Bolivia: mutaciones del “Vivir Bien”
El gobierno de Bolivia maneja dos discursos contradictorios sobre el paradigma civilizatorio del “Vivir Bien”. Según Evo Morales, es un modelo alternativo al capitalismo depredador que sobreexplota recursos naturales finitos en pos del “desarrollo económico ilimitado”, en el que los “derechos cósmicos” de la Madre Tierra son más importantes que los “derechos humanos”.
Alvaro García Linera entiende que “Vivir Bien” es “manejar la tensión entre la protección de la naturaleza y el desarrollo productivo” (explotación y extracción de recursos naturales y materias primas destinadas a la exportación) con el fin de “generar recursos públicos que garanticen a la población las condiciones básicas mínimas”.
El Ejecutivo boliviano ha enfrentado múltiples y recurrentes conflictos –desde las acciones políticas de la oposición derechista en el primer mandato y la rebelión de organizaciones sociales descontentas a partir de 2010– que llegaron incluso a malograr la salud física y mental del Jefe de Estado. Sin embargo, lo que más agobia al gobierno del MAS es su personalidad esquizofrénica que le impide hacer en el país lo que predica en el extranjero.
Morales se hizo famoso en el mundo postulando el paradigma del “Vivir Bien” que nace en la comunidad indígena, cuyos mecanismos de desarrollo no están basados en la rentabilidad, sino en la producción armoniosa con la naturaleza.
Esta dimensión comunitaria incluida en el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia –afirmaba el Vicepresidente García Linera– no solo hace viable y posible el antiguo socialismo que lucha por la igualdad con justicia y equidad, sino que es capaz de salvar al Planeta del “capitalismo depredador” y de garantizar la sobrevivencia de la vida en la Tierra.
Cuando funge como “Defensor Mundial de la Madre Tierra” en las asambleas de Naciones Unidas, Evo Morales fustiga al “insostenible e inviable” modelo capitalista que dañó gravemente a la naturaleza buscando el “desarrollo infinito y sin límites” en un planeta con recursos limitados.
“El momento que no revisemos las políticas de acá al poco tiempo de nada va servir que tengamos millones y millones de dólares de plata (…) a todos por igual nos afectara la tragedia”, arengó Morales en el 65 Período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU). [1]
Evo reiteró que la responsabilidad más importante de la humanidad en el Siglo XXI es aprobar los derechos de la Madre Tierra para evitar la “catástrofe en el mundo”, y propuso crear una alianza de presidentes y gobiernos para “trabajar juntos, acabar con el calentamiento global, y salvar a la humanidad salvando a la Madre Tierra”. [2]
Pero el “modelo Vivir Bien” para la “exportación” no coincide con el discurso destinado al “mercado interno”. En Bolivia, el Presidente y el Vicepresidente explican que no será la comunidad indígena sino el Estado el constructor de la futura sociedad del “Vivir Bien” a partir de la “satisfacción de las necesidades del ser humano en armonía con la naturaleza y con la tierra”.
Si bien el Estado Plurinacional “privilegia lo comunitario” porque el “sujeto principal de la revolución democrática cultural” en Bolivia es la comunidad indígena campesina, “necesitaremos un tiempo para aprender a gestionar lo comunitario productivo… y para demostrar en la práctica que lo colectivo es mejor que lo individual”, comentó hace poco el Vicepresidente García Linera. [3]
García Linera dice que en Bolivia actúan varios sectores productivos: las empresas grandes, medianas y pequeñas que acumulan capital; la pequeña producción que simplemente se reproduce; la producción comunitaria y el Estado. “El tipo de desarrollo que alcancemos dependerá de la correlación de fuerzas”.
La revolución democrática y cultural vive una tensión entre lo colectivo y lo individual que nace de la vida misma de comunidades donde el aprovechamiento en común del agua y las tierras de pastoreo se combina con la parcela familiar.
“En Corocoro hay cobre y la comunidad pidió al gobierno que se explotara el mineral para generar empleos y desarrollo, pero otros de ahí mismo se oponen pues dicen que se daña a la naturaleza. Son tensiones que se dan en la comunidad y le toca al Estrado buscar que se puedan hacer las dos cosas”.
“Nosotros quisiéramos impulsar sobre todo lo comunitario, pero de momento tenemos que impulsar el fortalecimiento económico del Estado como medio para generar excedentes que nos permitan apoyar a la producción comunitaria”. Esto porque “el Vivir Bien no se sostiene sobre la miseria”.
El Segundo Mandatario considera que hasta 2008 el interés general lo representaba el movimiento popular y el Estado iba a la zaga, pero “ahora es al revés”. “Debido al repliegue de ciertos sectores a su interés particular, el Estado debe asumir por sí mismo la representación del interés general”.
El Estado necesita generar excedentes económicos que garanticen a la población las condiciones básicas mínimas (educación, salud, carreteras, agua potable, electricidad) “sin que esto suponga destruir el entorno”, afirma el Vicepresidente.
“El tiempo de las grandes luchas ha pasado, y es hora de desarrollar los tres ejes del “nuevo Estado plurinacional, productivo y autonómico”. Ahora el Estado maneja la tensión entre desarrollo productivo y protección de la naturaleza, “eso es Vivir Bien”, define García Linera.
El MAS apuntala un régimen económico más estable y “abierto” al mundo que en el neoliberalismo
Hay un abismo entre la retórica indigenista radical y las acciones concretas del gobierno del MAS. La “revolución cultural” que iba a construir una nueva sociedad cimentada en los valores culturales de las naciones originarias, en la práctica reproduce el modelo político liberal, el capitalismo de Estado, y adopta un modelo económico extractivo y depredador en nombre del “desarrollo”.
El “nuevo modelo de desarrollo autóctono” adoptado en el período 2006-2010, “sin recetas de entes financieros internacionales”, posicionó a Bolivia “por primera vez en la historia como el (país) más estable de América Latina, con un crecimiento promedio de 5,2% anual, la tasa más alta de los últimos 30 años, relieva el Vicepresidente. [4]
“Somos una economía que no rompimos el vínculo con el mundo, como se decía; más bien es más abierta y estamos más vinculados que en tiempos neoliberales, con la diferencia de que la riqueza generada se queda en manos del Estado y éste lo redistribuye en el mercado interno”, celebra García Linera.
Más allá de sus arengas antiimperialistas y las nacionalizaciones teatralizadas, el gobierno es un fiel protector de las inversiones privadas nacionales y extranjeras, y ejemplar “socio” de las transnacionales petroleras Repsol y Petrobras, entre otras, y de las mineras Jidal, Cores, Sumitomo, Sinchi Wayra-Glencore, Inti Raymi…
En un informe publicado en enero de 2010, los directores ejecutivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) elogiaron al “modelo” boliviano y “felicitaron” a las autoridades bolivianas por su “sólida gestión macroeconómica y una eficaz respuesta política para mitigar el impacto de la crisis global”. “Bolivia es cada vez menos un país de bajos ingresos y está entrando de a poco a la categoría de los países de ingreso medio”, destacó el Banco Mundial.
Cuando el MAS llegó al gobierno toda la economía nacional generaba 9.525 millones de dólares en promedio; y cuatro años después la riqueza se duplicó hasta 17.217 millones de dólares. Las exportaciones subieron de 2.867 millones de dólares en 2006 hasta 5.366 millones en 2009, y “pudiéramos rebasar los seis mil millones de dólares a finales de 2010”, presagia el Vicepresidente.
Hoy la economía boliviana es sólida y no se derrumba “con un soplido” porque está “blindada” frente a las adversidades internacionales. “Somos un país con respaldo económico, solvencia y capacidad para pagar sus créditos”; las reservas internacionales aumentaron de 1.714 millones de dólares en 2005 a más de nueve mil millones de dólares en septiembre de 2010.
Se crearon nuevas empresas y aumentaron los ahorros porque “la gente confía más en la economía”. En 2005 se crearon 19.778 nuevas empresas; 23.820 en 2006; 37.325 unidades productivas en 2009, y hasta agosto de 2010, 12,106 nuevas empresas, de las cuales 33 son estatales.
En 2005 los bancos privados registraban 3.711 millones de dólares en ahorros, y ahora guardan 8.754 millones de dólares de ahorristas pequeños, medianos y grandes. Según el Banco Central de Bolivia (BCB), al 10 de septiembre de 2010, el 50% de los depósitos del sector privado estaban en moneda nacional, al igual que el 50% de la cartera de créditos.
En el neoliberalismo, la inversión extranjera era líder de la economía, mientras que la inversión del Estado se estancó en 600 millones de dólares. Pero el modelo cambió a partir de 2005 y fue creciendo la inversión del Estado hasta alcanzar los 2.200 millones de dólares en el presupuesto reformulado de 2010, 70 por ciento financiado con recursos propios y 30% con créditos extranjeros.
En el “modelo económico contemporáneo”, el motor económico son las inversiones estatales en fábricas, empresas, carreteras e infraestructura. Hoy el Estado genera el 33 por ciento de la riqueza nacional, mientras que la empresa privada (incluida la pequeña y microempresa, la pequeña producción agrícola, la economía comunitaria y la inversión extranjera) produce el otro 67 por ciento, estima García Linera.
El Vicepresidente afirma que en el período 2006 – 2010, el gobierno del Presidente Morales recuperó la riqueza nacional que estaba en manos de privados, y creó una base macroeconómica muy sólida que permitió al país remontar la crisis mundial sin grandes problemas.
La redistribución de la renta generada por la explotación de hidrocarburos, minerales, electricidad y comunicaciones favoreció a todas las clases sociales, destacó el ministro de Economía y Finanzas Públicas Luis Alberto Arce en XIV Conferencia de las Américas en Miami.
Las transferencias directas de dinero a través de bonos como el Juancito Pinto, Juana Azurduy, la renta Dignidad y otros beneficios sociales dinamizaron el mercado interno; y “cuando hubo la crisis internacional en 2009 y cuando el mercado internacional mostró problemas, nosotros nos apoyamos en el mercado interno y logramos un crecimiento del 3,4 por ciento”, señala García Linera.
En conclusión, los primeros cinco años del gobierno del MAS pueden resumirse en la nacionalización de los recursos naturales (YPFB, Entel, Ende, Comibol…) y en la distribución de la riqueza entre los más pobres y necesitados. Según el Vicepresidente, la nueva fase de la economía boliviana que comienza en 2010 podría resumirse en la “revolución en infraestructura y la industrialización de las riquezas naturales del país” en los sectores de energía (hidrocarburos e hidroelectricidad), minería y agroindustria.
El plan del Vicepresidente es elevar la capacidad productiva nacional, generar más renta estatal e invertir el dinero en la construcción de carreteras y fábricas, para luego generar aún más recursos.
Vuelve el capitalismo de Estado para hacer realidad el viejo sueño de la industrialización nacional.
El “salto” industrial en Bolivia
“El viejo ciclo de pobreza y el estancamiento estructural de la economía es que los bolivianos nos juguemos nuestro destino en la industrialización… Para romper nuestra herencia fatal de 500 años como productores de materias primas, el Estado invertirá en los próximos cinco años alrededor de 17 mil millones de dólares en el sector público y en proyectos industriales”, con miras a industrializar a Bolivia en un plazo de seis años, anuncia García Linera.
El BCB aportará al menos dos mil millones de dólares en “créditos para el desarrollo”. En 2009, el ente emisor firmó un contrato de préstamo por 1.000 millones de dólares con la estatal YPFB para la industrialización de los hidrocarburos.
La Ley del Presupuesto General del Estado (PGE) 2010 autoriza al BCB otorgar un crédito extraordinario de hasta 1.000 millones de dólares en condiciones concesionales, a favor de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), para el desarrollo de plantas generadoras de electricidad en San José, Miguillas, El Bala, Cachuela Esperanza y Tahuamanu, entre otras.
Hidrocarburos
En Bolivia operan las refinerías de Valle Hermoso en Cochabamba y otra en Santa Cruz. YPFB invertirá mil millones de dólares en una tercera planta en el altiplano con capacidad para producir diariamente 17 mil barriles de diesel y siete mil barriles de gasolina.
“La idea de esta refinería es que procese el petróleo que estamos confiando encontrar en el norte de La Paz y Beni; (y si no hay petróleo) es preferible importar petróleo para procesar en diesel y gasolina que importar diesel”, dice García Linera.
Se construirá una planta separadora de líquidos en el Gran Chaco a un costo de 250 millones de dólares para producir diariamente 1.500 barriles de gasolina, entre otros derivados del gas.
Se invertirá 670 millones de dólares en la construcción de una planta de GTL, que en un plazo de cinco años producirá 15 mil barriles de diesel por día usando un TCF de las reservas de gas.
En 2013 comenzaría la construcción de dos plantas, una de fertilizantes con una inversión de 1.200 millones de dólares y una planta petroquímica valuada en 1.200 millones de dólares con una capacidad de producción anual de 400 mil toneladas de etileno y 250 mil toneladas de polietileno.
Electricidad
En julio de 2010 el Presidente Morales entregó una termoeléctrica en Entre Ríos valuada en 85 millones de dólares y con capacidad de 100 mw. El plan es construir una planta gemela en el Chaco generadora de 120 mw, con un crédito de 150 millones de dólares del BCB.
El gobierno construirá la hidroeléctrica Misicuni con una inversión de 114 millones de dólares financiados por el BID para generar 40 mw en la primera fase y 80 mw en la segunda etapa. La hidroeléctrica Tahuamanu en Pando costaría 24 millones de bolivianos garantizados por el BCB, con capacidad para producir 6 mw, suficientes para cubrir la demanda de Cobija y sus alrededores.
Se prevé invertir 200 millones de dólares en la hidroeléctrica de San José (127 mw); 375 millones de dólares en el complejo hidroeléctrico de Miguillas en La Paz (250 mw), y 2.400 millones de dólares en la planta hidroeléctrica de El Bala, también en La Paz, con capacidad de 600 mw, casi el doble de la actual demanda nacional.
El Ejecutivo busca socios extranjeros para construir la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza para producir 990 mw a un costo de 2.465 millones de dólares.
Se tramita un crédito de 478 millones de dólares del gobierno de Japón para instalar una geotérmica en Laguna Colorada con capacidad de generación de 100 mw a partir del año 2014.
Minería
El gobierno espera que entre 2008 y 2013 la siderúrgica Jindal produzca hierro esponja con una inversión de 2.100 millones de dólares, y acero entre 2013 y 2021, utilizando el 50% del yacimiento de El Mutún.
El Estado industrializará la otra mitad del yacimiento; licitará las reservas en noviembre de 2010 y convocará a proveedores de maquinaria en enero de 2011. “En 2010 ya podemos empezar a vender el mineral acumulado por Comibol, este aún no es material industrializado porque es la primera fase”, comenta García Linera.
Se prevé construir otro ingenio minero en Huanuni para triplicar la producción actual de 1.200 toneladas. “Con el nuevo ingenio procesaremos 3 mil toneladas para generar mayor estaño y plata, la inversión será de 50 millones de dólares y el ingenio estará concluido en 2013; con esto se triplicará la producción de mineral de Huanuni, que sigue siendo una mina rica de estaño”, dice el Vicepresidente.
En octubre de 2010 se licitarán dos plantas hidrometalúrgicas de zinc metálico; se adjudicarán en diciembre; las obras comenzarán en febrero de 2011 y la conclusión está prevista para enero de 2013. Cada planta costará 500 millones de dólares.
Por otro lado, se construirá un horno en Vinto para producir estaño y extraer otros minerales valiosos de la carga de Huanuni, con una inversión de 25 millones de dólares.
El ministro de Minería José Pimentel informó que se tiene proyectado invertir al menos 300 millones de dólares en la Empresa Estatal de Cobre en Cobrizos, Potosí, donde Comibol descubrió un yacimiento cuprifero que alcanzaría a 20 millones de toneladas.
Empresas industriales
Hasta agosto de 2010, el gobierno de Morales creó 33 empresas estatales, entre ellas la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), Empresa Boliviana de la Almendra (EBA), Lacteosbol, Cartonbol, Azúcarbol Bermejo y Papelbol.
Emapa fue creada el 15 de agosto de 2007 para apoyar a pequeños productores agropecuarios y agroindustrias; en tres años almacenó 226.156 toneladas de diversos granos y prevé invertir 150 millones de bolivianos en dos plantas de almacenamiento.
La EBA invirtió casi 17 millones de bolivianos y el 30 de agosto el gobierno de Irán le prometió un crédito de 200 millones de euros para fomentar la producción de textiles y derivados lácteos. Acopia castaña, entrega la materia prima a una empresa privada para su procesamiento, y luego comercializa el producto. “Nosotros como Estado quisiéramos comprar la castaña y procesarla, nos falta ese paso, y pensamos hacerlo hasta julio de 2011”, adelanta García Linera.
La empresa estatal de cartones Cartonbol inaugurada el 10 de agosto de 2010 en Oruro opera al 21% de su capacidad. El gobierno espera entregar a principios de 2011 la empresa Papelbol a un costo de 163 millones de bolivianos y con una capacidad de producción de 100 toneladas diarias de papel.
Algunas empresas de lácteos en Ivirgarzama, Achacachi, Challapata y Alto Beni ya se encuentran en funcionamiento, pero otras todavía enfrentan problemas de provisión de agua, los cuales se superarían recién a fines de 2011.
Hace poco se inició la construcción del Ingenio Azucarero en San Buenaventura en el norte de La Paz con una inversión aproximada de 310 millones de dólares financiados por el TGN y un crédito de Banco Mundial. Este megaproyecto habilitará 13.840 hectáreas para el cultivo de caña de azúcar para producir 500 toneladas de azúcar por día y 28 mw de energía.
El Estado invertirá 175 millones de bolivianos en la Empresa Azurcabol de Bermejo con una capacidad de producción de 780 mil quintales de azúcar por año a partir de 2012.
Además, el gobierno busca un financiamiento de 250 millones de dólares para instalar dos fábricas de cemento en Oruro y Potosí.
Impactos del “salto industrial”
El Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA) afirma que varios proyectos de explotación de hidrocarburos, hidroelectricidad, minerales y madera, además de la construcción vías camineras y férreas, afectan a buena parte de las 22 áreas protegidas del país que suman una superficie de 170.048 kilómetros cuadrados, el 15,5 % del territorio boliviano.
Se estima que una fracción de las 638 concesiones mineras en una superficie de 281.564 hectáreas está sobrepuesta con áreas protegidas. Por otro lado, existen bloques de explotación y exploración hidrocarburífera sobrepuestos en las áreas protegidas Madidi La Paz-Beni, Pilón Lajas-Beni, Isiboro Sécure, Amboró-Santa Cruz, Carrasco-Cochabamba, Manuripi-Pando, Iñao-Chuquisaca y Aguaragüe-Tarija.
Al menos 10 concesiones forestales afectarían a dos áreas protegidas, nueve en San Matías y una en Tariquía en el Chaco, con una superficie aproximada de 6,2 mil kilómetros cuadrados.
La hidroeléctrica de El Bala afectaría irreversiblemente a una importante superficie de Pilón Lajas y Madidi, mientras que la represa Cambarí dañaría tierras en la zona de protección estricta de Tariquía. Las hidroeléctricas en el río Madera en Brasil ocasionarían impactos en la Reserva de Inmovilización Federico Román del departamento de Pando.
La carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos tendrá impactos en el Isiboro Sécure; el camino Apolo-Ixiamas, en Madidi; el camino Aguirre-Paractito en Carrasco; y la ferrovía Motacusito-Puerto Busch en Otuquis. El proyecto caminero Corredor Norte atraviesa Cotapata, Pilón Lajas y Manuripi e influye indirectamente en el Madidi y la Estación Biológica del Beni.
[1] Morales denuncia que la humanidad ha excedido en un 40 por ciento la capacidad de regeneración del planeta. El 30 por ciento de las especies animales están en peligro de extinción; cada año se desforestan 13 millones de hectáreas; en Bolivia es preocupante la muerte de peces en la Amazonía, y en los lugares donde hay sequía “estamos obligados a perforar pozos cada vez más profundos para encontrar agua”.
[2] Morales dijo que la próxima cumbre de la COP16 en Cancún “puede ser una gran fiesta si los Estados industrializados asimilan las iniciativas aprobadas en abril en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra de Cochabamba”. Esa cumbre ratificó el principio de responsabilidad compartida y diferenciada sobre el calentamiento global, demandó a los países ricos que paguen las deudas por contaminar el medio ambiente; propuso crear un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental; y convocó a un Referéndum Climático.
[3] Fuente: Taller temático Tierra y Territorio organizado por la Vicepresidencia y realizado en La Paz el 27 y 28 de julio. “Altas y bajas: revolución agraria en tierras bolivianas”, Armando Bartra.
[4] Fuente: El Pueblo es Noticia difundido el domingo 19 de septiembre por la radioemisora estatal Patria Nueva.
Fuente: FOBOMADE