientos de Engorde a corral de la especie bovina”. Luego de tres años de subsidiar la actividad, ante la relación granos/carne altamente favorable los subsidios fueron suspendidos recientemente.

 

Desventajas comparativas

 

Las ventajas comparativas de la producción ganadera tradicional de la Argentina, al igual que la del Uruguay, siempre se sustentó en que la actividad, por desarrollarse a campo, tiene un fuerte componente ecológico y natural, de respeto por la biodiversidad. Esta cualidad es la que la hace ser tan apreciada en Europa y en los mercados más exigentes, y que supera de modo general a la producción de Estados Unidos donde el feed lot es un sistema ampliamente aplicado.

 

El feed lot permite la terminación de animales muy jóvenes, lo que atenta contra la reconstrucción del rodeo nacional; iguala en terneza las carnes de animales de menor calidad y razas con menos aptitudes cárnicas, y además es el complemento productivo ideal para alentar el proceso de sojización del país, ya que “soluciona” el problema de la falta de campo. O sea, se sacan las vacas del campo, se siembra soja donde estaban las vacas y a éstas se las encierra en los corrales de engorde. Así, las ventajas comparativas de nuestro país y de su inigualable pampa húmeda, donde toda producción es posible, quedan reducidas a una súper producción granaria, igualando a nuestro país con los estrechos, en dimensiones, países europeos.

 

Por otro lado, la verificación del incumplimiento de las normas de buenas prácticas y del cuidado ambiental, y la falta de una legislación eficiente que responsabilice la actividad son una falla casi estructural del sistema de feed lot en nuestro país.

 

El sistema de feed lot, a pesar de posibles aparentes ventajas, es un paso más en la concentración de la actividad agropecuaria y en la profundización del modelo de las grandes empresas multinacionales y de los monopolios. Al barrer con las ventajas comparativas de nuestro país, nos pone a merced de sus poderosos intereses.

 

Para remontar el crecimiento de esta actividad, es necesario, una vez más, respaldarse en el trabajo de los pequeños productores y las agriculturas familiares, quienes son capaces de revitalizar la producción, con sustento ecológico.

Fuente: BAE

Temas: Ganadería industrial

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