Asia y los transgénicos. Boletín N° 144 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos

RED POR UNA AMERICA LATINA LIBRE DE TRANSGENICOS
BOLETIN 144

BAYER ENGAÑA EN SUS EXPERIMENTOS CON “COMIDA ENVENENADA” GENÉTICAMENTE MODIFICADA Y AL FINAL DEL DÍA UNA ACCIÓN DIRECTA COMANDADA POR GREENPEACE

INDIA/Mumbai – Durante 11 horas seis activistas de Greenpeace se encadenaron ayer en las puertas de las oficinas de Bayer Crop Science en Mumbai, exigiendo información sobre los recientes experimentos peligrosos de Bayer con el gen de mala reputación CRY 9C en alimentos de consumo popular como col y coliflor. La compañía respondió con una declaración que se contradice y que revela más mentiras que verdades.

“El Departamento de Biotecnología ha publicado un artículo en la revista Current Science declarando que Pro Agro (una subsidiaria de Bayer) condujo pruebas de campo con col y colifor genéticamente modificados con el gen Cry9c, un potencial alérgeno humano”, dijo Divya

Raghunandan, activista de Greenpeace. “Estamos preocupados por las implicaciones de estos ensayos, peligrosos para los consumidores y agricultores que sembrarán estos cultivos, y Greenpeace está exigiendo que la compañía detenga inmediatamente todos los ensayos e informe públicamente todo acerca de pruebas pasadas para que sean investigadas”.

“¡La apatía e indiferencia de esta compañía es increíble!”, dijo Divya Raghunandan de Greenpeace India. “Se tomaron 11 horas para responder con medias verdades y con una declaración inconsistente, la misma que confirma nuestra posición de que estamos negociando con una corporación irresponsable que esconde muchos secretos”.

La respuesta oficial de Bayer primero dice que “nunca ha hecho ensayos con Cry9C” y luego afirma “Estos ensayos fueron conducidos en un ambiente cerrado y las plantas fueron cosechadas antes de florecer”.

Los activistas, que habían desplegado unas telas con la frase “Bayer envenena nuestra comida” se desencadenarían eventualmente después de asegurar una cita el miércoles 6 de Octubre, una declaración escrita sobre la posición de la compañía y una confirmación de que sus preguntas serían respondidas.

La protesta finalizó luego de que desplegaron otra consigna que decía “Bayer es mentirosa”, en respuesta a la declaración emitida por la compañía.

El maíz modificado con Cry9c era de propiedad de Aventis Crop Science (adquirido posteriormente por Bayer), que lo comercializaba bajo el nombre de Starlink para comida de animales y fines industriales. No obstante, en septiembre del 2000 se encontró Starlink en tacos de maíz y otros alimentos y la compañía fue forzada a retirar todos sus productos de los mercados de todo el mundo.

“Bayer es un trasgresor reincidente al envenenar nuestros alimentos”, dijo Doreen Stabinsky, asesora científica de Greenpeace International. “Greenpeace ha demostrado su doble moral con respecto a la producción y venta de pesticidas Clase I que han sido descontinuados en su país de origen; Bayer otra vez está tratando de envenenar a los hindúes utilizando un gen que ha sido demostrado ser inseguro en el resto del planeta y que es prohibido en EEUU para el consumo humano”.

Para mayor información, contactar:

Divya Raghunandan, activista de Greenpeace India: +919845535406,
divya.raghunandan@dialb.greenpeace.org.

Namrata Chowdhary, comunicadora de Greenpeace India: +919810850092,
gro.ecaepneerg.blaid@yrahdwohc.atarman

FUENTE: Greenpeace India
www.greenpeace.org/india_en/news/details?item_id=600626
1 Oct 2004

¿SE ESTÁ CONVIRTIENDO ASIA EN UN “BASURERO” DE LA BIOTECNOLOGÍA?

En un extraño cambio de eventos que refleja una profunda crisis en el Tercer Mundo de si aceptar o no las plantaciones de cultivos genéticamente modificados, el congreso de Tailandia rechazó el 31 de Agosto una decisión, tomada por un panel liderado por su primer ministro, de invalidar la prohibición por tres años de permitir cultivos transgénicos.

Es la primera vez que un gobierno de un país subdesarrollo ha estado tan dividido acerca del uso de esta controversial tecnología, producida por corporaciones transnacionales poderosas, pero que es considerada perjudicial para la salud humana.

El comité del primer ministro Thaksin Shinawatra había decidido solo una semana antes permitir pruebas abiertas de campo de cultivos transgénicos junto a cultivos no modificados genéticamente y al día siguiente Thaksin había utilizado parte de su programa radial semanal para alabar la proeza de Tailandia de ser un país tecnológicamente capaz de desarrollar organismos GM, diciendo “Si nosotros no empezamos ahora, fracasaremos en este ámbito científico y lo perderemos en el mundo”.

Después de la decisión de Thaksin, activistas anti – OGM, incluyendo Greenpeace salieron a las calles exigiendo la derogatoria de la decisión gubernamental que, según ellos, golpeará fuertemente en la industria de productos orgánicos para la exportación.

Mientras tanto, para desviar la atención el gobierno tailandés decidió establecer un comité que escuchara argumentos a favor y en contra de los cultivos transgénicos por parte de agencias gubernamentales y universidades y luego decidir sobre el futuro de la biotecnología en Tailandia.

El primer ministro Thaksin Shinawatra ha sido acusado de ceder a la presión de las corporaciones estadounidenses como Monsanto, las cuales quieren que el país haga ensayos con líneas de maíz transgénico, para retirar la prohibición sobre sus pruebas.

Estados Unidos es el productor más grande de OGM pero ha tratado, sin mucho éxito, de persuadir a otras naciones a que acepten estos productos.

Europa ha sido su crítico y opositor más acérrimo y es responsable, en gran medida, de restringir esta tecnología solamente para EEUU.

Esta tecnología relativamente nueva se ha convertido en el medio central que permite a las corporaciones multinacionales expandir su control sobre el abastecimiento de alimentos, salud humana y seguridad ambiental de la población mundial.

Las consignas de que la biotecnología fue concebida para “alimentar al mundo, curar enfermedades y reducir el sufrimiento” son las falsas esperanzas que los desarrolladores de esta tecnología venden a los países en vías de desarrollo. Pero no solo es Tailandia quien enfrenta una fuerte oposición a la introducción de la ingeniería genética en la agricultura. Incluso algunos estados de EEUU, el hogar de esta tecnología, se están oponiendo a ella.

El condado de Mendocino en California fue el primero en prohibir cultivos o animales genéticamente modificados. Y en marzo, el estado de Vermont, en una decisión histórica, votó por una ley que permite responsabilizar a las corporaciones por contaminación de cultivos convencionales u orgánicos mediante plantas transgénicas.

Esta ley es la primera de su tipo en el mundo que busca proteger a un agricultor de ser enjuiciado por las compañías de semillas si sus cultivos son contaminados con material GM.

En marzo Australia Occidental se convirtió en el primer estado australiano en prohibir el cultivo de alimentos transgénicos para proteger su industria de la canola en un momento en que el sentimiento internacional del consumidor era de oposición a los cultivos GM.

Unos pocos días después el estado de Victoria impuso una moratoria por cuatro años para el cultivo de semillas oleaginosas GM. El sur de Australia y Tasmania también han prohibido los cultivos GM. Es interesante anotar que cuatro estados pusieron una prohibición a los cultivos transgénicos en un período de cinco días.

En Japón grupos de consumidores intentan presentar una petición firmada por más de un millón de personas al ministro de agricultura canadiense para prohibir trigo genéticamente modificado en Canadá. Japón es uno de los mercados más grandes para el trigo canadiense.

En Gran Bretaña Bayer Crop Science ha desistido en su intento de comercializar el maíz transgénico, por lo menos, hasta el 2008. Monsanto es uno de los desarrolladores más grandes de esta tecnología pero enfrenta problemas en la introducción de algunos de sus cultivos biotecnológicos en países subdesarrollados. Pero, al final, se puede ver una atenuación de la oposición a esta tecnología ampliamente condenada y gran parte de Asia, al parecer, se está inclinando por el desarrollo y cultivo de transgénicos.

Lo que pasó en Tailandia es parte del mismo desarrollo. Los tres países más poblados de Asia – China, India e Indonesia – ya están cultivando algodón transgénico.

Otros países asiáticos incluyendo Japón, Filipinas, Malasia y Pakistán están destinando enormes sumas de dinero para investigación auspiciada por la empresa privada y el estado sobre cultivos biotecnológicos. El nuevo desarrollo se ve como un desplazamiento de la nueva tecnología desde las Américas hacia el continente asiático.

En Abril de este año la India aprobó otra variedad de algodón Bt para las regiones centrales y del sur en medio de reportes afirmando que el cultivo venidero no contaba con un adecuado ensayo científico.

A pesar de que Davinder Sharma, un conocido científico agrícola y activista hindú, opina que la India se está transformando rápidamente en un “basurero” para la nueva tecnología, no solo este país, sino toda Asia se está convirtiendo en un basurero GM.

En un comentario reciente Sharma señaló que mientras Gran Bretaña ha establecido un marco regulatorio bastante estricto que responsabiliza a las compañías de cualquier desgracia ambiental, la India continúa ignorando la advertencia. Las regulaciones anunciadas en el tiempo de aprobación del algodón Bt en el 2002 solo tenían el objetivo de apaciguar a los medios.

India, dice Sharma, se ha convertido en el destino favorito de la industria biotecnológica que se ha escapado de EEUU, la Unión Europea y Australia. En Europa una investigación realizada en el 2002 mostró que el 61% del sector privado canceló R&D como resultado de las acciones de moratoria.

Con reportes altamente críticos sobre el mecanismo regulatorio provenientes de instituciones independientes respetables la tendencia en EEUU también es hacia regulaciones más estrictas que están obligando a las compañías biotecnológicas a cultivar las siguientes generaciones de OGM en minas abandonadas, utilizando luz artificial y filtración del aire para evitar el movimiento de polen.

En India, por otra parte, los experimentos de la ingeniería genética se están realizando en el algodón, maíz, mostaza, caña de azúcar, sorgo, habas, garbanzo, arroz, tomate, papa, banano, papaya, coliflor, semillas oleaginosas, ricino, soya y plantas medicinales.

También se está experimentando en varias especies de peces. De hecho, dice Sharma, tal es la desesperación que los científicos están tratando de insertar el gen Bt en cualquier cultivo que pase por sus manos, sin saber si es apto o no.

La carrera loca por experimentos GM es el resultado de más inversión por parte de las compañías biotecnológicas pero también del Banco Mundial, la FAO y el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR).

En Gran Bretaña las compañías alimenticias todavía prefieren alternativas no transgénicas a medida que evidencias nuevas demuestran que los consumidores británicos se niegan a comprar alimentos que contienen ingredientes biotecnológicos. Más del 60% de los encuestados por una revista de consumidores dijeron que estaban preocupados por el uso de material GM en la producción de alimentos.

Suiza piensa que los cultivos genéticamente modificados no son la única vía para combatir el hambre global y que todavía no se ha realizado suficiente investigación sobre el impacto de la tecnología genética.

El Comité de Ética sobre Tecnología Genética No Humana, establecido recientemente por el gobierno suizo, recomendó una coordinación más cercana con los programas de investigación financiados por el estado en un esfuerzo por ayudar a mejorar la provisión de alimentos a los países subdesarrollados.

El reporte del comité fue publicado en menos de cuatro meses después de que la FAO publicó un estudio sobre los efectos ambientales de los cultivos GM y decía que la biotecnología podría ayudar a los campesinos del mundo subdesarrollado a aumentar la cantidad y calidad de sus cosechas.

Es la primera vez que la FAO ha favorecido a la biotecnología en la producción de alimentos. Su reporte indica que la modificación genética podría incluso crear cultivos diseñados para solventar problemas y necesidades específicas de los países subdesarrollados.

Pero el comité de ética suizo dijo que es una simplificación asumir que la situación alimentaria mejorará fundamentalmente en base a la tecnología genética. La comunidad científica tiene que considerar otras opciones porque los métodos alternativos a menudo son más prometedores y producen mejores resultados.

La discusión está en que los habitantes tanto de los países desarrollados como subdesarrollados tienen el mismo derecho a una dieta suficiente y sana y a decidir por ellos mismo cómo deben producirse los alimentos que comen. Pero es vital asegurar que el uso de la biotecnología en los países subdesarrollados no conduzca a tensiones dentro de la sociedad o entre estados.

FUENTE: The Dawn, Pakistán, por Ashfak Bokhari
www.dawn.com/2004/10/04/ebr5.htm

CONSUMIDORES RECHAZAN ALIMENTOS TRANSGENICOS EN CHINA

Según una encuesta hecha por Greenpeace el rechazo de los consumidores chinos a los alimentos GM aumenta, a medida que ellos adquieren más conocimiento sobre esta polémica tecnología.

La encuesta se llevó a cabo por Ipso, una compañía internacional de estudio de mercado, que entrevistó a 600 personas en Pekín, Shanghai y Guangzhou. La encuesta encontró que el 62% de los demandados están enterado sobre los impactos de los “alimentos GM,” comparado con el 52% encontrado en una inspección semejante comisionar por Greenpeace el año pasado. Una mayoría (57%) de los entrevistados dijo que ellos escogerían alimento de no-GM sobre alimento de GM, un incremento muy grande en comparación con el último año, que fue del 40%. Sólo el 16% dijo que ellos escogerían alimento de GE.

La encuesta muestra que los residentes de Pekín están más enterados sobre los alimentos GM (72%), que en Shanghai (67%) y Guangzhou (47%). El rechazo a los alimento de GE es también más alto en Pekín. El 64% dijo que ellos preferirían alimento de no-GE, mientras en Shanghai y Guangzhou son el 58% y el 50% respectivamente.

“La mayoría de los consumidores chinos no quiere la ingeniería genética en su tazón de arroz. El arroz GM significan riesgos ambiental y en la salud, y trae también el riesgo del rechazo de mercado ,” dijo Ma Tian Jie de Greenpeace - China.

Greenpeace denunció también que dos productos alimenticios en la China contienen ingredientes GM. Estos son las galletas de Kraft Ritz y sopas de maíz de Campbell, las que contenían soja RR. GeneScan, un laboratorio alemàn, llevó a cabo los estudios.

Las marcas internacionales fueron acusadas por Greenpeace de tener “dobles estándares” en su política sobre alimentos GM. La Sopa de Kraft y Campbell no utilizan ingredientes GM en Europa, pero no mantienen el mismo comportamiento en la China. “Demandamos a estas compañías que no vendan alimentos GM en la China, ya que los
consumidores merecen los mismos estándares y seguridad por todas partes,” Ma dijo.

Fuente: Comunicado de prensa de Greenpeace - Pekín, 14 el 2005 de marzo
Más información: Ma Tian Jie Campaigner, Greenpeace China +86 13600077074
www.foodsafety.org.cn/media