Finlandia debe reconocer AHORA derechos para los pueblos indígenas
El pueblo lapón (o sami) sufre el avance de empresas mineras, papeleras, madereras y otras industrias que cortan los boques boreales y destruyen la naturaleza de la que dependen. Pedimos al nuevo parlamento finlandés que reconozca por fin el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
El pueblo lapón (o sami) sufre el avance de empresas mineras, papeleras, madereras y otras industrias que cortan los boques boreales y destruyen la naturaleza de la que dependen.
A nivel político, se viene postergando el debate de los derechos de los pueblos indígenas durante ya varias legislaturas y acaba de ser elegido un nuevo Parlamento.
Pedimos al nuevo parlamento finlandés que reconozca por fin el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
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Al pensar en países escandinavos como Finlandia nos imaginamos desarrollo y bienestar. Pero algo falta en Finlandia: más derechos para los pueblos indígenas.
Como los gobiernos anteriores, el parlamento recientemente saliente ha rehusado a ratificar el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales. Hace escasas dos semanas, se eligió un nuevo parlamento que debe tomar este asunto como prioridad. Después de años de negociaciones y promesas, incluídas las del primer ministro saliente Jyrki Katainen, se levantaron fuertes expectativas a nivel nacional e internacional.
El Convenio 169 de la OIT es una convención internacional vinculante que asegura derechos a los pueblos indígenas en términos de acceso a la tierra, educación y otras cuestiones importantes. Ha sido ratificado por más de 20 países incluidos Noruega y Dinamarca. Tanto las Naciones Unidas como la Unión Europea han criticado a Finlandia durante años por no ratificar el convenio, pero una vez más han rehusado a hacer este compromiso para proteger los derechos de los pueblos lapones que son unas 10.000 personas en Finlandia.
Organizaciones laponas y ambientales han señalado que la razón por la cual no se ratifica el Convenio 169 obedece a los intereses de corporaciones mineras que lo ven como un obstáculo a la explotación de los recursos naturales en el norte, sin tomar en cuenta el impacto ambiental y los derechos de los pueblos lapones que defienden los usos tradicionales de la tierra y el agua.
La convención daría a los pueblos lapones una voz en los procesos de toma de decisiones relativos a tales proyectos agresivos y depredadores. El nuevo parlamento debe comprometerse desde ahora con los pueblos lapones y el ambiente.