El monte santiagueño vive atravesado por miles de senderos, por ellos no solo andan “zorras” tiradas por burros, mujeres en busca de sus cabras o niños para la escuela, por esos senderos también camina la historia que, extraviada entre tanto quebracho y algarrobo, vuelve a cruzarse una y otra vez con los campesinos. “Ahora hemos empezado a luchar y no pararemos hasta recuperar las tierras. Vamos luchando por lo nuestro y no por lo ajeno, como vienen haciendo los de afuera”