Bolivia: ¡No a la cuchillada amazónica! Construcción de carretera amenaza territorio indígena
Las comunidades indígenas rechazan el proyecto de manera rotunda y acordaron ni siquiera permitir que la carretera bordee el parque: “Nuestro interés es mantener nuestro territorio íntegro”. Desde Bolivia nos dicen: “Necesitamos estar unidos y muchas voces”.
Se acabó la paz en la aislada Amazonía boliviana. La construcción de una carretera amenaza el idílico Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure TIPNIS, uno de las más biodiversos de los Andes tropicales. Proyectos como este ponen en evidencia las contradicciones de los gobiernos de izquierda latinoamericanos, en la brecha entre por un lado la necesidad de generar desarrollo para sus pueblos en respuesta a sus necesidades y por otro las grandes presiones de los intereses neoliberales y las corporaciones internacionales.
El gobierno de Bolivia llega a los escenarios políticos internacionales con las opiniones más críticas frente a las políticas de los países industrializados. En 2010, el primer presidente indígena de Bolivia y Latinoamérica Evo Morales, invitó a miles de representantes de organizaciones de base, medioambientales y sociales a Cochabamba a construir alternativas. Pero la política que está llevando a cabo en Bolivia resulta a veces contradictoria con su propuesta alternativa.
El TIPNIS fue declarado Parque Nacional ya en el 1965 y reconocido como Territorio Indígena en 1990; el título ejecutorial de Territorio Comunitario de Origen TCO fue entregado en 2009, tras un largo proceso de reivindicaciones. Hasta hoy, las montañas, valles, ríos y lagos de los que dependen las 64 comunidades que habitan la zona continúan intocadas. Pero tan sólo un año después de acabar el proceso de legalización del territorio ancestral, la construcción de la carretera con la que se quiere unir Villa Tunari con San Ignacio de Moxos y que dividirá al parque en dos viene a desmoronar este gran logro.
El presidente brasilero Lula da Silva y Evo Morales sellaron con un abrazo su compromiso a la construcción de la criticada carretera. Brasil costeará el 80% de los 415 millones de dólares del proyecto (1,5 mill de US$/Km2!!), ya que la vía de 306 km acercará a Brasil al Pacífico para hacer más competivas sus exportaciones de agrocombustibles y soja. Bolivia se beneficia al mismo tiempo con la conexión del céntrico departamento de Cochabamba con la región del Beni sin tener que pasar por Santa Cruz, lo que le permite el control de la zona que ha dado múltiples problemas a su gobierno. El proyecto forma parte de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana IIRSA, cuyo objetivo es promover la infraestructura (vías carreteras, oleoductos, puertos, trenes, represas y líneas telefónicas) en el continente.
Vulnerando la reciente Constitución, los pobladores afectados no fueron consultados ni fueron realizados los necesarios Estudios previos de Impacto Ambiental. Otros argumentos contra la construcción de la carretera incluyen la condena a la extinción de poblaciones indígenas yuracares, mojeñas y chimanes; la destrucción irremediable del ecosistema debido a que facilitará la llegada de colonos, narcotraficantes y empresas petroleras, empresas madereras y la expansión de la frontera agrícola. El Estado no tiene capacidad para impedir todas estas invasiones.
Las comunidades indígenas rechazan el proyecto de manera rotunda y acordaron ni siquiera permitir que la carretera bordee el parque: “Nuestro interés es mantener nuestro territorio íntegro”. Desde Bolivia nos dicen: “Necesitamos estar unidos y muchas voces”. Por eso, apoye a las comunidades escribiendo al presidente boliviano Evo Morales, y recordándole su compromiso para con los pueblos indígenas, sus derechos y la Madre Tierra.
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Fuente: Salva la Selva