Cobre y níquel de la selva: urge una reducción del uso de recursos
Nos dirigimos al nuevo gobierno alemán, siendo Alemania uno de los mayores consumidores de metales. Para fabricar coches, máquinaria y electrónica, necesita cada vez más materias primas, que no se pueden extraer de forma ecológica y socialmente sostenible. Los metales se importan, muchos desde las últimas selvas tropicales del planeta.
En Ecuador, para la mina de cobre Mirador, se talan varios miles de hectáreas de selva amazónica. Las aguas contaminadas por la mina a cielo abierto están envenenando los ríos. El pueblo indígena Shuar está perdiendo sus medios de vida. Sus protestas no han logrado detener la mina. El cobre se envía a China, donde se transforma en láminas de cobre que se utilizan en la fabricación de baterías para automóviles eléctricos. Así acaba el cobre de Ecuador en coches eléctricos de fabricación alemana.
A 20.000 kilómetros, en Indonesia, también hay protestas. En Sulawesi, se talan selvas tropicales y manglares para extraer níquel. Los residuos tóxicos de la producción de níquel se vierten directamente al mar. Así se destruyen arrecifes de coral y la vida marina, medios de vida de los pescadores locales. Como importante componente en baterías de iones de litio, el níquel también acaba en coches eléctricos alemanes, pasando por China y Corea del Sur.
Alemania es uno de los mayores importadores de materias primas metálicas y la industria del automóvil es su principal consumidora. Los coches requieren enormes cantidades de materias primas, tanto en los motores de combustión como en los vehículos eléctricos. Su extracción por medio de la minería provoca violaciones masivas de derechos humanos y grave destrucción del medio ambiente. La minería es uno de los mayores peligros para los ecosistemas del mundo.
El pretendido auge de los coches electricos agrava aún más los problemas ya existentes. Los vehículos y sus baterías contienen grandes cantidades de materias primas metálicas que se extraen, procesan y transportan por todo el mundo. Decenas de millones de nuevos coches eléctricos no protegerán el clima ni resolverán los demás problemas asociados al tráfico de automóviles: construcción de carreteras, ruido del tráfico, accidentes o emisiones de partículas.
Salva la Selva y PowerShift hacen un llamamiento al gobierno alemán para iniciar un cambio de rumbo, social, ecológico y respetuoso con el clima en materia de materias primas y movilidad. Por favor, firma la petición.
Fuente: Salva la Selva