Argentina: llamado abierto de la Coalición Mundial por los Bosques a ONGs y otras organizaciones civiles a desvincularse de la Mesa Redonda sobre Soja Responsable

Idioma Español
País Argentina

Como todo cultivo extensivo, el de la soja está asociado a una larga lista de problemas socioeconómicos y ambientales. Generalmente, los pequeños productores no pueden competir con los grandes productores de soja en el “mercado global”, acentuando la concentración de la propiedad de la tierra, el desempleo rural, la despoblación del campo, la malnutrición y un incremento dramático en el número de conflictos violentos entre pequeños campesinos y grandes productores agro-industriales. Muchos de estos conflictos van acompañados de violaciones muy serias de los DDHH. La mesa Redonda sobre Soja Responsable ha ignorado casi todos estos impactos sociales y ambientales, inherentes a la producción de soja a gran escala.Compartimos la preocupación de otras organizaciones sobre el continuo apoyo a esta mesa redonda por parte de ONGs que representan los intereses de los consumidores del norte en los productos de lujo a los que la mayor parte de la soja es destinada: carne barata y agrodiesel para transportes individuales.

La Coalición Mundial por los Bosques, una coalición mundial de ONGs y Organizaciones de Pueblos Indígenas reitera su fuerte oposición a la Mesa Redonda sobre Soja Responsable (RTRS, por sus siglas en inglés), un proceso dominado por corporaciones para dar visos de sustentabilidad a la contínua expansión de la soja en América y otras regiones, y llamamos a los ONGs y otras organizaciones miembros de esta mesa a desvincularse del proceso.

Como todo cultivo extensivo, el de la soja está asociado a una larga lista de problemas socioeconómicos y ambientales. Generalmente, los pequeños productores no pueden competir con los grandes productores de soja en el “mercado global”, acentuando la concentración de la propiedad de la tierra, el desempleo rural, la despoblación del campo, la malnutrición y un incremento dramático en el número de conflictos violentos entre pequeños campesinos y grandes productores agro-industriales. Muchos de estos conflictos van acompañados de violaciones muy serias de los derechos humanos. La crisis actual en Argentina evidencia nuevamente que la producción de soja causa acumulación de riqueza en manos de una elite pequeña que no está dispuesta a compartir estas ganancias con el resto de la sociedad. Los criterios propuestos actualmente para la RTRS ignoran casi completamente estos impactos directos e indirectos de la expansión del cultivo de la soja.

Los criterios actuales de la RTRS promueven la producción de soja genéticamente modificada como "soja responsable", haciendo caso omiso a la oposición de millones de consumidores y ONGs de todo el mundo por los riesgos ambientales, sociales y a la salud humana que representa su producción y consumo. Estos criterios no rechazan el uso de grandes cantidades de agrotóxicos en la producción de soja. Considerando el gran territorio bajo producción de soja, hasta el uso legalmente permitido de agrotóxicos ya causa intoxicación masiva del campo en los países productores, causando además, la destrucción de los recursos hídricos de comunidades rurales y Pueblos Indígenas, la pérdida masiva de biodiversidad y numerosos impactos sobre la salud de la población rural, muchas veces con consecuencias fatales.

No obstante las moratorias de deforestación recientes en países como Paraguay y Argentina, la producción de soja sigue siendo responsable de la masiva deforestación en áreas todavía no protegidas por la ley, especialmente en Brasil. La producción de soja también está asociada a la conversión ilegal de bosques en proporciones gigantescas. A través del reemplazo de la ganadería y la agricultura familiar, la producción de soja también es responsable indirectamente por la expansión continua de la frontera agrícola empresarial, incluso en áreas de gran biodiversidad intacta como el Gran Chaco, donde Pueblos Indígenas que viven en aislamiento voluntario se encuentran amenazados por la expansión continua de esta frontera.

La mayor parte de la soja producida en América Latina se exporta como materia prima para la industria ganadera intensiva de Europa, una industria severamente criticada por ONGs Europeas por sus impactos sobre el ambiente y el bienestar animal. El uso creciente de la soja para la producción de agrodiesel exacerba los problemas existentes, incluso, paradójicamente, el cambio climático: Si todas las emisiones directas e indirectas se tomasen en cuenta, la producción de agrodiesel a partir de la soja, tendría un balance carbónico mucho más negativo que muchos combustibles fósiles convencionales usados en el transporte. Además, al reemplazar a rubros alimenticios tradicionales, la producción de soja también impacta negativamente sobre la soberanía y la seguridad alimentaría en vastas regiones de América Latina.

La mesa Redonda sobre Soja Responsable ha ignorado casi todos estos impactos sociales y ambientales, inherentes a la producción de soja a gran escala. Las iniciativas de certificación son incapaces de contrarrestar los impactos ambientales y sociales indirectos de la producción de soja a gran escala.

Compartimos la preocupación de otras organizaciones sobre el continuo apoyo a esta mesa redonda por parte de ONGs que representan los intereses de los consumidores del norte en los productos de lujo a los que la mayor parte de la soja es destinada: carne barata y agrodiesel para transportes individuales.

Resaltamos el hecho de que la RTRS ha sido creada para ofrecer “tranquilidad moral” a los consumidores del norte, de modo que ellos puedan mantener su ritmo de consumo de soja y en ningún momento ha tratado de enfocar los intereses de los pueblos de los países del sur.

Llamamos a las ONGs que apoyan este proceso a que tomen en cuenta las opiniones de la gran mayoría de las ONGs sociales y ambientales, movimientos campesinos y Pueblos Indígenas de los países productores, quienes han rechazado el RTRS en varias ocasiones. [1]

Por eso instamos a las organizaciones civiles actualmente involucradas, a desvincularse de la Mesa Redonda sobre Soja Responsable y de los procesos ligados a ella, en solidaridad con las victimas de la expansión de los monocultivos de soja y por la restauración de un ambiente más sano, en vez de intentar darle un maquillaje verde a un producto inherentemente insustentable cuando se produce a gran escala. Llamamos a estas ONGs y orgnizaciones civiles a convencer a sus sociedades a que adopten estilos de vida más sustentables a través de la disminución del consumo de carne y del uso de formas de transporte más sustentables, evitando así la necesidad de grandes cantidades de soja para forraje y agrocombustible.

Nota

[1] Ver www.lasojamata.org para copias de varias declaraciones.

Coalición Mundial por los Bosques: www.globalforestcoalition.org

Comentarios