(Los) pueblos originarios están en las raíces históricas de las comunidades de paz y de muchas otras del campo que se favorecen de nuestro rico y excepcional entorno tropical. (...) De esta manera aislada y pacífica han venido creciendo los lugares escogidos, con sus propias y suficientes prácticas y normas. Y que cuando allí irrumpieron por fin agentes del Estado, por lo regular armados, se sembró entonces la violencia estructural exógena, y muchas veces desbarató la sosegada atmósfera local de paz y ayuda mutua que se había formado