Sierra Leona: robo de tierras para palma aceitera
Escriba al gobierno de Sierra Leona. Las plantaciones de SOCFIN deben ser detenidas y la tierra devuelta a los campesinos.
Green Scenery, organización de Rahall ha investigado el proyecto de agrocombustibles y sus consecuencias. Los resultados se encuentran condensados en el estudio publicado en mayo (en inglés). La mitad de las tierras en Malen Chiefdom, en el distrito de Pujehun al sudoeste han sido ya “alquiladas” para 50 años a la filial Socfin Agriculture Company S.L. Ltd (SAC). Líderes comunitarios han puesto las tierras a disposición del gobierno que se lo ha entregado a SAC. Pero los campesinos que viven y utilizan las tierras no están involucrados en el acuerdo y se oponen. Para ellos significa perder la fuente de su sustento y entregarla a los administradores de las plantaciones, quienes no tienen escrúpulos, y reciben a cambio limosna en el mejor de los casos. Y como el propio gobierno está involucrado en el negocio, los campesinos no tienen a nadie que proteja sus derechos. Quien protesta es intimidado.
El gobierno asegura una y otra vez que millones de hectáreas de tierras aptas para la agricultura en Sierra Leone “apenas se utilizan”. La Agencia para el Fomento de las Inversiones y Exportaciones en Sierra Leona (SLIEPA) financiada por el Fondo Monetario Internacional, planifica repartir enormes superficies de tierras a grandes inversores. SOCFIN tiene en Sierra Leona arriendos bajos, generosas exenciones de impuestos, sueldos bajo mínimos, requisitos ambientales débiles y corrupción extendida -condiciones como las que imperaban en tiempos de las colonias.
Más del 10% de las superficies de tierras están ya en manos del agronegocio. Los negocios con la tierra no son ni transparentes, ni se atienen a las débiles reglas que rigen el medio rural. A este resultado llega el estudio del Oakland Institute “ Sierra Leona: entender las inversiones en tierras en Africa” (en inglés).
SAC tiene más planes. Piensan comprar hasta 40.000 hectáreas en Sierra Leona. La empresa a la que pertenece, SOCFIN, tiene ya 90.000 hectáreas de palma aceitera y 50.000 de caucho en varios países africanos y en Indonesia. En Camerún, otra filial del grupo, SOCAPALM, ha talado selva y desplazado a los pigmeos de su tierra. Periodistas que han informado sobre estos hechos han sido llevados a juicio en Francia. SOCFIN pertenece al grupo de empresas del industrial francés Bolloré, estrechamente relacionado con el Palacio presidencial del Elíseo.
Tales negocios se conocen desde hace años más bien como “robos de tierras” (el término en inglés, “Landgrabbing” es el que se utiliza a menudo). La red Coalición Internacional por la Tierra (International Landcoalition ) ha investigado sobre el tema. Entre 2000 y 2010 se han documentado robos de tierras de 200 millones de hectáreas. De los 71 millones de hectáreas investigados más detalladamente, más de la mitad están destinadas a la producción de agrocombustibles, una superficie tan grande como Alemania.
Para los cultivos energéticos se destruyen las formas tradicionales de uso de la tierra que son sustituidas por cultivos agroindustriales intensivos. Mientras los pequeños campesinos cultivan principalmente alimentos con métodos que respetan la fertilidad del suelo, las agroindustrias producen materia prima de exportación para los agrocombustibles y utilizan grandes cantidades de agrotóxicos y fertilizantes.
Con el diesel de palma de aceite se pueden hacer grandes ganancias en Europa. La Unión Europea establece por ley, que para “mejorar el clima” el diesel convencional debe mezclarse con biodiesel. Científicos de todo el mundo han advertido acerca de los agrocombustibles y se ha llegado a decir que hasta dañan el clima mucho más que el combustible convencional. Su cultivo y producción implican grandes daños al medio ambiente, además de los desplazamientos forzados de población. Por estas razones, la ONU y otras organizaciones internacionales han exigido terminar con la política de agrocombsutibles. De otro modo continuarán aumentando los precios de los alimentos, la emergencia alimentaria y las revueltas.
Webs de las ONGs Green Scenery und Grain (en inglés).
Fuente: Salva la Selva