El lado militar de la ofensiva neoliberal en Paraguay
En la medida en que la ofensiva norteamericana por consolidar su dominio en América Latina se ha ido intensificando, diferentes iniciativas que hasta no hace mucho parecían acciones aisladas e inconexas hoy pueden ser visualizadas con claridad como piezas de un rompecabezas. Desde el Plan Puebla-Panamá, pasando por el IIRSA, hasta las propuestas de canje de deuda, tienden a garantizar la funcionalidad planeada por el Departamento de Estado y el Pentágono para asegurar la continuidad del “patio trasero”
Ciertamente, a cada uno de nuestros países se le asigna un rol al que le corresponden políticas específicas en la estrategia de dominación. En este artículo se pretende identificar algunas de estas especificidades. Los intereses de Estados Unidos en Paraguay –ya sean de sus corporaciones, del Pentágono o del Departamento de Estado– están vinculados a reforzar el rol agroexportador, al control de los recursos naturales y a aprovechar su posición geopolítica.
Para garantizar estos intereses se desarrollan básicamente tres políticas: la extensión del Plan Colombia al Cono Sur sudamericano, las guardias de seguridad ciudadana (como método de control del movimiento social) y la presencia militar norteamericana. Paraguay, a diferencia de otros países de la región, tiene a su favor –para esa relación– un histórico servilismo político de los sectores dominantes y hasta hoy un movimiento popular, que si bien ha logrado frenar algunas iniciativas, aún no está consolidado como para detener estas pretensiones.
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