Amazonia brasileña con escalada récord de incendios
Los incendios en la Amazonia brasileña alcanzaron la peor cifra de los últimos 12 años. En setiembre de 2022, la cantidad de incendios fue 146% mayor que en el mismo mes de 2021. Científicos señalan que resultados electorales en el país podrían empeorar aún más la crisis ambiental.
Los incendios en la Amazonia brasileña aumentan cada mes, y el acumulado anual sigue la misma tendencia. Solo en setiembre de 2022, en vísperas de las elecciones presidenciales de Brasil celebradas el 2 de octubre, se detectaron 41.282 focos de incendios en el bioma, cifra que es 146 por ciento superior a la registrada en el mismo mes de 2021 (16.742 focos).
Este es el peor índice desde 2010, cuando se registraron 43.933 focos en el mismo mes, según datos del Programa Quema del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales ( Inpe).
Desde entonces, solo tres setiembres (2017, 2020 y 2022) han superado los 30.000 incendios, dos de esos meses fueron durante años del gobierno del actual presidente Jair Bolsonaro, ahora candidato a la reelección.
Los incendios acumulados en 2022 (89.285 focos hasta el 5 de octubre) ya superan el total registrado en 2021 (75.090). Agosto también fue un mes con la mayor cantidad de incendios en los últimos 12 años, con 41 por ciento más focos que en el mismo mes de 2021.
Al ritmo actual se espera que los incendios de 2022 superen la marca de los 100.000 focos en un año. Solo la primera semana de setiembre, con 18.374 brotes, ya había superado el total de 2021.
Los científicos aseguran que el aumento de incendios en los últimos meses está relacionado con el relajamiento de las acciones de control en el actual gobierno y también con las expectativas sobre el resultado de las elecciones.
“Históricamente, en la Amazonía en años electorales hay un aumento de incendios por la incertidumbre de cómo actuará el próximo gobierno en el frente ambiental”, señaló a SciDev.Net Rômulo Batista, biólogo de Greenpeace Brasil.
Según el físico y exdirector del Inpe, Ricardo Galvão, esto se debe al vínculo directo entre incendios y deforestación. En este proceso, los árboles se talan y se secan, y luego se utiliza fuego para “limpiar” el sitio que se destinará al pastoreo y el cultivo.
Galvão observa que quienes deforestan sienten presión con la posibilidad de cambiar su política, lo que hace que sus acciones sean aún más potentes. “Como la Amazonia se deforesta para quemar y limpiar se intenta deforestar lo más rápido posible”, dijo a SciDev.Net Galvão, que es profesor de la Universidad de São Paulo (USP) y miembro de la Academia Brasileña de Ciencias (ABC).
Los investigadores señalan que, a pesar de ser un período caluroso y sin lluvias en la Amazonia, no hay lugar para argumentos como que el fuego es espontáneo por el calor. Según el ingeniero ambiental Alberto Setzer, quien desarrolló el sistema de monitoreo de incendios del Inpe, 99 por ciento de los incendios son causados por la acción humana, la mayoría de las cuales son acciones ilegales facilitadas por un control laxo.
“Por un lado está la legislación y por el otro el descontrol. El control depende de la voluntad política”, dice Setzer a SciDev.Net. “Las imágenes se están tomando en tiempo real, los satélites muestran cuándo y dónde ocurren estos crímenes. Si siguen sucediendo es porque debe haber intereses para que la situación continúe”, agrega el investigador de la Coordinación General de Ciencias de la Tierra del Inpe.
La situación ha recibido atención mundial. En un artículo publicado en vísperas de las elecciones brasileñas, la revista Nature señaló cómo el actual gobierno “fomentó la minería en toda la selva amazónica mientras reducía la aplicación de las leyes ambientales, lo que resultó en un fuerte aumento de la deforestación”.
Según los científicos, los recortes sucesivos en el presupuesto del Ministerio del Medio Ambiente de Brasil se reflejaron directamente en las acciones de sus órganos de inspección y control en la Amazonía, como el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama).
Y, según ellos, con la reciente elección de un número significativo de senadores y diputados alineados con la política del actual gobierno, las perspectivas no son alentadoras.
“Hay proyectos de ley que son extremadamente dañinos para el ambiente y hay presión para que estos diputados y senadores electos aprueben estos proyectos”, opinó Galvão, quien fuera despedido de la Dirección de Inape por Jair Bolsonaro en julio de 2019 por divulgar datos sobre deforestación obtenidos por la agencia.
“Hay, por ejemplo, proyectos de ley que pretenden abrir tierras indígenas para la explotación por parte de no indígenas e intentos de relajar las licencias ambientales”, agregó Batista.
Los científicos coinciden en que el tema ambiental no fue debatido como debía ser durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y esperan que en la segunda vuelta, a realizarse el 30 de octubre, las propuestas ambientales de los dos candidatos —el expresidente Luis Inácio Lula da Silva y el actual mandatario Bolsonaro— pueden ser presentadas a la población con mayor claridad.
El problema, según los expertos, esto sucede porque todavía no hay una percepción pública clara sobre los efectos nocivos de las políticas actuales sobre el ambiente, lo que hizo que la mayoría de las candidaturas comprometidas con el tema ambiental no salieran victoriosas. “Ese mensaje no caló en la población brasileña”, lamentó Galvão.
Fuente: SciDev.Net