Aprender a comer, aprender a vivir
Cuando hablamos de soberanía alimentaria nos referimos al derecho a decidir quién y cómo produce los alimentos y cómo los consumimos. Es un concepto que conlleva promover y apostar por el desarrollo rural de los pueblos y, como consumidores, escoger qué alimentación queremos, por lo que resulta imprescindible encontrar espacios de producción y consumo sostenible.
Los comedores escolares son uno de los espacios en los que se pueden poner en práctica estas ideas.
Entendemos por soberanía alimentaria el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos, con el objetivo de garantizar el derecho a la alimentación para toda la población, basándose en la pequeña y mediana producción y respetando las culturas y la diversidad [1]. Contiene una doble vertiente: es, por un lado, una apuesta política, y, por otro, un concepto que nos ayuda a visualizar y analizar el actual modelo agroalimentario en aras de construir una alternativa en cuanto a la producción, distribución y comercialización de los alimentos. Para llevarla a la práctica se hace necesaria una reflexión crítica sobre el funcionamiento del modelo agroalimentario y la realidad del campesinado.
En cuanto al funcionamiento del actual modelo agroalimentario, podemos intentar responder a cuestiones básicas como las siguientes: ¿qué estamos comiendo?, ¿qué procedencia tienen los alimentos?, ¿cómo y quién los produce?, ¿en qué condiciones?, ¿qué comíamos antes?, ¿qué comeremos?, ¿por qué hemos abandonado el interés por lo que comemos?, ¿por qué damos la responsabilidad de nuestra alimentación a grandes multinacionales? Todo ello sin olvidar que estamos perdiendo una alimentación sana y saludable y el hábito de consumir productos frescos y de temporada.
Por otro lado, sabemos que en el mundo existe suficiente alimento para abastecer al doble de la población mundial actual, pese a lo que más de 1.000 millones de personas pasan hambre permanente. Paradójicamente, en los lugares en los que se produce la mayoría de alimentos es en los que la población es más pobre (de los 1.200 millones de personas más pobres, el 75 por ciento son campesinos y campesinas). Recordemos que la alimentación es un derecho fundamental del ser humano y que la Tierra proporciona suficientes recursos naturales para toda la humanidad. Los latifundios se extienden por las tierras más fértiles, el agua se está privatizando y aproximadamente 1.700 millones de personas no pueden acceder a este recurso.
Espacios hacia un desarrollo rural sostenible
Es imprescindible encontrar espacios que nos permitan ir avanzando hacia un desarrollo rural sostenible, en el que el campesinado disponga de recursos y herramientas para producir y el consumidor pueda decidir qué quiere comer y dónde lo compra. Se dibujaría así un escenario de posibles intercambios directos entre la persona que produce y la que compra, y de respeto a la tierra y a sus ciclos.
Uno de estos espacios posibles son los comedores escolares ecológicos (CEE). Este tipo de experiencias, tanto en Europa como en el Estado Español, se están abriendo paso con mucha fuerza. Ahora bien, ¿qué nos aportan? • Fomentamos el desarrollo del mundo rural a partir del consumo de alimentos ecológicos y de proximidad, fortaleciendo el tejido social de cada zona, incentivando una producción agrícola planificada (gracias al contacto directo entre el campesinado y la escuela) e impulsando la necesidad de organizarse y crear redes. • Beneficiamos la salud infantil. Además de ofrecer alimentos libres de residuos, no transgénicos y nutritivos, se revisan los menús: más legumbres, verduras y frutas, menos platos pre-cocinados, exceso de fritos, proteína animal y bollería industrial. • Reforzamos la educación de la comunidad escolar y el trabajo en equipo. Los CEE permiten que la educación sea vivencial dentro y fuera de la escuela, que todos los actores participen, que cada uno de ellos sea protagonista del aprendizaje y se propiciemos un cambio de actitudes a partir de una educación crítica y transformadora. La cotidianidad nos perpermite reflexionar sobre cómo funciona el modelo agroindustrial y sobre las alternativas. • Defendemos el medio ambiente. La producción agraria ecológica respeta el medio y sus ciclos naturales propiciando un equilibrio estable, mantiene y aumenta la biodiversidad y potencia un uso responsable de la energía y de los recursos naturales. • Revalorizamos el trabajo en el cuidado y la alimentación como parte del cuidado de las personas. Este trabajo, tradicionalmente asignado a las mujeres, es un ámbito tan básico e imprescindible para la reproducción de la vida humana y para el funcionamiento económico y social, como invisibilizado e infravalorado. Debe servir también para superar las divisiones sexistas del trabajo. • Apostamos por la solidaridad. Desde una experiencia local puedo solidarizarme con el campesinado más cercano, pero también con el de todo el mundo.
La experiencia en Cataluña
Las primeras experiencias de comedores escolares ecológicos se dieron antes de 2007, aunque eran iniciativas muy incipientes y algunas no llegaron a funcionar. A finales de ese año se realizan las primeras charlas relacionadas con los CEE. De ahí surge la necesidad de una mayor coordinación entre las personas y entidades, se convoca la primera asamblea (enero de 2008) y surge la Taula de treball d’alimentació escolar ecològica [2].
La Taula está formada por un conjunto de personas y entidades agrupadas para colaborar en el ejercicio y la extensión de los CEE, siguiendo criterios de proximidad y estacionalidad en el aprovisionamiento de los alimentos. Priorizamos aquellos procedentes de la pequeña y mediana agricultura local, artesanos y elaboradoras comarcales, y empleamos criterios agroecológicos para contribuir a la soberanía alimentaria de Cataluña.
La adhesión de Entrepobles a la Taula nos ha permitido conocer muy de cerca la realidad en Cataluña de este tipo de experiencias, sus necesidades, objetivos, problemas e ilusiones. A partir de aquí ha surgido todo un trabajo conjunto y un debate muy rico que se ha ido plasmando en distintas actividades, materiales y acciones. Algunas de las acciones que hemos realizado conjuntamente son: • Aportaciones y seguimiento de las acciones relacionadas con los CEE previstas dentro “Pla d’Acció per a l’alimentació i l’agricultura ecològiques”. • El manual ¡A comer!, para la introducción de los alimentos ecológicos en las escuelas, elaborado a partir de nuestras experiencias y aprovechando la riqueza que otorga la diversidad de la Taula. La edición de este trabajo de incidencia hacia las administraciones se ha realizado desde el Plan de Acción de Producción Agraria Ecológica. • La organización de las jornadas “Aprender a comer, aprender a vivir” por Entrepueblos y la Taula (Barcelona, 2008, y Tarragona, 2010). De las últimas ha surgido una mesa de trabajo local para impulsar este tipo de experiencias.
Sin duda la tarea fundamental que ha realizado la Taula es el trabajo en red y la ayuda que nos hemos aportado unos a otros a la hora de implantar los CEE en nuestros territorios. Esperamos que la experiencia se expanda a otros territorios.
*Neus Garriga, Jordi Mateu y Nacho Rubio son miembros de la Associació Entrepobles (Entrepueblos).
Este artículo ha sido publicado en el nº 47 de Pueblos - Revista de Información y Debate, tercer trimestre de 2011.
Notas
[1] En el año 1996, de manera paralela a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, tiene lugar el Foro Mundial por la Seguridad Alimentaria. En este Foro, Vía Campesina, que agrupa a centenares de organizaciones campesinas de los cinco continentes, lanzó la idea de la soberanía alimentaria.
[2] La Taula (Mesa de trabajo de alimentación escolar ecológica) está formada por las siguientes entidades: A.M.P.A. Puigberenguer de Manresa, F.A.P.A.C. , Serveis Educatius Pam i Pipa, Montanyanes, Cooperativa el Rebost , A.D.V. de Producció Ecològica del Montsià - Baix Ebre, A.D.V. de Producció Ecològica de Ponent, A.D.V. Ecològica Gent del Camp, L’Era (Espai de Recursos Agroecològics), Fundació Futur, A.P.R.O.D.I.S.C.A., Entrepobles, CEDRICAT, Consell Comarcal de l’Urgell, Consell Comarcal del Pallars Sobirà, Consell Comarcal del Montsià, Ajuntament de St. Cugat del Vallès, Associació Menja Sa.
Fuente: Revista Pueblos