En los lotes arrendados por la empresa, alrededor de 400 personas, la gran mayoría de origen boliviano, son explotados y viven en condiciones que rayan con lo inhumano. El cultivo de la frutilla se realiza 4 años en un lugar y luego va pasando a otro, pues el suelo para recuperar su potencial necesita 9 años, debido al agotamiento sufrido por el cultivo intensivo y el uso de agroquímicos