Agriculturas alternativas. Aproximación histórica

Continúa siendo válida en la modernidad la agricultura de subsistencia, intervención en la Naturaleza ideada desde el neolítico por le sentido femenino de la vida, los afectos en familia. La deriva del derecho a la comida hacia entramados mercantiles es degradación que se manifiesta crudamente en la actualidad como rasgo de economías mafiosas. Una sola persona necesitada debiera acongojarnos a todos. Es libre quien produce su propia comida, de donde el acceso a la tierra resulta también derecho. Se debe al nuevo orden mundial inaugurado en el período el presidente Truman, década de 1940, la orientación de políticas públicas a privilegiar megaempresarialidad, es decir, artificios de acumulación a tal grado que en Davos, 2019, se hizo referencia a que veintiséis personas acumulan tanta riqueza como tres mil millones de los más pobres, en una población total mundial del orden de siete mil millones.

A diferencia del siglo 194 , dedicado a disputas ideológicas, redactar constituciones y atender 29 conflictos armados entre 1830 y 1913, en Macondo, respecto de agricultura, la política pública se alineó desde fines del siglo 19 hacia el respice polum (mirando al polo), con los resultados que movimientos como Dignidades agropecuarias están poniendo de manifiesto al menos desde 2013. Crisis agrícola en un país que solo cultiva el 7% de su territorio y que importa al menos 30% de su ingesta.

Políticas púbicas y academias aferradas a sistemas de producción diseñados a la medida de la codicia de los parásitos de la agricultura, especialmente transnacionales cuyo proyecto es dominar la humanidad mediante el control de la comida. Simultáneamente con los movimientos abolicionistas y de derechos civiles (Naomi Klein, 2015), los aportes desde las agriculturas alternativas ayudan a iluminar el horizonte de la comida y de ambiente sano para todos.

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